Y es justo que se le aceche
por tamañas picardías,
y una multa se le eche
por tener tan mala leche,
Zacarías...
Viene de la remota lejanía
como el eco de armónica cadencia,
que arrulló mi temprana adolescencia,
con la más facinante melodía.
Es el recuerdo de mi amor primero,
que, oculto de mi ser en lo profundo,
en horas de dolor me brinda calma,
Y no muere jamás, porque yo quiero,
al partir para siempre de este mundo,
conservarlo inmortal como mi alma.
(Montaña,cielo y mar,1963).
La luna transparente
se filtra por sus ramas,
y hay ronda de tristezas
en esta tarde clara
al sentir la ternura
de mi querida patria.