Darío Herrera (1870-1914)

Nació el 28 de julio de 1870 en la ciudad de Panamá. Viajó por varios países sudamericanos, especialmente Perú, Chile y Argentina. Se radica en Buenos Aires, en donde frecuenta los ambientes literarios y vive dedicado al periodismo y a la enseñanza de la literatura. En 1904 se embarca para Francia con el fin de ocupar el cargo de cónsul en Saint-Nazaire, pero sus aspiraciones se ven frustradas por motivos de salud. En 1908 estuvo en Méjico y allí se desenvuelve como periodista desde las columnas de El Imparcial. Fue cónsul en Callao y Valparaíso, ciudad en la cual muere el 10 de junio de 1914.

Darío Herrera se destaca sobre todo en el género narrativo, aunque en vida es reconocido sobre todo por su poesía. Gozó de prestigio continental y disfrutó del aprecio de los mejores escritores de su época.
La obra poética de Herrera se caracteriza por una marcada influencia "rubendariana", y al igual que los parnasianos, demuestra una constante preocupación léxica y formal.


Eros, Lumen, Numen

¡ La noche blanca,
la noche blanca, como el siniesto blancor del hielo;
la noche muda,
la noche muda cual las auroras de un mundo muerto;
la noche triste,
la noche triste como el ambiente de un cementerio
la noche blanca, la noche muda, la noche triste
sobre la angustia de mi cerebro!

¡Y en esa noche,
de amargo duelo,
sobre la nieve cáustica y fría,
sobre la nieve cáustica y fría como el desprecio;
con el delirio de los horrores en las ideas;
con el martirio de las asfixias dentro del pecho,
yo caminaba,
siempre subiendo,
sobre las cimas y los abismos de aquella ruta,
con vacilante, con doloroso paso muy lento!

Estás solo,
mas, a lo lejos, iba avanzando la caravana,
de mis tenaces, tristes recuerdos.
iban marchando como fantasmas, bajo la noche,
sobre la nieve, que era el sudario de aquel desierto...

Cuando de pronto...
-- ¿fue una quimera que se forjaba la fiebre intensa de mi cerebro? --

[...]


Bibliografía: Horas Lejanas (1903)


Fuente bibliográfica
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