Geneve
Esta es la historia de la Reina:
Una mañana desperté y mi lecho estaba vacío,
sentí el frío de la soledad y en mi alma algo se rompió como
si de cristal se tratase, salí de mis aposentos y empecé a
caminar hacia las cuadras y sin más monte en mi yegua y cabalgué,
cabalgué hasta que algo me deslumbró en la madrugada. Aún no
había salido del todo el sol pero en el horizonte algo brillaba
con más intensidad que el astro rey. A medida que mi montura
avanzaba, en mi interior sentía un voz tenue como un susurro que
me llamaba: "Geneve, Geneve..." mi curiosidad
crecía por segundos empujándome más y más hacia mi destino.
De pronto lo vi tan claro como una imagen nítida reflejada en el
agua de un arroyo. Era el reino dorado de CAMELOT y algo en su
interior me atraía como la miel a las abejas. En ese momento me
di cuenta que ese algo que me atraía hacia Camelot crecía
dentro de mí ocupando todo espacio libre en mi corazon. Cruce
las grandes puertas de la ciudad adentrandome poco a poco en un
reino que tenia vida propia. Fue alli en el punto mas alto de la
ciudad donde le vi por primera vez, altivo , majestuoso,
señorial. Parecia un dios abriendome sus brazos para protejer mi
cansada y solitaria alma. ARTURO DE PENDRAGON el rey, el sueño
de cualquier jovencita, el sueño de cualquier mujer que desease
ser amada. El rey cuyo nombre habia llegado mas alla de las
fronteras de mi tierra: Leonese, mas allá de Inglaterra, mas
alla del mundo conocido y por conocer. Y fue ese mismo rey el que
con dulce voz me dijo: - Ya estais en casa mi dama- cuan dulces
sonaban sus palabras, que hermosura, que altivez desprendia su
semblante, Arturo lleva su poder con tanta delicadeza, hay tanta
dulcura en sus ojos, ¿como podria amar a otro hombre?. Y tendi
mi mano que tomo el entre las suyas, la beso con una caricia
estremecedora y decidi en aquel mismo instante que mi vida
pertenecia a ese hombre y a ese reino, que le seguiria ciegamente
aya donde le llevara la fortuna convirtiendome asi en su esposa.
Pero la dicha no podia durar tanto tiempo, la
sensatez de mis sentimientos se vio de pronto arrastrada al lodo.
Fue el mismo instante en que aparecio por Camelot y mis ojos se
cruzaron con los suyos...Que instante tan delicioso y al mismo
tiempo que horror encerraba en si.
Cabalgaba en su corcel negro y al entrar en el
reino todo el mundo desaparecio, el tiempo se habia parado cuando
sus ojos negros se clabaron en los mios, se acerco a mi y con
toda la osadia que un hombre es capaz me dijo:
"Pedidmelo" en voz baja, acariciandome con esa palabra
como si de una suave brisa se tratase. Mas cual fue mi
desesperacion cuando mi esposo despues de nombrarlo caballero le
rogo casi le ordeno que se convirtiera en guardian de mi persona.
En mi mente solo resonaba una y otra vez
"Pedidmelo, pedidmelo, pedidmelo" , cada vez que le
miraba a los ojos su voz resonaba en mi interior batallando ante
mi insistente negativa, ¿que podia hacer?, ¿como podia negarme
ante la peticion de unos ojos rebosantes de amor?. Asi fue como
sin quererlo me enamore de él sir LANZAROTE del Lago.
Este es mi triste destino ser la Reina
de Camelot y estar enamorada de dos hombres por los que daria mi
vida y a los que ni puedo abandonar ni quiero perder pues solo
teniendolos a los dos mi alma y mi corazon estan completos.
Asi es Geneve admirada por algunos,
querida por otros, odiada por la mayoria pues su infidelidad ni
es entendida ni es aprobada, mas sigo admirando su persona pues
por lo que se de ella me parece una mujer fascinante.