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En su primera muestra personal, la artista del epígrafe presentó un conjunto de esculturas, dibujos y serigrafías. Dialogamos con la joven expositora.¿Toda la exposición guarda una relación entre sí?
— Expongo esculturas que representan barrigas y un niño, para el cual usé como modelo a mi hijo.
Esta pieza es un modelado figurativo, a tamaño natural, sólo hasta la parte del torso, pues a partir de ahí se desarrolla un lenguaje por medio de tensiones de sogas y estacas de madera que denotan un cuerpo trunco. Asimismo, presento una cabecita en cera, inspirada también en mi hijo, protegida por una urna de vidrio...¿Esta idea también se observa en los dibujos y las serigrafías?
— Hay dos dibujos hechos a pastel y uno en técnica mixta. Los tres poseen connotaciones de interiores de vientres. Las serigrafías son fotos-serigrafías de mujeres encinta, sobre las cuales he herido la imagen con elementos expresionistas.
¿Se considera una artista expresionista?
— Yo siento que sí. El lenguaje es expresionista, es directo y agresivo.
¿Por qué esta presencia de lo visceral?
— Porque siento que es lo más cercano a mí como ser humano. Trato de transmitir mi vivencia con la misma intensidad con que la recibo.
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