EL DIRECTOR
El director de la Escuela Furinkan es un hombre cuarentón, de tez bronceada por el sol de Hawai, que lleva gafas de sol y camisas floreadas y un curioso peinado en forma de palmera. El padre de la familia Tatewaki es casi tan enfermo mental como su hija, aunque su particular fijación son los cortes de pelo. Esto es una constante en casi todas sus apariciones, casi todas ellas con las maquinillas de rasurar en la mano buscando cortar la trenza de Ranma. Además, las reglas y castigos que llega a imponer son más propias de un reformatorio que de un instituto de secundaria.
Tres años antes de la llegada de Ranma a Furinkan, el director se fue a Hawai, dejando abandonados a sus hijos (Kuno y Kodachi), a estudiar nuevos métodos educativos. Y luego de tres años vuelve a su instituto a hacer la vida imposible al alumnado. "Como siempre.", es lo que comentan los profesores, lo cual da idea de como es este tipo.
Desde su llegada le da con con Ranma, pues es el único que le hace frente. Pero no por ello olvida al resto del alumnado y decide imponer una uniformización en los cortes de pelo: rapado para los chicos y corte tazón para las chicas. Pero al menos les da una oportunidad: si encuentran un coco con el indulto les permitirá llevar el pelo como quieran. La búsqueda se desarrollará por el inmenso despacho del director, que reproduce una selva tropical, con playa incluída, como recuerdo de Hawai.
Pero lo sorprendente llegará cuando el director les pone como condición para darles el indulto que encuentren a su hijo, sin saber éstos que su hijo era el propio Kunno. En principio, el director no lo reconoce, pues recuerda a su hijo con catorce años y más bajo (lo de no enterarse de cosas evidentes debe ser cosa de familia), y decide cortarle el pelo al cero para reconocerlo. Pero Kuno no está en absoluto dispuesto e inicia una pelea. Kuno odia a su padre por haberle rapado cuando era niño, y el director sigue obsesionado en cortarle el pelo al cero.
Finalmente, Ranma, cansado de tanto ajetreo, localiza al director en una casita de madera y decide darle una paliza. Sin embargo, el hombre lo golpea con el coco del indulto y lo propone como víctima del primer corte. Por suerte, Akane y el resto llegan a tiempo. Y poco después Kuno, iniciándose una pelea entre padre e hijo y con Ranma en medio, esquivando los golpes como puede. Finalmente, Ranma, con una astuta treta consigue derrotarlo y el director renuncia a los cortes... para al día siguiente pedir los cortes de pelo al estilo samurai y geisha. La paliza que le dan lo deja hecho una momia.
La única vez en la que parece mostrarse buena persona es cuando decide ayudar a Akane a que aprenda a nadar, pero sus métodos son un tanto salvajes: nadar con una roca a la espalda y perseguida por un tiburón, un disfraz de pato con patas mecánicas, un disfraz de sirena... Finalmente, el pobre hombre debe renunciar a los métodos extravagantes y recurrir al clásico flotador.