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Es un estado aparte, otra nación. Un país de alto nivel
cultural, pero controlado por un férreo monstruo hitleriano.
El INOMBRABLE dirige desde su desordenada madriguera. Siembra el terror, infunde un respeto de semidiós, controla mentalmente. Es un claro ejemplo del neodespotismo. El poder centralizado en un líder carismático, sistemas correctores de conductas subversivas, consejos de guerra, imposibilidad de expresión política, social, etc. Y nosotros, mal vestidos, mal olientes, impresentables, maleducados, soportando al conejillo. El inombrable conejillo nació en la primera década del siglo... ¿¡qué coño hace dirigiendo un colegio!? Es un conejillo viejo y senil, es lógico que su forma de pensar esté desfasada, no es un innovador; es un Castro, un Hitler, un Stalin, un Franco... Las dictaduras, sean del color que sean, nunca suponen un progreso... y nuestro conejillo es un dictador; un dictador demasiado viejo. Se cree una especie de Pontífice Cultural, no niego que hayan cosas positivas en su forma de pensar y actuar, pero me parece inhumano. Es un machista. Las madres que le van a ver sin sus maridos suelen salir ofendidas, irritadas o deprimidas. Trata a las mujeres como si fueran seres inferiores, más o menos. Y el INOMBRABLE-BARBAS-MULLIGAN-CONEJILLO tiene súbditos. Sus esclavos dependen totalmente de él. Son sus funcionarios e intentan educarnos (bastante bien en general), pero él hace con ellos lo que le gusta. Pobres súbditos, profesores de la nación cultural; esas figurillas tan graciosas. Los gritos de los profesores son divertidos, sus enfados ridículos, sus castigos cómicos... ellos nos proporcionan una diversión ilimitada. Podemos irritarlos hasta el punto de inspirar en ellos un terrible instinto asesino (el ejemplo de nuestro querido y terriblemente gracioso Laga). Y algún interno, algún recluso era, y es, especialmente hábil a la hora de desquiciar a los profesores. Admirable. Todos los alumnos son realmente admirables. Realmente los hecho de menos. Me divertía con ellos, tenía (y tengo) buenísimos amigos e irremplazables amigos... quizás es porque bajo un ambiente opresor, los lazos de amistad son más fuertes... No lo sé. Ay, conejillo...¡Cuan gracioso eres! Non fuyáis (...) puesto que son (profesores) os que vos acometen... Hecho de menos todo aquello. Robar libros. Los nervios de hacer un trabajo para el lunes, el domingo a las doce de la noche (¿te acuerdas, Xabi?), o cagar en ciertos lugares estratégicos (¿eh, Greñacas?), o saltar de la caseta (¿Lluís?), o las avalanchas (i los 7?), o reírse de los esclavos (¿eh, Balatrá?), o reírnos muchísimo con todo, con cualquier cosa (¿eh, Piru?)... y sé que me dejo gente... y hecho de menos todo aquello. Debería dispararle. Me gusta apretar el gatillo, pero no sé muy bien qué significa. Un día apuntaré al conejo loco, y creo que con un poco de perejil alguna rata aún se lo comerá. Es tan monstruoso que temo el día en que nadie llore su muerte. |
© Javier Terrisse 1994