Alianza global contra el neoliberalismo
 
      Carmelo Ruiz Marrero
 
      Una amplia coalición mundial con representantes en más de setenta
      países, compuesta por 565 organizaciones ecologistas, laborales,
      feministas, de derechos humanos, de consumidores, y de solidaridad con
      el Tercer Mundo, han emitido una declaración de repudio contra el
      Acuerdo Multilateral sobre Inversiones (MAI, por sus siglas en inglés).

      Dicho acuerdo se está negociando desde 1995 en la Organización para la
      Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), institución internacional
      basada en París compuesta mayormente por países de altos ingresos. Las
      organizaciones firmantes de la declaración denuncian que el MAI será
      nada menos que una constitución para la economía global que protegerá
      los derechos de las empresas transnacionales a costa de toda
      consideración social y ambiental.

      Las negociaciones del acuerdo se han llevado a cabo sin la participación
      de los países que no son parte de la OCDE ni de los organismos de la
      sociedad civil. Las organizaciones no gubernamentales que representan
      trabajadores, consumidores y agricultores, y las que atienden asuntos
      ambientales, de derechos humanos y de desarrollo económico han tratado
      sin éxito de expresar sus puntos de vista y preocupaciones a los
      negociadores.

      "Como resultado, el MAI propuesto está completamente desbalanceado. Este
      eleva los derechos de los inversionistas por encima de los derechos de
      los gobiernos, comunidades locales, ciudadanos, trabajadores y el medio
      ambiente. El MAI va a socavar hasta el modesto progreso hecho hacia el
      desarrollo sustentable desde la Cumbre de la Tierra en 1992.", dice la
      declaración.

      El acuerdo conflige con compromisos internacionales ya hechos por los
      gobiernos miembros de la OCDE. Por ejemplo:

      · La Declaración de Río y Agenda 21, ambos producto de la Cumbre de la
      Tierra. Estos dos documentos comprometen los gobiernos firmantes a
      proteger el medio ambiente en un marco de justicia económica y
      solidaridad internacional.

      · Los principios de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo
      (UNCTAD) sobre prácticas empresariales restrictivas, adoptados en 1981.
      Estos principios tienen el propósito de contrarrestar la tendencia de
      las empresas transnacionales a formar carteles y alianzas monopolísticas
      en detrimento de los países pobres y las pequeñas empresas.

      · La Declaración de Beijing, resultado de la conferencia internacional
      de la mujer, celebrada en 1995.

      El MAI conflige también con la política de la OCDE de integrar factores
      sociales y ambientales a sus políticas económicas. Para dar solo dos
      ejemplos:

      · anula las responsabilidades de las corporaciones transnacionales que
      la organización ratificó en 1976 en sus 'Guidelines for Multilateral
      Enterprises';

      · y la exclusión de los países del Tercer Mundo de las negociaciones
      contradice sus declaraciones de buena voluntad hacia los países pobres,
      especialmente su política sobre 'development partnerships'.

      El MAI contiene un mecanismo de resolución de disputas, el cual le
      permite a las corporaciones demandar a gobiernos si éstos últimos
      desobedecen las directrices del proyecto neoliberal. El Tratado de Libre
      Comercio de Norteamérica tiene una provisión similar, la cual fue usada
      por la corporación Ethyl para demandar al gobierno de Canadá. Según
      Ethyl, las regulaciones ambientales canadienses aumentan sus costos de
      operación y eso es injusto
      (http://www.citizen.org/public_citizen/pctrade/ethyl.html )

      "El MAI es una amenaza a la democracia y al medio ambiente", dice Kevin
      Dunion, presidente de la organización ambientalista internacional Amigos
      de la Tierra. "Las negociaciones de este acuerdo deben ser detenidas en
      seco antes de que hagan daño nefasto a la humanidad y al planeta",
      añadió Dunion.

      La declaración contra el MAI advierte que éste impone numerosas
      obligaciones al estado, pero no al capital: "El MAI no contiene
      obligaciones que regulen la conducta de las corporaciones en lo que
      concierne el medio ambiente, asuntos laborales o prácticas
      monopolísticas. También le da a los inversionistas la prerrogativa
      exclusiva de atacar regulaciones que fueron hechas para proteger el
      ambiente y la salud pública, hacer valer los derechos de los
      trabajadores, y promover la competencia libre y abierta."

      Se denuncia también que el MAI será una afrenta a la soberanía de las
      naciones, ya que "estará en conflicto con muchas leyes y regulaciones
      nacionales y locales presentes y futuras que protegen el ambiente, los
      recursos naturales, la salud pública, la cultura, el bienestar social y
      la seguridad de empleo. Como consecuencia, muchas de éstas serán
      derogadas."

      Los firmantes hacen un llamado a la OCDE y sus gobiernos miembros a:
       

      1) Llevar a cabo una evaluación independiente y minuciosa, con completa
      participación del público y la sociedad civil, del impacto social,
      económico y ecológico del MAI. Las negociaciones deberán ser suspendidas
      durante dicha evaluación.
       

      2) Requerirle a las transnacionales inversionistas a honrar los acuerdos
      internacionales vigentes sobre el medio ambiente, derechos laborales,
      salud, seguridad y derechos humanos. Asegurarse también de que las
      obligaciones y responsabilidades de los inversionistas tengan
      precedencia sobre sus derechos.
       

      3) Eliminar el proceso de resolución de disputas que tiene el MAI y
      cambiarlo por mecanismos democráticos y transparentes. Tales mecanismos
      deberán garantizar que la sociedad civil, incluyendo grupos comunitarios
      y pueblos indígenas, le pueda hacer rendir cuentas a los inversionistas
      corporativos.
       

      4) Que se hagan vistas públicas que estén abiertas a los medios
      noticiosos, a los legisladores y al público en general.
       

      Entre las organizaciones que han firmado la declaración figuran: Global
      Exchange, Institute for Agriculture and Trade Policy, International
      Forum on Globalization, la Hermandad Internacional de Tronquistas, Pax
      Christi, National Wildlife Federation, Public Citizen, Rainforest Action
      Network, Rural Vermont, Greenpeace y la Red del Tercer Mundo, además de
      grupos activistas de países como Bangladesh, Brasil, Croacia, India,
      Kenya, México, Nepal, Nicaragua, Palestina, Rusia y Uruguay.

      Para más información:

      Preamble Collaborative:
      http://www.RTK.NET:80/preamble/

      Public Eye on the MAI:
      http://www.citizen.org/public_citizen/pctrade/mai.html

      MAI-Not! Project:
      http://mai.flora.org/

      MAI: Wake up and smell the B.S.:
      http://www.nassist.com/mai/

      MAI Fact Page:
      http://www.vcn.bc.ca/wcel/mai/welcome.html

      MAI Information Centre:
      http://www.islandnet.com/~ncfs/maisite/

      Ten reasons to oppose the MAI (Friends of the Earth):
      http://www.foe.org/ga/ten.html

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