si usted en cambio preguntara
qué no es poesía entonces sí
podría imaginar como tiros al aire
quince o veinte respuestas
por ejemplo es probable
que no hallaran cabida en el registro
ni el espectro de la pena de muerte
ni el dedo amonitorio de wojtyla
ni los eróstratos de la amazonia
ni los bomberos de rencor en llamas
ni los defoliadores de utopías
ni las pinacotecas de gangsters y banqueros
ni los mezquinos prescindentes
ni muchísimo menos los vice prescindentes
pero no estoy seguro
la poesía tiene
como dios
o como dicen que usa dios
sendas inescrutables e infinitas
y algunas de ellas poco transitadas
líbreme dios o sálveme mandinga
de decir ésto no es poesía
cuando con tinta roja definió josé emilio
la poesía como sombre de la memoria
maravillosamente dio en la tecla
pero eso no descarta concebirla
también como memoria de la sombra
pasa el amor y deja sombra
el odio pasa y deja sombra
pasan la madrugada y la canícula
y dejan un sabor ácido a sombra
en los andamios y en el césped
en los lacónicos y hablantes
en las errantes bóvedas del mar
y con la clave de los cuerpos
y las complicidades de la luna
la sombra asombra a los olivos
a las glorietas a los campanarios
a las antenas parabólicas
así / después de todo
con esas sombras que nos dejan
en la mirada y en los tímpanos
en el vacío del delirio
en las hipótesis del sexo
en la ceniza finalista
con la memoria de esas sombras
damos alcance
en ciertas ocasiones
excepcionales ocasiones
a la blindada frágil poesía
o quizá a la memoria de la sombra
de la poesía