Yo no era profeta, ni un hijo de profeta,
yo era un pastor y sembrador de higos,
el Señor me llamo de detrás del rebaño
y me dijo:
" ven y profetiza "
Desde la alborada de mi vida te sentí,
sin que tú me hablarás, yo sabía
que estabas ahí.
Luego me seguiste donde quiera que yo fui
y me protegiste velando siempre por mi
En la fresca brisa de los montes te sentí
y en el verde espejo de los lagos yo te vi.
En la alegre risa de los niños yo te vi
y en el corazón de los sencillos te sentí.
En la negra noche de mi vida te sentí
fue por tu presencia que en el fango no caí
Y ahora me consagro para transformarme en ti
HOME | ANTERIOR |