Ejercitos Emiratos

Tras un periodo de casi 50 años de conquistas musulmanas, en el que los sucesivos emires guardaban dependencia de Damasco, los constantes conflictos raciales y económicos llevan a un esterminio de los Omeyas por los Abasidas, en el que el único superviviente fue el futuro Abderramán I.

El joven príncipe atraviesa el Norte de Africa y con ayuda de simpatizantes y parientes entra en la península por Almuñecar presentando batalla en Almusara a Yusuf el Fihri y al salir victorioso entra triunfante en Córdoba, declarandose el emirato como independiente de Damasco.Surge así en el año 755 un Estado musulmán español bajo el gobierno de Abderramán I

La organización militar que se encontró Abderramán I al declararse emir de Córdoba fue la establecida al asentarse los sirios en el AI- Andalus. Abderramán amplió incluso el número de iqtas, entre algunos de los miembros Omeya de su familia.

Pero muy pronto se vio obligado a realizar una profunda transformación en el ejército del emirato. Abderramán I se había apoyado en la facción yemenita de AI-Andalus para conseguir el poder, en contra de la quaysíes. Pero cuando unos y otros le manifestaron su hostilidad, el emir comprendió la urgencia de consolidar su trono con un ejército personal, leal a su persona, que no podía encontrar con el sistema militar imperante.

Surgen desordenes constantes en Córdoba que no finalizan tras la muerte por asesinato de Yusuf el Fihri en el 759 y aunque el poder Omeya se consolida no sesaran las luchas hasta el año 766, en el que se acaba con los levantamientos berberiscos

Ante la necesidad de mantener el orden y su propia seguridad creó una guardia personal con sus mawlas (clientes). y seguidamente procuró atraerse a los jefes de los yunud sirios y de las milicias por medio de fuertes remuneraciones.

También organizó una guardia negra con esclavos y reclutó un número elevado de bereberes en el norte de Africa. Todo esto exigió grandes sumas, pero al fin consiguió mantener un ejército de casi 40.000 hombres.

Tras la muerte de Abderramán I, en el año 788, le sucedió su tercer hijo Hixem I, que debe hacer frente a la lucha de sucesión de sus hermanos mayores, ya que en la leyes musulmanas no se contemplaba la sucesión directa en favor de los primogénitos, pero con el apoyo de los leales de Abderrmán I conseguirá reafirmar su autoridad.

Hixem I mentiene un gobierno de gran concordia entre sus subditos, a base de fuertes medidas económicas y del poder que le da el dominio del ejército creado por su padre.

No obstante, el verdadero organizador del ejército del emirato fue Alhaquem I (796-822) y durante su reinado se sentaron las bases del potencial militar musulmán hasta las grandes reformas introducidas por Almanzor en el año 991.

Como su padre Hixem I , debió mantener la lucha contra los hermanos mayores de su padre, que se sintieron apoyados por las insurreciones que los muladies del Norte de Africa realizan en contra del poder de Córdoba y por la revuelta de la ciudad de Toledo que con la ayuda de mozárabes originan la conocida "Jornada del Foso" y en la que numerosos nobles de Toledo sufren la represión del general Amrús, mandado por Alhaquem I para sofocar la revuelta.

En primer lugar creó Alhakan I una poderosa tropa de mercenarios, designada con el nombre genérico de hasham. compuesta por los mamelucos, llamados vulgarmente los aljur ( silenciosos )por su desconocimiento del árabe, y por un contingente de mercenarios bereberes.

Los mamelucos constituían la guardia palatina, o daira, y se alojaban en el Alcázar de Córdoba, formada por hombres de muy distintos orígenes, hispanos, francos y eslavos y de condición servil, cuyo número se elevó a 5.000 soldados (3.000 a pie y 2.000 jinetes). Esta guarnición estaba organizada en unidades de 100 hombres, mandada cada una por un arif.

Los mamelucos, de origen cristiano, pero convertidos a la religión islámica, sentaron una tradición pretorianista de grandes repercusiones en la vida política y militar del emirato y del califato y muchos de ellos se incorporaban a la sociedad musulmana de Al-Andalus, obteniendo su manumisión e incluso la condición de mawla.

Con el tiempo una verdadera clase social , los soqaliba o eslavos, distinguiéndose por su lealtad a los soberanos Omeyas y por los grandes servicios que les prestaron en sus guerras, Alhakan I mejoró las condiciones de las tropas de los yunud, les proporcionó cuadros de mando regulares y almacenó en Córdoba grandes depósitos de armas y efectos militares.

Pocos cambios se establecerán en este ejército que deberá soportar numerosas luchas que durarán 90 años desde la muerte de Alhakan hasta la instauración del Califato de Córdoba en el año 912.

Especialmente notorio es el periodo de esplendor que vive Córdoba bajo el mandato de Abderramán II (822-852) y en el que debe abortar la sublebación de los muladies de Tudela y de Musa Ben Musa. Fue un periodo en el que se abordaron grandes reformas administrativas y en el que se forjan realciones formales son potencias extranjeras a base de embajadores destacados a Bizancio y Norte de Africa.

Mohamed I ( 852-866), Almudir (886-888) y finalmente Abdalá (888-912) debieron mantener constantes luchas entre las que cabe destacar las insurrecciones de los Beni Casi de Zaragoza, de los Beni Tuyib y de los Beni Marwan que apoyados por los reyes cristianos hicieron difícil la situación, especialmente de Mohamed I que resulta impotente para resolver las rebeliones de Omar Ben Hafsún al frente de mozárabes y muladies. Tras un breve periodo de resurgimiento del poder de Córdoba debido al valor de Almudir, y tras su muerte por envenenamiento, provocada por su hermano Abdalá, el poder Califal deberá mirar como el dominio de Omar Ben Hafsún, ahora covertido al cristianismo con el nombre de Samuel, aumenta y nunca podrá ser contrarestado.

Deberemos esperar a la muerte de Abdalá y a la subida al poder en el año 912 de Abderramán III (891-961), para que el nuevo emir se encarge de evitar la desaparición del reino de Córdoba y cominece el periodode granmdeza conocido como periodo califal, de unos 120 años..

Datos de " Historia del Ejército español " S.H.M y Del Guadalete a Pamplona (J.L. Costas)