Posmodernidad y posdesarrollo
Carmelo Ruiz
En años recientes la modernidad como concepto ha estado
bajo un ataque
constante y feroz. Las críticas, algunas elocuentes y otras
garrafalmente desacertadas, provienen de un sinnúmero de
sectores:
religiosos, feministas, anti-imperialistas, ecologistas, y muchos
más.
¿Pero porqué? Es a la modernidad y a la Ilustración que
debemos los
adelantos científicos y sociales que nos sacaron del barbarismo
medieval. Las aportaciones de filósofos y científicos como
Copérnico,
Galileo, Descartes, Newton, Bacon, Locke, Darwin, Marx, Engels,
Pasteur,
Freud y Einstein nos han dejado un legado de pensamiento de corte
humanista, racionalista y optimista, en el que se exalta la
capacidad de
la humanidad para superarse, contrario a ciertos dogmas
religiosos. Más
importante aún, la modernidad nos ha dado las herramientas
intelectuales
para cuestionar y combatir el abuso de poder y el apego
irracional a
tradiciones retrógradas.
Ante los embates que ahora se están dando contra la modernidad,
muchos
progresistas se han aferrado a ésta con un fervor doctrinal. Ven
la
modernidad como algo intrínsecamente bueno- tan bueno que
cualquier
crítica es percibida como reaccionaria, o como otro de esos
posmodernismos académicos pos-izquierdosos que tan en boga
están en la
posguerra fría.
Sin embargo, tal atrincheramiento ideológico no puede ocultar el
hecho
de que si la modernidad nos ha brindado grandes adelantos, no es
menos
cierto que también nos ha traído enormes calamidades. La lista
es
larguísima: los horrores del estalinismo, Auschwitz, Hiroshima,
el
neocolonialismo, el neoliberalismo, Chernobyl, Bhopal y la crisis
ambiental global, para mencionar sólo unas cuantas. Hay que ser
verdaderamente ciego para no ver que el legado de la modernidad
no ha
sido uniformemente positivo.
Entonces, ¿Cómo se puede hacer una crítica inteligente y
progresista a
las premisas de la modernidad sin caer en los discursos frívolos
e
inconsecuentes de los posmodernos, en los romanticismos
reaccionarios de
algunos ecologistas burgueses, o en los fanatismos de los
religiosos
tradicionalistas? Más importante aún, ¿Qué significa la
crisis de la
modernidad para el Tercer Mundo, al cual se le han vendido los
conceptos
modernistas de 'progreso' y 'desarrollo' como si fueran panaceas
para
todos los problemas habidos y por haber, pero que en la práctica
sólo
llevaron a la consolidación de la dependencia y el neocoloniaje?
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