"Cuando una puerta se cierra,
otra se abre"
Proverbio Africano
"We’ve been through, some things together,
with trunks of memories still to come
We found things to do in stormy weather..."
Neil Young, "Long may you run"
Al salir dejaste la ventana abierta y, dado que llovió
toda la tarde, el agua entró libremente a través de ella,
mojando gran parte del piso y los muebles cercanos.
Jamás pude comprender esa forma tuya, tan particular,
de hacer cualquier cosa, siempre con tanto desenfado, con tanta desenvoltura,
que terminabas cayendo en mil y un errores por tu falta de concentración
y seriedad.
Ese mismo día habías estado silenciosa toda la
mañana y aunque no logré descifrar el por qué de tu
silencio, sé que eso no me importó y menos me importa ahora.
Cada vez que es necesario decir algo serio, algo que de una u
otra forma podría cambiar tu vida, optas por la lentitud, escoges
el rodeo, el dar vuelta muchas veces al discurso para terminar perdiendo
el sentido de las frases por no haber seleccionado en un primer momento
la vía simple y llana de la sinceridad.
Mis ojos, acostumbrados ya a ese recurrente paisaje matinal de
los domingos, se posaron sobre tu cuerpo, que estaba muy cerca del mío.
Sin embargo, su verdadero deseo era capturar tus pensamientos, esos que
se encontraban perdidos en el paisaje que observabas a través de
la ventana. Todo el cansancio de los últimos años nos había
invadido la noche anterior y no pudimos dormir. Creo que a partir de ese
momento ya estaba tomada mi decisión.
Cuando regresé y encontré el apartamento bastante
mojado, me tomé un momento para sonreír. Poco después
comencé a secar los muebles y busqué en el cuarto periódicos
viejos para absorber la humedad de la madera del piso. Al terminar esa
operación fui hacia mi cuarto tratando de recuperar el sueño
atrasado.
Reconstruir la tarde de aquel domingo es una tarea más
fácil. Te levantaste con firmeza de propósito y te vestiste,
minutos más tarde yo te imitaría. Me ofrecí a conducirte
al lugar de tu preferencia, te lo hice saber y dijiste aeropuerto. No respondí
nada y me acondicioné mentalmente para el viaje.
Nuestra vida juntos no había sido tan mala, aunque está
claro que hacía tiempo que nos costaba mucho trabajo comunicarnos
y eso influyó para no poder hacer frente al problema.
Se mojaron tus libros (siempre tirados en el sofá al lado
de la ventana) y algunos de los míos que habías tomado prestados.
Pasaron muchos días para que se secaran completamente, es más,
en algunos de ellos todavía se siente un perfume de humedad, humedad
que trae a mi memoria imágenes de aquella tarde lluviosa.
Nunca nos dimos por vencidos, tratamos siempre (de manera activa
o pasiva) de salvar lo nuestro, dándonos besos sin motivo, sonriéndonos
por nada, perdonando sin pensarlo dos veces; mas todo estaba ya muerto,
no había remedio, todos nuestros esfuerzos resultaron inútiles.
Sólo faltaba quien tomara la iniciativa, alguien que diera el primer
paso.
A medida que nos acercábamos al aeropuerto mi valor se
acrecentaba, me sentía dichoso y sereno. Después de estacionar
dejé que comenzaras sola tu camino para luego ir detrás de
ti. Observé cómo caminaste hasta el puesto de una línea
y compraste unos pasajes. Con paso firme te dirigiste hacia mí,
sonreíste, robaste un beso de mis labios y, en una ágil maniobra,
sacaste de tu bolso los pasajes y los pasaportes. A pesar de lo aturdido
que me dejó la escena (una vez más esa forma tuya de hacer
las cosas), tuve el aplomo suficiente para apartarte con uno de mis brazos,
permitiéndome tener más tiempo para meditar.
Los problemas entre nosotros no eran ninguna novedad y, en general,
siempre los resolvíamos de la mejor manera posible. Sin embargo,
esa vez fue diferente. Los años no habían pasado en vano
y nunca nos habíamos tomado el tiempo necesario para reevaluar nuestra
relación. Sabíamos que no había salvación,
mas aguardábamos que la rutina precipitara el fin y fue así
como pasamos los últimos meses en esa larga espera que, desembocando
en aquella noche insomne, me dio el valor para proceder.
Cerré los ojos mientras te escuchaba decir:
-Lejos de aquí, de esta ciudad, de este país, dejaremos
atrás el tedio. Todo será mucho mejor.
Supe que no habías comprendido nada y secamente emití
un apresurado adiós mientras caminaba rápidamente para llegar
al automóvil. La asignación no había sido tan difícil.
El fin se fue apoderando de nosotros para no aparecer de golpe.
En nuestros últimos días de convivencia, inconscientemente,
fuimos separando nuestros mundos. En el fondo sé que tú también
te dabas cuenta. Hoy toda tu ropa sigue en el mismo lado del armario, la
cama matrimonial es extremadamente cómoda para mí solo.
Al tenderme sobre la cama, ya sin la lluvia cayendo como divinas
lágrimas, sentí el aire un poco enrarecido.
En el cuarto nada se había mojado porque yo mismo me había
encargado de cerrar esa ventana. Borracho de libertad, de futuro y de silencio
me dispuse a aprovechar la noche conciliando el sueño. Nada dura
para siempre y tampoco nada es necesario para siempre, pensé.
Lo dulce del adiós, para ese momento, ni lo imaginaba.
Era la nueva etapa de la vida que estaba por comenzar, el aire se había
enrarecido con recién recuperada libertad.
Comentario de ojos de cuervo:
La historia propuesta ofrece grandes posibilidades, sin embargo no existe una fuerza antagónica que mueva a los personajes, el final se maneja a lo largo de toda la historia por lo que tampoco existe un hecho inesperado que lo permita calificar como un cuento o un cambio en los personajes, ya que el la abandona en el aeropuerto y ninguno de los dos parece resentir un cambio en sus vidas, no por que no se diga si no por que no se transmite a traves de las acciones.
Existen frases hechas que se pueden simplificar y que por ser ya tan
usadas pierden su capacidad de expresar la singularidad de lo que se quiere
transmitir quitandole dramatismo a una situación de rompimiento
con el pasado tales como "jamás pude comprender", "en el fondo se
que..", "mi valor se acrecentaba", "el fin se fue apoderando de nosotros",
etc. La problemática de la pareja se maneja a lo largo de todo el
texto por lo que las descripciones son reiterativas.
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