De alguna manera, Los
Tr3s pudieron canalizar la tradición cuequera que mezcla orígenes
campesinos con temáticas urbanas. Esa tradición en cierta forma
es el reflejo de la transformación de la sociedad chilena desde principio
de siglo, cuando el mundo rural inicio su marcha hacía las ciudades,
quedó oculta por imposiciones oficiales y convertida en música
de tarjeta postal. Se convitió en una especie de mal menor que había
que aguantar entre cuatro a cinco días de septiembre, pero ya no.
Según los músicos conocer a los cuequeros que han tocado junto
al grupo, como Pepe Fuentes, Rabanito y Pollito González, ha sido
lo segundo mejor que les ha pasado después de haber conocido a Roberto
Parra. Todo partió cuando Álvaro, después de haber escuchado
al cuequero Guatón Zamora en un cassette que le había regalado
Ángel, asaltó la oficina del director artístico de sonido,
y se encontró con la producción "Los Pulento de la Cueca".
Por medio de la compañía de discos, la banda se contactó
entonces con sus nuevos compañeros de escenario. En ese año
(1996) quedó demostrado que la banda puede abandonar exitosamente
el formato del rock por otros rubros. "¡Esta sí que es buena!"
dice Álvaro, en su unplugged, antes que el grupo, comience a tocar
el Fox-Trot "¿Quién es la que viene allí?". El público
estuvo de acuerdo. Y no sólo el público habitual de los Tr3s.
Desafiando la lógica de cualquier estudio de mercado y cualquier
teoría sobre grupos objetivos, esa canción llamó la
atensión desde gente menor de edad hasta personas mayores de 60. La
aceptación de este tema opacó incluso la única canción
que Los Tr3s estrenaron, "Traje desastre".
En julio de 1997 el lanzamiento de su disco
FOME, el último de su
carrera marca una vuelta a los sonidos que en un principio acompañaron
al grupo en su primer disco ese sonido natural y esencial que a todos sus
fanáticos seguirá cautivando.
Extraido de un especial de La Tercera y de la revista Rock & Pop