En la actualidad, existen 46 países en el mundo
en los que el jefe de estado es un rey, monarca, emperador o algunas de
sus variedades orientales (emir o sultán). Se puede consultar una
relación de los actuales reyes:
(Estos datos se pretenden actualizados. Si tienes algún comentario,
duda o corrección, por favor, dirígelo a nuestro
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La gama de poder atribuido a cada uno de ellos va desde el
poder más absoluto (v.g. Juan Pablo II en la Ciudad del Vaticano)
hasta elementos meramente decorativos (v.g. la figura del la Reina de Inglaterra
para algunos países de la Commonwealth). Sin embargo, en todos estos
países se considera que el poder que detenta el jefe del estado
debe transmitirse de modo hereditario o basándose en criterios de
autoridad tradicional.
Una de las peculiaridades de las monarquías es
que sus titulares suelen adornar su cargo con una parafernalia de abalorios
y símbolos, de carácter ancestral y totémico, cuya
posesión parece dotarlos de poderes sobrenaturales que hacen de
ellos los "elegidos" por los dioses o el destino para ser los depositarios
de la autoridad.
Acompañando toda esta simbología, los monarcas
suelen heredar, junto con el título, una cantidad de riquezas y
posesiones que, para la economía de los diferentes países,
siempre resulta cuando menos desorbitada. El poder y la riqueza hacen de
cualquier monarca persona digna de admiración y envidia. Ese poder
y esas riquezas no son propiedad del pueblo al que representan, sino que
pertenecen a su familia en razón de herencia de sangre o clan.