Rabia de fuego enciende mi lágrima,

roza mi cara y quema mi mejilla

desesperada rueda hasta mi boca

me abrasa los labios, deshace mi palabra.

Ruin continúa y cae en mi pecho

redonda cristalina dibuja su mancha

desaparece su rastro en mi ropa, huye.

LA DUDA

Arropada entre sus brazos

me pregunto qué será,

cuando en brazos de otro hombre

mi destino se verá.

Me torturo con la duda

del eterno amor innato,

y descubro con locura

que mi amor entero mato.

Mi desdicha yo provoco

sin deseo de sufrir,

cuando asalto mi presente

y al pasado quiero huir.

Si mi inquietud yo despido

mi amor se encuentra mermado,

y es necesaria su fuerza

para estar enamorado.

No quiero que no me quiera,

pero no me importa pensar

qué sería de mí si se fuera

para nunca regresar

¿Sería feliz entonces?

¿Podría sobrevivir?

O moriría dudando

qué hubiese sido de mi.