EL CUERVO

(por Halcón)

Posado es la sombra que nos persigue en pleno día,
y cuando extiende sus alas
es la bóveda del cielo con todas sus estrellas.
Él es la noche que habita en tu alma.
Él es el cuervo.

Él cuervo volaba mucho antes de existir,
volaba en el mundo oscuro de los sueños.

Fue ese mundo de sueños el que tiñó sus alas
e iluminó sus ojos con todos los secretos.
El cuervo volaba sin tener donde posarse,
volaba en un espacio en el que nada había,
ni siquiera aire para respirar o sostener sus alas,
pero eso no importa al que aun no existe.

Posado es la sombra que nos persigue en pleno día,
y cuando extiende sus alas
es la bóveda del cielo con todas sus estrellas.
Él es la noche que habita en tu alma.
Él es el cuervo.

El cuervo, cansado de volar sin rumbo
plegó sus alas y comenzó a existir.
Un ser con existencia es el Dios de un mundo de sueños,
y como Dios creó una rama en la que poder posarse.
Posado en su rama en mitad de los abismos
el cuervo soñó con algo en que mirar
y su sueño era un mar que todo lo cubría,
un mar infinito que se hizo realidad.

Posado es la sombra que nos persigue en pleno día,
y cuando extiende sus alas
es la bóveda del cielo con todas sus estrellas.
Él es la noche que habita en tu alma.
Él es el cuervo.

El mar que soñó el cuervo estaba lleno de promesas,
lleno de semillas y de cosas por nacer.
De entre estas semillas el cuervo tomó cuatro con el pico
y una a una las fue rompiendo contra la rama.
De la primera semilla nació un lobo justiciero,
de la segunda un caballo de crines enredadas,
de la tercera un hombre y una mujer pensativos,
y de la cuarta una hembra de plumas de azabache,
en realidad lo único que el cuervo buscaba.

Posado es la sombra que nos persigue en pleno día,
y cuando extiende sus alas
es la bóveda del cielo con todas sus estrellas.
Él es la noche que habita en tu alma.
Él es el cuervo.

 

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