Poesía de combate

Algunas maneras de predicar en el desierto

Está decidido. No hay más

que internarse en el Desierto.

Alguien pregunta:

porqué el Desierto.

Porque es difícil, duro

muy duro poder con el Desierto.

Cuando tal decide predicar en el Desierto

queda dicho,

no hay quien lo pare.

Para ingresar al Desierto con

posibilidades de morir

-si la muerte viene-

dignamente

se recomienda llevar con uno

sobre el pecho todas

estas condecoraciones

"Al Fanatismo", "Al Descubrimiento", "A la Voluntad",

"A La Imaginación", "A la Constancia", "Al Amor",

y muy especialmente prenderse

"La Gran Cruz de la Soledad",

es decir, llevar con uno

lo que falta.

Llevar la Gracia puesta.

Las Maneras:

Si uno sabe previamente

que va a morir en el Desierto

debe

predicar con sus mejores palabras

esas palabras de reserva para decidir la suerte.

Las de la primera vez.

Debe avanzar

hasta que las rodillas sean incapaces

de puntear la marcha,

hasta lo más lejos.

Irá vestido con su mejor ropa

y colocada su Gala

saldrá al encuentro de su Destino.

Si existen posibilidades de salvarse

debe expresarse a gritos diciendo que es él

el que vive ganando terreno con firmeza

y sin fallas,

haciendo méritos suficientes.

Si sabe que se salvará

- haga lo que haga -

debe rezar.

Rezar y caminar

Rezar y progresar

Caminar y caminar

Y volver a rezar.

En definitiva

La oración es la mejor prédica posible.

En los últimos casos algo es seguro:

No saldrá del desierto el mismo que entrara.

La prédica habrá dado sus frutos.

GRL.