EL SUTIL LÍMITE ENTRE LO DIGITAL Y LO VIRTUAL 
Dra. Graciela J. Caplan
 
 

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 La Biblioteca:  Pasado y Presente 
 
 
 

 
              “-Y esto es el plano para la biblioteca ... Qué encantadoramente anticuada considerando que  ahora ya se guarda mucha información en microfilm y en las memorias de los ordenadores con preferencia a la letra impresa.
              - Bueno, la biblioteca es una especie de extra - dijo Mark.
              - Sí, pero valdría la pena tenerla a mano - replicó - . El almacenamiento y los sistemas de recuperación electrónicos son eficientes, pero la eficiencia no es más que un valor entre muchos. Los libros son unas herramientas excelentes y unos buenos amigos..., te dan información, son discretos y resultan fáciles de  controlar.  ¿Tienes más planos?...”
               
              S. McKee Charnas - El Tapiz del V
 
 
 
 
 

Una Biblioteca Virtual, con la ayuda de Internet 
 
 
 

Si mirando hacia atrás, pudiésemos reconstruir el pasado como un simple rompecabezas de millones de LIBRO: especie en extinción que antiguamente habitaba los hogares.pequeñas piezas, quizá lograríamos visualizar la cantidad de obras escritas que perdió la Humanidad.  Milenios atrás, en el tiempo, han  quedado perdidos para siempre, testimonios valiosísimos que podrían despejar muchas dudas sobre la civilización misma. Escritos en un sentido genérico, ya que se ha perdido no sólo  material en papel, también han desaparecido para siempre grabados, pinturas y otras muestras de  una historia apenas reconstruida.  

Sin embargo, si nos restringimos sólo al material bibliográfico, sabemos que muchas colecciones ya  han desaparecido definitivamente  y que muchas obras originales seguirán igual suerte, si algo no sucede antes. 

Las bibliotecas, desde siempre, han sido un testimonio vivo de la cultura de la humanidad, pero si somos conscientes de los procesos de deterioro  a los que se encuentran sometidos los libros, podremos darnos cuenta de que muy pocos, de los que fueran publicados en los dos últimos siglos, podrán ser rescatados para la posteridad y salvados para ser leidos en los próximos cien años. 

El deterioro de la mano del hombre, más el deterioro por parte de accidentes de la naturaleza pueden completar la destrucción de tesoros irrecuperables. Tormentas, huracanes, incendios, devastación no sólo en la naturaleza, también en el reservorio del saber del hombre. 

Bibliotecas colocadas en ambientes enfermos, por humedad, por la acción de microorganismos que ayudan al deterioro deben ser rescatadas. 

Tal vez en el futuro, nuestros sucesores,  no puedan gozar del roce de sus dedos contra el pasado acumulado  en libros antiguos, pero al menos debemos salvar el conocimiento  que en ellos se encuentra. 
 

Una biblioteca sin libros  

Es imposible pensar en una biblioteca moderna, sin ayuda  de la computación o de la informática, ya que con estas técnicas se puede hacer algo impensable hace pocos años, millones de referencias actualizadas o ordenadas, con caminos de acceso rápidos y sencillos. 

Una biblioteca digital o una biblioteca virtual pueden ser el futuro, no deseado, de  muchos lectores.  Sin embargo la biblioteca digital o virtual puede ser también,  la solución a muchos problemas que se están presentando y que, tal vez no hayan entrado en estado crítico : 
 

- duración de los elementos que componen un libro  
- problemas ecológicos y de medio ambiente  
- aprovechamiento eficaz de diversos soportes, para intercambio de información  
 

El futuro se presenta diferente. Esta era digital lleva  a todo un cambio de fondo en las costumbres, que notaremos quienes somos lectores. 
 
 

¿Qué es una biblioteca virtual?  
 
 

Quizá se la podría definir como una colección de textos con soporte electrónico y conectados por Internet, a disposición del lector.  Los libros, obviamente, ya no en papel, estarían almacenados en disquetes, CD-ROM o en el disco rígido de la computadora o en un lugar invisible a nuestros ojos, en cuanto a una realidad tangible, pero visible a millones de ojos que pueden de esa manera acceder a textos que, de otro modo,  no estarían a su alcance. Realmente una biblioteca completamente digitalizada podría ser guardada en una simple “caja de zapatos”, sin por ello menoscabar la cultura  y ponerla por el piso. Pero es importante pensar en ese potencial que rápidamente se pone al alcance de casi todos.  

Esto nos lleva a pensar lo que significa un libro o muchos de ellos, en una nueva presentación, un nuevo envase, cómodo práctico, hasta quizá más económico, si calculamos la cantidad de publicaciones que se pueden almacenar en un CD-ROM, por ejemplo. Ni dudaar en la Biblioteca Virtual, que ya trascendería las fronteras, pasando a ser una gigantesca y única unidad surcando el ciberespacio, con cientos de ramificaciones o multiplicaciones de diferentes o iguales textos. 
 
 
 

¿Qué primer problema  enfrentan los  lectores ?  
 
 
 

No hay estudios de largo plazo en cuanto a la duración de un libro en el formato actual, simplemente porque en los últimos años la  tecnología ha hecho avances tan sorprendentes como rápidos y es evidente que no hubo tiempo de evaluar .  
  
 Es ahora  que comienza a tomar vida, al menos en el espacio virtual de habla hispana: la biblioteca virtual, ubicada en todos lados y en ningún lugar, al mismo tiempo.  “Comienza a tomar vida”,  en un sentido diferente al que podrían darle nuestros colegas cibernautas de países de habla inglesa. Si bien en España hay proyectos concretos de digitalización de libros históricos, que hacen al patrimonio cultural de cualquier país, concretamente en el caso argentino, los pocos  trabajos que se han encarado corresponden a proyectos comerciales y recién ahora, el gobierno está formulando la actualización de las bibliotecas y los estudios necesarios para preservar el material irremplazable que en muchas de ellas se encuentra, no sólo en su formato actual (papel), también con técnicas de microfilmación o con la digitalización completa.  

Un Biblioteca Virtual, con acceso a libros, tesis, trabajos de investigación, material gráfico, películas, archivos de voces y cualquier otro tipo de información, almacenable, representa la verdadera revolución en cuanto a una nueva manera de acceder al conocimiento universal. Lo que antes estaba al alcance de pocos, ya no está tan lejos de ser casi de "dominio público" (obviamente respetando el tema de los derechos de autor, variables según la legislación de cada país).  

Una biblioteca digital ofrece una gran ventaja  a quienes deben manejar gran cantidad de volúmenes, ya que permite que el lector acceda mediante una pantalla, a lo que necesita o busca, sin necesidad de deteriorar el material original, pudiendo, si lo desea imprimir el texto que pida. 
La biblioteca en línea, ubicada en Internet, la gran telaraña,  tiene la  ventaja adicional, con respecto a la biblioteca tradicional (ya sea con texto en papel o digitalizados) de ofrecer la información, almacenada en muchos lugares intangibles, a la mayor cantidad posible de lectores. Y además, es accesible con un equipamiento mínimo, una computadora, un módem, una línea telefónica, luz eléctrica y un acceso a correo electrónico o (completo) a Internet. 

Internet abre todo su potencial para que la interconexión entre diferentes puntos, sirva para alcanzar ese material que de otra manera sería casi inaccesible. Las bibliotecas con menores recursos, las más pequeñas, las que están en poblaciones más aisladas geográficamente de los centros culturales o de las principales ciudades de cualquier país, están en evidente desventaja, ya que su crecimiento es limitado en cuanto a la cantidad de material, que pueden obtener, para ofrecer al público, a la variedad y a la novedad de la oferta.  La recopilación del material disperso por Internet puede ser una excelente fuente de recursos, para mantener actualizada cualquiera de ellas (teniendo en cuenta siempre una precaución: los derechos de autor del material bibliográfico). 

De todos modos Internet es una fuente que casi podría decirse inagotable, en cuanto a la muestra y variedad de síntesis bibliográficas, un modo diferente de acercar al lector a lo nuevo, a la ficha de lo que hay "en plaza" (aunque a veces nunca pueda comprarlo, y deba quedarse "con la ñata" contra el vidrio de esa gigantesca librería virtual).  

Queda latente el problema de capacitar el personal idóneo, el nuevo bibliotecario, el nuevo documentalista, especializado en estos nuevos temas. 
 
 
 

El proyecto Gutenberg  
 

Aunque a la mayoría de quienes vivimos en la Argentina, el correo electrónico e Internet nos suenen como conceptos relativamente nuevos, no es así en otros lugares de este amplio mundo. El uso de la tecnología que demoró algunos años en llegar aquí, logró en otros países conquistas en muchas áreas. 

Una de ellas es la difusión rápida de información. 

Pero vayamos al comienzo. 
Un ¿visionario? como  Michael Hart allá, en 1971 en los Estados Unidos tuvo LA idea.  

Almacenar en computadoras y poder recuperar de alguna manera todo el conocimiento universal, almacenado hasta ese momento en las bibliotecas. La base de su teoría es que cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, pueda acceder a un libro almacenado en una computadora, teniendo la mínima cantidad de recursos disponibles. 

La maravillosa idea se llevó a la práctica cuando Hart  copió la Declaración de la Independencia de EE.UU. en un archivo de una una computadora y dio origen a su Proyecto Gutenberg.  

¿Qué mejor nombre para un proyecto de esa envergadura? 

Gutenberg con la  imprenta cambió los destinos de la humanidad, sacando el conocimiento de los lugares de privilegio en los que era mantenido y llevándolo al alcance de todos.  ¿Por qué no pensar que  el Proyecto Gutenberg, igualará ese mérito? 

Esta biblioteca “universal”, es el proyecto  de Hart, que pretende tener copiados 10.000 títulos para el año 2001, justamente al cumplirse los treinta años de iniciación del camino.  Esos títulos están (y estarán)   a disposición de quien desee leerlos en Internet, con sólo acceder al repositorio de libros y copiarlos a su propio disco rígido. 
A una gran cantidad de ellos ya  se puede acceder desde la dirección: 

http://promo.net/pg/ 
 

En este proyecto trabajan cientos de voluntarios copiando, o escaneando páginas y páginas de material literario. 

Un problema importante y de no fácil resolución con el cual se enfrenta cualquier trabajo de este tipo, es el de los derechos de autor (copyright). Cada país tiene su propia legislación y el mismo Proyecto Gutenberg tiene abogados investigando para lograr tener el aviso, apenas se produce la caducidad de los derechos y un libro ingresa en lo que podría llamarse "dominio público".  

Esta traba, lógicamente limita la cantidad de material que se puede utilizar y que se puede poner en línea (on-line), por ejemplo en los EE.UU. se puede publicar la obra de un autor que haya fallecido, recién después de 50 años del deceso, mientras que en nuestro país, se deben esperar 70 años.  Aunque también existen quienes donan los derechos de sus obras, en vida, para  esta magna tarea, que permite llevar todo el conocimiento posible a la mayor cantidad de seres humanos.  

La mayor parte de esos "e-texts" (electronic texts - libros electrónicos) se han archivado en sitios FTP, en formatos de fácil recuperación, pero lamentablemente, también hay que hacer otra aclaración: la mayoría está en inglés.  

Lógicamente la llegada de Internet permitió la expansión rápida de este proyecto, en cuanto al alcance y difusión, ya que de otra manera quedaba más limitado. 

Como simple curiosidad, la primer novela completa copiada manualmente fue "Alice in Wonderland" , (Alicia en el País de las Maravillas) 

Estos libros están para copia y distribución totalmente gratuita, con la única obligación de  colocar un párrafo introductorio delante de cada duplicación, incluso muchas otras bibliotecas especializadas, han tomado obras de este proyecto para depositar en sus propios repositorios de material.   
 

Los libros en formato “e-text” se  presentan de la siguiente manera: 
 
 
 
  
The Project Gutenberg Etext 

of The Prisoner of Zenda, by Anthony Hope 
 
 

CONTENTS 
 
 

 1  The Rassendylls—With a Word on the Elphbergs 
 2  Concerning the Colour of Men’s Hair 
 3  A Merry Evening with a Distant Relative 
 4  The King Keeps his Appointment 
 5  The Adventures of an Understudy 
 6  The Secret of a Cellar 
 7  His Majesty Sleeps in Strelsau 
 8  A Fair Cousin and a Dark Brother 
 9  A New Use for a Tea-Table 
10  A Great Chance for a Villain 
11  Hunting a Very Big Boar 
12  I Receive a Visitor and Bait a Hook 
13  An Improvement on Jacob’s Ladder 
14  A Night Outside the Castle 
15  I Talk with a Tempter 
16  A Desperate Plan 
17  Young Rupert’s Midnight Diversions 
18  The Forcing of the Trap 
19  Face to Face in the Forest 
20  The Prisoner and the King 
21  If Love Were All! 
22  Present, Past—and Future? 
 

The Prisoner of Zenda 
by Anthony Hope 
 

CHAPTER 1 

The Rassendylls—With a Word on the Elphbergs 

“I wonder when in the world you’re going to do anything, Rudolf?” 
said my brother’s wife. 

“My dear Rose,” I answered, laying down my egg-spoon, 
“why in the world should I do anything?  My position is a 
comfortable one.  I have an income nearly sufficient for my wants  
(no one’s income is ever quite sufficient, you know), 
I enjoy an enviable social position: I am brother to 
Lord Burlesdon, and brother-in-law to that charming lady, 
his countess.  Behold, it is enough!” 

“You are nine-and-twenty,” she observed, “and you’ve done 
nothing but—”  ...

 
 
 
 

Parte de los fondos para la financiación del trabajo provienen de donaciones privadas y otra fuente de ingresos es la edición en CD-ROM de las obras. 

Asociado a este magno trabajo, ocurrió  un hecho, no calculado quizás en un principio, y es que este Proyecto Gutenberg permitió a gente invidente construir sus propias bibliotecas parlantes.  

Los e-texts (libros electrónicos) copiado desde soportes digitales  o bajados vía Internet y pasados por utilitarios especiales (sintetizadores/lectores) que los leen,  ha permitido que otro público pueda incorporarse a un mercado  lector,  quienes antes dependían de copias en sistema Braille, ya pueden tener la posibilidad de “escuchar” los mismos libros que cualquiera de nosotros, con visión normal, puede leer. 

Creo que Michael Hart, ni siquiera previó el alcance que su idea original podría tener. 
 
 

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