La utopía como género literario

Francis Bacon
Francis Bacon (1561/1626).

"Para gobernar la naturaleza es preciso obedecerla."

        Francis Bacon nació el 22 de enero de 1561 en Londres. Fue político y filósofo, hijo de Sir Nicolás Bacon y estudió en Cambridge. Vivió en París como parte de la embajada de Inglaterra. Isabel I le nombró Lord del Sello Privado, consejero extraordinario del reino y le eligió para la Cámara de los Comunes. Bacon redactó la acusación contra el Conde de Essex, anteriormente su protector, cuando éste conspiró contra la reina Isabel I.

        Fue designado por el rey Jacobo I Estuardo Procurador General en 1607, Fiscal General en 1613, Lord del Sello Privado en 1617 y Gran Canciller en 1618, recibiendo los títulos de Barón de Verulam y Vizconde de San Albano. Fue acusado por el Parlamento de venalidad en el ejercicio de sus cargos, teniendo que abandonar la vida política.

        La obra filosófica de Bacon está influida por Montaigne y Maquiavelo y gira en torno a su proyecto de reforma de las ciencias Instauratio Magna. La base para esta renovación la sentó en su Novum Organum sive iudicia vera de interpretatione naturae en 1620, que contrapuso al Organon aristotélico, como nuevo método de lógica inductiva. En 1623 transcribió del inglés al latín su obra De la proficiencia y progreso del conocimiento. También escribió varias ediciones de sus Essays hasta 1925.

        Murió el 9 de abril de 1626, estando retirado, cuando trataba de comprobar los efectos del frío para la conservación de los alimentos. En 1627 se publicó póstumamente su Nueva Atlántida, una utopía basada en una ciudad gobernada por sabios. También realizó una nueva división de las ciencias en base a las facultades del hombre: la filosofía responde a la razón, la historia a la memoria y la poesía a la imaginación.

        Toda su obra giró en torno al proyecto de reforma de las ciencias que llamó Instauratio Magna en que trató de construir una nueva metodología. Así desarrolló el método inductivo, en que trata de dominar la naturaleza interrogándola para obtener unos axiomas capaces de interpretar las observaciones. Este método se opone al deductivo aristotélico que deducía los axiomas medios de los más generales. Además, estableció una serie de idola o prejuicios opuestos a la verdadera ciencia: de la comunidad humana, que tienden a establecer una armonía superior basada en la fantasía; de cada individuo, basados en su educación y costumbres; del exterior, representados por el lenguaje y las palabras abstractas; y de la filosofía, basada a menudo en doctrinas y demostraciones erróneas.

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