Claudio Molina recibió apoyo de 21 organizaciones de derechos humanos
Cómo líder frentista logró refugio político en Argentina

Su pareja, Jetsabel Beltrami, junto a tres abogados articularon intenso lobby ante autoridades del gobierno y parlamento transandinos.

Marcela Alam

La obtención de visas en Suecia, Bélgica, Austria y Finlandia, fue una de las primeras gestiones de Claudio Molina, tras caer preso en Argentina.

(Foto: COPESA)

El destino de la elite de los fugados de la Cárcel Pública
La fuga protagonizada por 48 presos políticos desde la ex Cárcel Pública el 29 de enero de 1990, y que fue bautizada "Operación Exito", fue ideada por miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) cercano al PC desde mediados de 1988. Allí comenzó un lento e importante trabajo físico y logístico que, finalmente, dio los frutos esperados, quedando en libertad no sólo importantes militantes comunistas y del Frente-Partido, sino que fue la oportunidad para que se evadieran connotados frentista del sector autónomo, grupo que mantenía una férrea política militar.

Además del líder frentista Claudio Molina Donoso, entre los fugados de elite también se encontraba Alfredo Malbrich, uno de los jefes máximos de la operación de internación de armas por Carrizal Bajo, quien se mantuvo bajo las líneas del PC y que actualmente se encuentra en Bélgica.

También estaban los hermanos Mauricio y Arnaldo Arenas Bejas, ambos fusileros del atentado al general Augusto Pinochet, militantes de primera línea del FPMR-Autónomo. Mauricio murió de cáncer en Buenos Aires, mientras que Arnaldo -a quien se le sindicó como uno de los frentistas que participó apoyando la fuga de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS) en diciembre de 1996- vive en Cuba en calidad de refugiado político.

Otro importante evadido fue Juan Carlos Caro, quien cayó detenido como parte del aparato militar del Partido Socialista y que en prisión pasó a ingresar las filas del Frente. En la actualidad está en Bélgica y se desempeña como vocero público del FPMR en Europa.

Entre los miembros ligados al Frente-PC que participaron en la fuga está Marcos Riquelme, quien después de vivir un tiempo clandestino, resolvió sus problemas con la justicia. En la actualidad, es uno de los dirigentes del Movimiento Patriótico Manuel Rodríguez (MPMR).

Aunque algunos de los fugados fueron recapturados, la gran mayoría logró salir al extranjero, particularmente, a Europa. Otros que ingresaron o se quedaron en el país resolvieron su situación judicial a través de organismos de derechos humanos, como el Codepu.

Un intenso lobby que involucró a distintas entidades del gobierno y parlamento argentino, en el que también participaron organizaciones de derechos humanos tanto internacionales como transandinas, consiguió que el líder del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) Claudio Enrique Molina Donoso, "El Rucio", obtuviera el beneficio del refugio político en el país vecino.

A través de distintos documentos jurídicos que acreditaban su condición de perseguido político y descalificaban a la justicia chilena, estos organismos fueron perfilando su estrategia para convencer al Comité de Elegibilidad para Refugiados (Cepare).

Las negociaciones para obtener su liberación, que se iniciaron desde el mismo día en que Molina fue detenido en el país transandino, el pasado 23 de junio de 1999, estuvieron encabezadas por su actual pareja, la chilena de 38 años, Jetsabel Beltrami. Según relató la mujer, "sabíamos que sólo teníamos dos alternativas para obtener su liberación: el camino jurídico del rechazo de la extradición, que era en el que menos teníamos esperanzas, pero que a la larga fue el que resultó, y la vía administrativa del otorgamiento del refugio".

Beltrami afirmó que inmediatamente después de caer preso el frentista comenzó a gestionar, junto a un grupo de familiares, la obtención de visas en Suecia, Bélgica, Austria y Finlandia. Paralelamente, el 25 de junio, iniciaron formalmente la solicitud de refugio en Argentina, ante el Cepare, la cual fue firmada el 30 de ese mes por el propio Molina. "Comenzamos a privilegiar esta opción porque cualquier alternativa en otro país nos significaba el exilio", explica Beltrami.

MINISTRO DEL INTERIOR

Como la decisión de otorgarles refugio dependía del entonces ministro del Interior, Carlos Corach, le solicitaron audiencia junto a representantes de 21 organizaciones de derechos humanos - incluida la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo y la Liga Argentina por los Derechos del hombre- que apoyaron la causa de Claudio Molina realizando marchas y concentraciones.

De igual forma, se entrevistaron con cada uno de los integrantes del Cepare a quienes expusieron junto al abogado chileno, Alberto Espinoza, y los argentinos, Carlos Zamorano y Rodolfo Yanzón, que el frentista fue torturado y perseguido políticamente, al igual que miembros de su familia, que su causa no sólo estaba prescrita, pues data desde el Régimen Militar, sino que obedece a un fin político, teniendo Molina el legítimo derecho a rebelarse contra el gobierno de Augusto Pinochet, de manera que no procedía un juzgamiento por parte de la justicia militar chilena. Todo lo anterior fue acreditado con diversos documentos.

Parlamento Las negociaciones para obtener el refugio también incluyeron contactos a nivel parlamentario. Fue así como la defensa del "rucio" acudió entre septiembre y diciembre del año pasado ante las comisiones de Derechos Humanos y de Población de la Cámara de Diputados de Argentina, además de la Comisión de Derechos y Garantías del Senado.

"Pedimos a gritos auxilio en todos lados, aunque nunca nos imaginamos que la recepción iba a ser tan amplia. Incluso recibimos un ofrecimiento del gobierno brasileño de que en caso de que no resultaran los trámites en Argentina, nos aceptaban como refugiados políticos en Brasil", recordó Beltrami.

Tras el rechazo de la justicia argentina de la extradicción de Molina, el pasado 3 de diciembre de 1999, "percibimos que la obtención del refugio era sólo una cuestión de tiempo ya que al reconocerse la calidad de detenido político a Claudio, se sentó un precedente respecto de lo que venía".

LOS ULTIMOS AÑOS

Según explicó Beltrami, durante los últimos dos años, la pareja se dedicó en Buenos Aires a realizar una serie de cursos de perfeccionamiento "para facilitar nuestro ingreso al mercado laboral".

Tal como relata Beltrami, "llevábamos la vida que nos permitía la clandestinidad. Habitualmente íbamos los lugares donde no nos exigían ningún tipo de identificación".

Además relató que subsistían gracias a un sistema de trueque en el que ofrecían servicios computacionales, recibiendo créditos para optar a beneficios de salud y alimento.




Comentario nuestro: Esta es una muestra mas de que los derechos humanos no actuan como tal, defendiendo a terroristas, en especial a esos que pertenecen a la extrema izquierda. Donde estan los derechos humanos de esos que mataron, como al Senador Guzman? Donde esta el respeto, de dejar que Chile juzgue a sus criminales? Esta es una noticia preocupante para el bienestar de Chile y de su ciudadania. Gracias a las Honorables Fuerzas Armadas, hoy en dia, estos delincuentes no tienen el control del pais.