Periódico "El Informador" de Guadalajara, Jal.

Editorial del día 7 de marzo de 2000.

Pentathlón Deportivo

Militar Universitario

Luis E. Villa Herrejón*

En el año de 1960 ingresé al Pentathlón Deportivo Militar Universitario. Adelanté un año mi servicio militar (ya que en aquella época era obligatorio), con la idea de liberar la cartilla, el objetivo era tratar de obtener un año antes mi licencia de chofer, sin embargo después de haber cumplido 18 años no conseguí la anticipación y tuve que cumplir con el servicio militar otro año.

La comandancia del Pentathlón se ubicaba en el segundo piso del edificio que ocupaba la Jefatura de la XV Zona Militar, todos los días a las 5:30 a.m. nos reuníamos en el parque ubicado frente a la preparatoria no. 1 y el edificio de la zona militar,. Ingresábamos por la puerta principal a tomar avíos militares (el máuser, el casco, las fornituras y la bayoneta) pertrechados bajábamos al patio principal a formar el contingente militar, para salir marchando rumbo al parque Morelos por la calle de San Felipe, a cumplir con nuestros ejercicios militares y deportivos, el recorrido duraba sólo una hora así que a las 6:30 estábamos desocupados de la enseñanza, muchos quedaban listos para estudiar ahí mismo en la "prepa" y otros nos íbamos a trabajar. Eso era diario excepto los sábados que descansamos y el domingo que ingresamos a las 7:00 a.m. y nos soltaban a las 12:30 después de un arduo ejercicio efectuado en Zapopan, o en lo que ahora son las instalaciones del Code y los edificios administrativos, frente a la Escuela Normal.

La decadencia de Pentathlón se inicia aproximadamente en los años setenta y cuatro, el comandante de la XV Zona de aquella época desalojó la comandancia del Pentathlón y les quitaron las armas, así que el "penta" paulatinamente se convirtió solamente en deportivo, la nueva sede fue instalada por la calle de Humboldt (1). El otro día escuché por la radio en una entrevista a los nuevos comandantes del "Pentathlón" con la misma fibra y coraje de aquellos años de la juventud, estaban promoviendo la existencia de una diferente forma de vida, invitando a los jóvenes a ingresar al Pentathlón (mujeres y hombres) para alcanzar una diferente opción, que los forme en valores y carácter mediante el ejercicio y la disciplina.

Expulsados del apéndice militar, los pocos "pentathletas" de hueso colorado, con mínimas aportaciones económicas, han buscado "sedes" por diferentes partes de la ciudad, hasta ahora lao único que han conseguido, es que la institución permanezca y no llegue a extinguirse.

Lo más lamentable es la poca participación de las autoridades por promover este tipo de Instituciones. En los años setenta hubo ciertos movimientos de inconformidad social, por causas que ahora podríamos analizar como legítimas;(sic), sin embargo la represión y el poder del Estado pronto las sofocaron, así como la creación de la Ley d explosivos y armas de fuego. Estas fueron las causas que debemos interpretar que por seguridad Nacional, las armas del Pentathlón (máusers del siglo pasado) les fueron retiradas y la instrucción militar se dejó de impartir, dejando trunco uno de los objetivos principales del Pentathlón. En la época de oro del Pentathlón Deportivo Militar Universitario, su nivel de formación (marcialidad y disciplina) estaba en igualdad a los Cadetes del H. Colegio del Aire.

Sano sería que las autoridades militares reconsideraran dentro del esquema militar, la posibilidad de reestructurar ese tipo de instituciones paramilitares. O bien que los Gobiernos municipales otorgaran mayor facilidad a los pocos entusiastas pentathletas que aún andan por ahí, para sumar con sus esfuerzos un bien a la juventud. Sólo se sabe que el H. Ayuntamiento de Tlaquepaque, les aporta un local en la zona llamada de la "pila seca".

Una resolución positiva para fomentar una sana ocupación para los jóvenes, son este tipo de opciones, que sirven para reivindicar los valores de los símbolos de la Patria, de las instituciones y de las autoridades, ahora que en la efervescencia política se desacredita y se ofende, sin medir las consecuencias. Además se lograría alejar a los jóvenes de las drogas que tan alarmantemente estamos viendo el índice de desarrollo del consumo indebido.

(1)En realidad luego de ocupar el edificio de la XV Zona Militar como oficinas y depósito de armas del PDMU, la nueva sede fue el edificio de la antigua prisión militar (hoy biblioteca del Ejército) dependiente de la misma XV Zona, ubicado en la esquina de las calles Mariano Bárcena y Francisco Zarco. Luego el Cuartel del Penta se ubicó en una casona de la desaparecida calle de Moro (casi esquina con Hospital), hoy Calzada Federalismo. Y luego entonces a Humboldt 424 donde se instalaron las oficinas y cuartel del Penta por casi diez años. Dicha finca que operó muy bien como cuartel se perdió por descuido de quienes estaban obligados a conservar el patrimonio de la Institución y que en su momento tendrán que responder. Luego nos referiremos ampliamente a las circunstancias que rodearon este y otros hechos. N. de la R.

*Abogado, egresado del Pentathlón.

Edificio de la XV Zona Militar