¿Por quien votar?
Por Miguel Ezquerra Lomelí *
Los pentathletas junto al
resto de la sociedad mexicana observamos a diario hasta la saciedad proclamas,
declaraciones, encuestas, sondeos, campañas, insultos,
debates...para decirle y demostrarle al mundo que somos un país
democrático. Además y para que no digan, gastamos la friolera
de 8 mil 453 millones de pesos (más del doble del presupuesto
que le corresponde al Poder Legislativo, y mayor al que le
corresponde al Poder Judicial) en el proceso electoral. Una
credencial de elector -con fotografía- tiene un costo de 90
pesos.
Los partidos políticos incluyendo los morralla se llevan entre todos la suma de 3 mil quinientos 30 millones de pesos como financiamiento, nomás. Y el I.F.E. dependiente del funcionario mexicano (?), ex mapache José Woldenberg, gasta casi 5 mil millones de pesos para la operación y la organización de los procesos electorales.
Todo este dispendio repito, para que se diga que los mexicanos sí valoramos altamente la función política y las elecciones. Que no se piense que es una mala utilización de los recursos públicos. La Democracia cuesta y cuesta cara. Y esta inversión que hacemos todos los mexicanos tiende a demostrar al mundo que la democracia en México existe.
Luego de este gasto, bueno, pues aparecen los Diputados, los Senadores, los Gobernadores en turno, representantes fieles de la ciudadanía a quienes claro está, hay que asignarles una "dieta" un salario que ellos podrán modificar a su antojo. Aparte los viáticos, vales de gasolina, salarios para chofer y secretaria, "guaruras" de cajón, renta de oficinas, viajes...excenciones en el pago de casetas de autopistas, en el uso de comunicaciones e importantes privilegios en materias impositivas. Un Senador de la República por ejemplo, se despacha con la generosa cifra de 7 millones de pesos en su periodo. El "gober" panista de Jalisco se lleva mensualmente más de 100 mil pesos libres de polvo y paja a cambio de sus desinteresados servicios al pueblo.
Por ello todos en México quieren tener el derecho de votar y de ser votados, pero, la abundancia de recursos federales no han mejorado la calidad de la democracia en México.
Las propuestas de los candidatos en ninguno de los casos ofrece programas amplios y detallados de lo que se puede esperar en el ejercicio del poder. Todo se reduce a prometer alegremente todas las soluciones a un país pleno de contradicciones.
Así por ejemplo: Cárdenas resulta dogmático y no es capaz de despertar confianza en el sector empresarial al que critica severamente -los niños "bien" lo apoyan, porque de ganar se podrían ir a vivir a Miami-, candidato desabrido, anacrónico, feo, obsesivo con los Pinos y con la prédica marxista de siempre.
Fox, en un carnavalesco festín de promesas, frases y recursos dramatizadores, ofrece la imagen de un candidato contradictorio, incoherente: "-soy de centro-izquierda" pero en un partido con principios doctrinales de "derecha". Fox mismo cae en la incongruencia de verse como un oportunista que desea saldar sus deudas del Fobaproa y su endeudamiento publicitario en un programa de gobierno del que todo puede esperarse, cubriéndolo solamente como de repudio al PRI y al sistema del que se benefició notablemente él y su familia. La tentación de un experimento populista, de dar bandazos y cambios están cerca : Fox puede imprimirlos. Dentro de todo, lo ilustrativo de Fox es que antes de cada presentación en público se lustra sus botas.
El candidato del PRI,
Labastida, actúa de manera prudente, pero insuficiente. Su
partido se ha dejado envolver en una inmovilidad y sus propuestas
resultan ya conocidas, como de hecho, son las más probadas, para
bien y para mal, en el efecto en la vida de los mexicanos.
Labastida pese a su tibieza y a la incertidumbre de su triunfo,
es el candidato más maduro, congruente, sobre el manejo de la
situación del país.
En otro renglón, la calidad de la información de cada mexicano es diferente. Por ello es importante que las instituciones del pensamiento aporten rigurosos análisis no partidistas acerca de lo que sucede.
Esto no es un experimento, se juega el futuro de la patria, la libertad, la salud, la educación, en políticos que solamente parecen hacer bufonadas y que pueden tomar el sillón presidencial.
No se asusten: nuestra democracia, desde sus orígenes revolucionarios ha sido rico manjar del humorismo. La risa que nos provocan las leperadas de los candidatos, a veces puede tornarse en rictus de dolor.
La democracia es tan rara que no se da ni en el seno de los mismos partidos. El PRD se partió en sus procesos internos y acabó enfrentando a sus dos reyes: Porfirio y Cuauhtémoc. Eran mucho líder par tan poco hueso, ¿o perro? según el refrán...¡Faccionnes? hasta el PRI las tiene. Y no se diga del golpeo duro del mismo PAN que tan beatífico, tan angelical, fue capaz de exhibir a Maribel Alfeiran, o de bajar de las nubes en que andaba hasta la banqueta al antes todo virtud, Raúl Octavio Espinoza otrora timonel del gobierno panista, por decir algo. Además el PAN era moldeado al arbitrio de las familias custodias. Y está el choque entre Diego el Jefe y el Ultra Jefe, Vicente Fox.
Es un buen negocio en un país tan pobre, organizar un partido político y darle puestos a la familia. Hasta el caso del Verde Ecologista, se convierte en billetes verdes, en pleito de ambiciosos que se disputan el botin. Ciertamente la democracia es cara, pero es un sistema más caro, si llega hasta el suicidio.
Habría también de considerar el papel que juega la francmasonería, siniestra y misteriosa organización secreta que otrora lo mismo quitaba y ponía gobernantes u ordenaba asesinatos por decreto. La masonería a través de sus variados ritos, cuenta con "hermanos" en todos los partidos políticos, conserva puestos clave en el Gobierno, en la educación, en el Ejército y hasta en la Iglesia Católica.
La mayoría de los pentathletas estamos convencidos de que -¡oh herejía!- el destino de la Patria no puede depender exclusivamente de unas papeletas en una urna de cristal o de un partido político más o menos organizado o del juego mañoso del sufragio universal, como ya lo dijeron magistralmente en su momento José Antonio Primo de Rivera, Anacleto González Flore y Antonio José de Brito entre otros.
La aplastante mayoría de los políticos mexicanos no están a la altura de la democracia auténtica ni siquiera tienen aptitudes para ejercer puestos de elección popular. Muchos no aman a la Patria, ni siquiera la comprenden y la sienten.
Debemos cuidar al Pentathlón y no entregarlo a los partidos políticos -que dividen a la Patria- ni al gobernante en turno. ¡Cómo me avergüenza recordar aquél comandante del Penta de Jalisco que enviaba al personal del activo a acomodar sillas y estrados para los mítines de cierto candidato del partido oficial!, a cambio de una chambita para él y nada para el Penta...asco.
Ya lo establece el Código Fundamental de nuestra Institución, El Penta no es ni será mercancía ni botín de los partidos políticos. Sin embargo los egresados sí estamos obligados, comprometidos con el destino de México, responsablemente habremos de realizar actividades políticas o participar en el partido que más se identifique en la teoría y en la práctica con nuestros ideales. En los próximos comicios sin dudarlo, se juega el futuro de México. No perdamos de vista el papel que la izquierda jugará mediante el EZLN y los mugrosos del CGH así como los curas liberacionistas. Tras el PAN se sitúa el apoyo de un importante sector de la Iglesia, empresarios, la finanza internacional y las fuerzas de la derecha desabrida.
Nos queda el camino de la preparación, del amor por la Patria y del sacrificio por ella, así nos comprometimos al graduarnos como Cadetes cuando juramos libremente los Compromisos del Cadete.
*3er.Oficial de Cadetes de Infantería, Gafete de 2ª. Clase. Egresado.