Nació en Turín en 1845, hijo de Victor Manuel II, rey de Italia. Después del triunfo de la revolución española de 1868, se convocaron elecciones y las nuevas cortes se mostraron partidarias del régimen monárquico. Pero las rivalidades entre los distintos partidos y las presiones internacionales prolongaron la situación de interinidad hasta 1870, en que los progresistas consiguieron que su candidato, Amadeo de Saboya, fuera elegido por 191 votos contra 116 (16 noviembre 1870). En diciembre llegó el rey a Madrid, pocos días después del asesinato de Prim. Desde un principio tuvo que enfrentarse a una situación sumamente difícil; la actitud vacilante de gran parte de la burguesía le privó de la base necesaria para oponerse con éxito a los ataques de los carlistas, alfonsinos, republicanos y de las organizaciones obreras. En realidad el único apoyo con que contaba era el partido progresista, cuyos jefes se sucedieron en el gobierno y sólo pudieron contar con la mayoría parlamentaria mediante la falsificación electoral. La escisión de los progresistas en constitucionales y radicales aumentó la inestabilidad. En 1872 las violencias llegaron al máximo; los carlistas se levantaron en las regiones del norte y en Cataluña, y se sucedieron las insurrecciones republicanas en varias ciudades; incluso se atentó contra el monarca. Amadeo se había esforzado siempre en cumplir las funciones que le reservaba la constitución, pero, convencido de la imposibilidad de seguir gobernando sin apoyo suficiente, presentó su dimisión irrevocable, tomando como pretexto la disolución del cuerpo de artilleros. El 11 de febrero de 1873 se dirigía por última vez a las cortes españolas; aquel mismo día se proclamó la república. Amadeo I, desengañado, regresó a Italia y volvió a tomar posesión del ducado de Aosta. Murió en 1890 en Turín.