Quisiera Dios conocer
un pelo de color de noche
unas manos que intuyo finas
una voz azul que sabra endulzar mis oidos
Una piel de cobre
con la herencia de la tierra
una trenza de infinitos,
una mirada serena
Un corazon blando y puro
capaz de tejer palabras de amor
como el sol suelta sus rayos,
como el mar encierra, sus gotas de vida
Se que vendra esa mujer,
de otros cielos de angeles,
donde flotan las almas
de los enamorados
W.M. (T)
BsAs.
Argentina