Las olas
desgarran la estrella.
Lo que digamos ahora
se perderá en un laberinto,
un montón de palabras en oferta.
Un ojo estéril
para siempre en formol
y en su cara los lunares,
los amaneceres desperdiciados.
La luz despedazada,
los colores
desparramados por el suelo,
tiñen del rojo al azul
tantos recuerdos inventados,
las oraciones sin sentido
y tantas madrugadas en vano.