Juan José Cambre
bahía blanca, del 7 de marzo al 6 de abril de 1997.
El arte contemporáneo, incluso aquel que ha abandonado toda relación visible con el métier tradicional de la pintura para incorporar los más diversos materiales que se encuentran a su disposición es o sigue siendo aún, arte de la pintura. En otras palabras, el arte es arte de la pintura en el doble sentido del genitivo: pertenece a la pintura y está referido a la pintura; reconoce en la pintura, aún cuando lo haga a través de las más oblicuas mediaciones, el sistema de mediaciones, el sistema de referencia en relación al cual se constituye como arte. Desde el más elemental ready made a la más compleja instalación arrastran, en su no ser ya pintura, el ruido de las cadenas producido por ella. La razón de estas afirmaciones habría que buscarlas en configuraciones histórico-filosóficas que no corresponde tratar aquí. Pero la existencia de la obra de J. Cambre -su pura existencia pictórica-, abre sugerencias e irradia efectos más inmediatos ques una detallada argumentación.
La obra se presenta indudablemente como obra de la pintura, pero no lo hace ingenuamene; no es pintura porque simplemente existe o existió el métier del pintor legitimado por el tiempo, tampoco pretende restaurarlo irónicamente ni reclamar para sí la arbitrariedad del gesto estrictamente subjetivo. Es pintura después de los sucesivos abandonos y restauraciones de la pintura. Si la pintura sigue siendo el sistema de referncias ineludible de las artes plásticas, sistema permanentemente cuestionado e incluso amenazado, lo más probable es que su consistencia haya sido siempre dudosa. No es ni fue nunca un paradigma clausurado y definitivo sino que, desde siempre, ha comenzado a dislocsarse y a estremecerse. La pintura de Cambre, vuelta sobre sí misma, abismada en un objeto neutral que no es historia ni naturaleza, aparece afectada por un sutil estremecimiento que proviene del hecho de instalarse, simplemente y aceptando todos los riesgos, en los límites de la pintura. Pero aceptar esos límites otorgando la palabra a la pintura produce, por así decirlo, desde dentro de la pintura, un desplazamiento de los mismos que cominzan a tornarse difusos y a transgredir jurisdicciones establecidas. Lo que cada cuadro delimita convoca la presencia de lo que está del otro lado del límite, y lo que está más allá del límite de la pintura se vuelve a constituir como pintura, simultáneamente otra y la misma.
Lucas Fragaso
Exposiciones inidividuales (selección)
1976
Galería Lirolay, Buenos Aires.
Galería Artem´ltiple, buenos Aires.
1977
Galería Arte Nuevo, Buenos Aires
Galería Balmaceda, Buenos Aires.
1978
Galería Atica, Buenos Aires.
1985
Galería Rubbers, Buenos Aires
1991
Galería jacob Karpio, San José de Cossta Rica.
1992
Pinturas 91-92 Centro cultural Recoleta.
Premios (selección)
1981
Primer Premio de pintura Salón Manuel Belgranoç1982
Mención Artista Joven del Año. Asociación Argentina de Críticos.
1993
Primer Premio Amalia Lacroze de Fortabat.
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