LO QUE MUCHAS MAMÁS QUISIERON DECIR UN DIA CUALQUIERA....
PERO NO SUPIERON COMO.....
(Para ti Gilberto.....por esa conversacion telefonica del otro día....para que sepas que a veces todos los padres ....sin importar si se trata de papá o mamá....queremos salir corriendo....solo hay que tratar de recordar que todos fuimos jovenes y en mayor o menor medida ....tambien con o sin intencion...."aunque valga el beneficio de la duda"....digamos que sin intencion.....de vez en cuando hicimos que nuestros padres quisieran salir corriendo....o simplemente hacernos un lindo collar alrededor del cuello.... con el cable del telefono!!!!.....hace tiempo que no te lo digo....pero te sigo queriendo mucho.....eres un gran padre....y un excelente amigo....
De pequeño gritabas, exigías, vociferabas, refunfuñabas, estabas mojado y sucio inmediatamente después de cambiarte, me despertabas en plena noche y nos impedías levantarnos tarde, me obligabas a prever catorce comidas por semana, rompías nuestra intimidad, en resumen, nos asfixiabas en nuestra vida de jóvenes adultos.
Sin embargo, soportábamos este fustigamiento con relativa buena disposición, en calidad de padre y madre te perdonábamos: los niños no saben realmente lo que hacen.
¿Acaso no nos correspondía a nosotros educarlos para encaminarlos paulatinamente a la practica de las reglas elementales de la vida en sociedad? Eramos conscientes de que se requiere mucha paciencia para realizar con éxito esta tarea sobrehumana: la de transformar en un ser civilizado y ordenado al chiquillo simpático pero anárquico que tuvimos la extraña idea de traer al mundo.
El problema esta en que después de años de esfuerzo para inculcarles los gestos que aseguran el bienestar de los unos sin perturbar el de los demas, no por ello habéis dejado de inmiscuiros como salvajes en nuestra vida de todos los días. En este ámbito preciso, el de los meros gestos cotidianos,parecia que incluso retrocedíais de año en año. Entre vuestro nacimiento y los 10 o 12 años, excepto con individuos especialmente rebeldes, por lo general habíamos contabilizado progresos. Poco a poco a fuerza de machacarles los mismos:"¿Qué se dice?" "Da las gracias" "Da los buenos días cuando llegas y las buenas noches cuando te vas" "Ordena tus cuadernos y libros si quieres encontrarlos mañana por la mañana al ir a clases" "No pongas tus zapatos llenos de barro encima del sofá de la sala" se produjo una indiscutible mejora.
No todo era tan bonito ni tan agradable, ni muchisimo menos sin embargo cuando ibas a pasar la tarde o algunos días de vacaciones a casa de tíos y tías o a casa de algún amigo de la familia, resulta que esas personas nos hacían un gran elogio de ti."Ha sido encantador (a), hay que ver lo bien educado (a) que esta". Estos comentarios siempre nos sorprendían, porque nosotros no teníamos la sensación de estar cohabitando con una hijita modelo o con un diablillo encantador. Pero aquello nos complacía: no habíamos arado en el mar, al menos en casa de los demás, sabían comportarse.
La situación empezó a degradarse a partir de vuestra pre-pubetad y cuando empezasteis a cursar el bachillerato, tomando como pretexto horarios de entrada mas tempranos y las tareas de las tardes, se esfumaron vuestros buenos hábitos, tanto de orden como de cortesía.
Los relatos de cientos de padres han corroborado mi propia experiencia. Lo que ocurría en casa no era distinto a lo que pasaba en otros hogares.
"Ahí donde hay jóvenes....hay descontrol"
Hacía los 12 y los 14 años tu habitación empezó a parecer la trastienda de un ropavejero, después aprecio un establo y hoy es ya un autentico vertedero....ya lo sé :solo tengo que cerrar la puerta y no ver lo que allí ocurre. Eso es por lo que por otro lado muy pronto decidí hacer: entrar lo menos posible en tu antro. Acepte que era tu territorio y que si soportabas vivir en aquel tugurio, no era de mi incumbencia. A fin de cuentas la política de puertas cerradas nos convenía a ambos. Era llevadera y protegía tu leonera.
Solo llevo a cabo importantes inmersiones de orden una o dos veces al año, cuando te vas de vacaciones con tus amigos. Es necesario alguna que otra vez limpiar las cuadras de Augias, si no queremos que las ratas nos invadan la casa, en esos momentos solo tiro lo imprescindible: los papeles de las galletas, las montañas de colillas que llenaban hasta el borde uno de los ceniceros de la sala que buscaba desesperadamente desde hacía meses y que llegue a pensar que la sra. del servicio había roto y no había dicho nada, los periódicos atrasados, las pilas que ya no sirven, las botellas y las latas vacías....
Incluso.... si tomo mil precauciones para que no desaparezca nada esencial me insultas inevitablemente a tu regreso, por haber tirado a la basura el trozo de papel en el que habías anotado el numero de teléfono de un muchacho o muchacha, ilocalizables ahora por mi culpa para nunca jamas. Pido perdón, finjo cierta confusión al tiempo que conservo la firme intención de volver a las andadas cuando salgas otra vez de vacaciones. Además, creo que únicamente gritas por una cuestión de principios, y que de tarde en tarde no te desagrada encontrar tu habitación ordenada, si no gritaras....tendrías que dar las gracias y eso te asquearía.
Por tanto acabaríamos encontrando un modus vivendi si te quedaras en tu guarida. Pero resulta que no vives confinado en tu habitación sino que te extralimitas, vienes a contaminar MI entorno, no respetas MI territorio.
No entiendes y te sorprende que pueda decir semejantes cosas. Imaginas por el contrario que quiero alejarte, cuanto mas....mejor del hogar para que interfieras cada vez menos en nuestra pequeña vida burguesa.
Voy a explicártelo: Tu desorden me molesta y mucho, a diario, varias veces al día....
¿Necesitas ejemplos? Ahí van:por la mañana recojo las botellas vacías y los envoltorios de las galletas de tu noche, justo cuando quisiera hallar la cocina mas o menos en condiciones para poder preparar el dasayuno.... no hay nada mas desagradable que una cocina desordenada cuando uno se levanta. Por las noches, los vasos sucios y las migajas de pan llenan la mesa del salón cuando ya no me quedan muchas fuerzas para preparar la cena después de una jornada de trabajo.El domingo desapareces sin dejar dirección alguna, no sin antes haber saqueado la nevera mientras habíamos salido a airearnos un poco. Durante las vacaciones comes cualquier cosa a cualquier hora sin ocurrírsete jamas que no cuesta mas meter un plato en el fregadero....entonces yo ordeno, tiro, paso la esponja, recojo constantemente lo que tu también, regularmente dejas patas arriba.
No me acostumbro a tu negligencia y sin embargo no me considero una maniaca-depresiva del orden, muy al contrario, como todas las mujeres que trabajan, siempre he despachado mis tareas domesticas con el mínimo mas que con el máximo esfuerzo, no rindo culto a la aspiradora, intento simplemente que las cosas estén lo bastante limpias y en su sitio para que no me dañen la vista. No limpio por limpiar, sino para proteger mi entorno vital y satisfacer mi sentido de la estética.
He aquí por que me exaspera profundamente que ensucies y desordenes lo que me cuesta tanto trabajo conservar limpio y mas o menos en su sitio.
A todos los padres les ocurre lo mismo.Estamos desamparados frente al desparpajo de ustedes.
¿Por qué? Pero dime.......¿por qué?
¿Por qué no puedes apagar la luz cuando sales de una habitación?
¿Por qué no puedes devolver a su sitio el diccionario o la guía de teléfono después de haberla usado?
¿Por qué haces desaparecer continuamente los lápices y bolígrafos así como el block de notas que siempre dejo al lado del teléfono mas para anotar tus mensajes que los míos?
¿Por qué dejas regados los sweteres en el suelo y olvidas que luego te pones hecho una furia cuando están arrugados o hechos un asco?
¿Por qué pierdes nuestros lentes de sol y ni siquiera te tomas la molestia de avisarnos de modo que nos damos cuenta justo en el momento que los necesitamos?
¿Por qué dejas el carro sin gasolina el sábado en la noche.....a sabiendas de que es difícil conseguir una gasolineria abierta el domingo?
¿por qué olvidas las llaves de la puerta cuando vas a regresar a las tres de la mañana, obligándonos a abrirte justo en pleno sueño?
No será por no haberlo dicho, repetido, insistido, machacado, reiterado en todos los tonos:"No te olvides de ordenar....pon orden....no te olvides" "acuérdate, hay que ordenar" "ORDENA NO TE OLVIDES"...
Así están las cosas terminamos siempre poniéndonos nerviosos "histéricos" según ustedes y por gritar cuando hace 1772 veces que andamos pidiendo lo mismo a la misma persona.
Cuando te hago este tipo de comentarios me miras con una especie de soberana exasperación, como si fuera una condenada ama de casa de barriada únicamente preocupada por el brillo de su suelo y el debido orden de la ropa en el armario.Este desprecio me escandaliza, ya que estoy convencida de que trabajo mil veces mas que tu, y de me intereso al menos tanto como tu por el mundo que nos rodea y de que reflexiono, pongo en tela de juicio y me planteo tantos problemas importantes acerca del futuro de nuestra sociedad como tu.
Soy tu madre.....no tu asistenta.
No veo en realidad porque razón tengo yo que cargar con todos los quehaceres mientras tu te quedas despatarrado horas y horas en tu cama escuchando música, estoy harta de recoger tus cosas diseminadas por toda la casa, estoy harta de planchar camisas y blusas con la excusa de que yo lo hago mejor que nadie, estoy harta de recoger las latas vacías de coca-cola, estoy harta de perderme el principio de la pelicula,porque hay que ordenar la cocina.....a mi también me encantaría espatarrarme en mi cama.
Y ya que estamos en la parte de las desavenencias domesticas, desahoguémonos hasta el final y hablemos de tus relaciones con el tiempo. las 24 horas de tu jornada ya no corresponden en absoluto a las 14 horas activas y las 10 de recuperación de que consta la mía. Tanto es así que cohabitando bajo el mismo techo, entramos constantemente en conflicto, duermes mientras nosotros vivimos, nos despiertas cuando dormimos, comes mientras estamos trabajando, llegas cuando estamos levantándonos de la mesa, tienes hambre justo cuando acabamos de recoger.
El único momento en el que estamos sincronizados en nuestras necesidades y deseos es entre las 6 y las 7 de la tarde, momento en el que deseamos llamar por teléfono y te da por acaparar de todas todas el mismo, ya sea porque estas hablando o porque las amigas y amigos hacen fila para hablar contigo.
Tus costumbres horarias se han ido degradando lentamente a partir de la pubertad. Resulta imposible entender como la cronobiologia de un ser puede, entre su infancia y su adolescencia, modificarse hasta tal punto, llegando a invertir totalmente los hábitos de sueño y de vigilia.
La misma criatura que durante diez años salto en mi cama los fines de semana porque tenia hambre y ganas de jugar a la hora en que yo todavía dormía ya no pude articular una sola palabra cuando sale despavorido el domingo de su madriguera a las dos de la tarde. aquella chiquilla que había que llevar a la cama a las nueve de la noche porque se estaba quedando dormida en la sala ya no pude conciliar el sueño antes de las dos de la mañana, aquella camada hambrienta que se precipitaba a la mesa un mínimo de dos veces al día, tres los fines de semana se ha convertido en una banda de saqueadores de neveras cuyos horarios nunca sincronizan con los imperativos de mi propio apetito.