Aviso Legal: One Pound Gospel es una marca registrada Viz Communications, los personajes son
propiedad de Rumiko Takahashi.
El ángel y el cordero
Por
Fabian Cruz
"¿Una pelea con Kosaku?" Preguntó el entrenador Mukaida. "Pero si él apenas es nuevo en peleas
de ocho rounds. Es difícil de creer que quieras que él pelee contra un boxeador que está a
punto de subir a categoría de 10 rounds. Si tu muchacho pierde, sería muy dañino para su
reputación."
El hombre con el que Mukaida conversaba, un gordo representante del gimnasio Salón Tokio, bebió
un sorbo del café que había ordenado unos minutos antes y rió un poco, "Mira Mukaida, uno de
mis muchachos quiere una pelea con tu Kosaku Hatanaka."
"Entiendo, ¿pero por qué Kosaku?"
El gordo rió de nuevo, "No tengo idea, él insistió tanto que no me quedó otra opción más que
preguntarte. Bueno, ¿te interesa?"
Mukaida reposó su barbilla en la palma de su mano y durante unos momentos miró por la ventana
del restaurante, "Si, ¿por qué no?"
"¡Fantástico! ¿qué tal si arreglamos los detalles?"
"Gunpei, hay otra cosa." Dijo Mukaida.
"¿Qué pasa?"
"¿Cómo se llama tu boxeador?"
"Su nombre es Buzama Teichi, ¿podemos hacer los arreglos ya?"
"Seguro, no tienes porque enfadarte."
A varias cuadras de distancia del restaurante donde Mukaida y Gunpei decidían la próxima pelea
de sus boxeadores, Kosaku Hatnaka, la mayor estrella del gimnasio de Mukaida, usaba su tiempo
libre para decidir que comer. ¿Comería ramen o pasteles de pescado frito? El puesto de
Okonomiyaki también estaba cerca o tal vez podría ir a comer filete con Matzusaka. Luego de un
momento de duda, Hatanaka se decidió por los pasteles de pescado frito y compró todos los que
pudo pagar. Varios minutos y varios pasteles de pescado después, Kosaku caminaba feliz por
la calle cuando escuchó lo que dos chicos de preparatoria decían, la conversación llamó su
atención y así, Kosaku se agachó detrás de un arbusto y prestó atención a lo que se decía.
"Te digo que es difícil saber cuando le gustas a una chava." Dijo el chico numero uno.
"Ni tanto, yo me sé un truco para descubrir si ellas te quieren o no." Contestó el chico número
dos.
"¿De veras? ¡Pues suéltalo!"
Para este momento, Kosaku se arrastró hasta estar justo detrás de los chicos, sabía que
probablemente escucharía alguna estupidez, pero no le importaba mucho, tal vez este truco le
ayudaría a saber lo que la hermana Ángela sentía por él.
El chico número dos se aclaró la garganta, "Bien, lo que tienes que hacer es..."
"¡Dilo ya!" Exigió el chico número uno.
¡Sí, dilo ya! Pensó Kosaku.
"Bueno, tan sólo debes decirle que quieres que te prepare algo de comer."
Kosaku y el chico número uno se fueron de espaldas al escuchar el truco. "¿Y cómo se supone
que eso me ayudará a saber si le gusto?" Preguntó el joven número uno.
"¡Pero si es obvio! Si acepta cocinar para ti, entonces de seguro le gustas!" Explico el
joven número dos, "¿O qué? ¿Piensas que ella va a cocinar para cualquiera que se lo pida?"
el chico número uno asintió, "Pues de hecho lo que dices tiene sentido."
"¿Ves? Te dije que yo sabía de estas cosas."
"Si, debí creerte desde el principio." Dijo el chico número uno mientras se levantaba, "Me
tengo que ir, todavía no compro el material para la tarea."
"Ahora que lo dices, yo también debo comprarlo." Dijo el chico número dos alcanzando a su
amigo.
Kosaku esperó hasta que los muchachos se fueran para analizar la información que había
conseguido, después de pensarlo un poco, decidió que valía la pena intentarlo.
Más tarde, Kosaku entró al gimnasio y se preparó para su rutina, estaba por comenzar cuando
Mukaida se acercó a saludarlo, "¡Kosaku, ven acá! ¡Tú próxima pelea ya está programada!"
"¡Qué bien! ¡No he tenido una pelea desde que me enfrenté a Yashamaru hace cinco meses!"
"Pues esta pelea podría ser buena para tu record, si la ganas."
"¡Voy a ganar!" Dijo Kosaku, "Sé que odio la dieta pero..." Mientras decía eso, Kosaku
encontró una barra grande de chocolate en su bolsa y, sin pensar, se la hecho a la boca toda
de un solo tiro.
"No tendrías tantos problemas si comieras como un ser humano normal." Dijo Mukaida.
"No importa." Contestó Kosaku al tragar, "¿Quién es mi oponente?"
"Un tipo del gimnasio salón Tokio. Se llama Buzama Teichi."
"Nunca oí de él." Dijo Kosaku.
"Bueno, aún no tengo su record, pero parece que no es nada del otro mundo."
"Cuándo será la pelea?"
"En menos de un mes, así que ya sabes que hacer." Dijo Mukaida, "Vamos a revisar tu peso.
Quiero saber cuánto me harás sufrir en esta ocasión."
"¿No puede esperar hasta mañana?" Dijo Kosaku sonriendo nerviosamente.
Mukaida suspiró, "Sólo sube a la báscula."
Kosaku cerró los ojos al subir a la bascula, sabía muy bien lo que iba a pasar ahora: tendría
que hacer dieta.
"¿Qué? ¿Ganaste peso? ¿De Nuevo?" Gritó Mukaida, "¿Qué comiste hoy?"
"Pasteles de pescado frito." Dijo el boxeador, "¡Estaban muy buenos!"
El entrenador le dio un golpe a Kosaku en la cabeza, "¡Comenzaras tu dieta ahora mismo!"
"Pero..."
"¡Nada!" Gruño Mukaida, "¡Esta pelea es importante! Si ganas, ¡podrías intentar subir a diez
rounds!"
"¿Diez rounds? ¿De veras?"
"Si, creo que hay oportunidad." Contestó Mukaida.
El joven boxeador no pudo evitar sonreír, "¡Vaya! ¿Yo en diez rounds?" Hatanaka bajó de la
bascula y se rasco la nuca, "¡Sería grandioso!"
"¡Es por eso que debes hacer dieta para que puedas ganar!" Dijo Mukaida, un tono de esperanza
en su voz. "¿Qué dices muchacho? ¿Listo para empezar a entrenar?"
Kosaku asintió, pero adoptó una mirada extraña, "Entrenador..."
"¿Qué?"
"¿Puedo ir a cenar ramen antes de comenzar con la dieta?"
"¿Por qué no usas tu cerebro para pensar en vez de tu barriga?" Preguntó Mukaida mientras
golpeaba a Kosaku en la cabeza.
+ + + +
La hermana Ángela, la única novicia que vivía en estos días en el convento de Santa María
caminaba lentamente. Llevaba una bolsa llena de verduras para el convento, aparentemente, ser
la novicia también indicaba que era su deber encargarse de comprar el mandado, pero lo hacia
con gusto. Al doblar una esquina se encontró con él. Kosaku. Usualmente ella se alegraría de
verlo, pero... su cara estaba estampada contra la ventana de un restaurante. De hecho, se
podía ver su saliva en el vidrio. La joven suspiró y se acercó a él.
"Kosaku, ¿te sientes bien?"
Al momento en que escuchó la voz, Kosaku se enderezó y limpió con rapidez la saliva de su
rostro para poder dar una buena impresión a la mujer que estaba detrás de él. "¡Hermana, hola!"
Ángela le sonrió y le indicó a Kosaku que la siguiera, "Dime Kosaku, ¿Estás entrenando?" Le
preguntó mientras lo alejaba del restaurante.
Él asintió, "Sí, mi próxima pelea se acerca."
"Qué bueno." Dijo Ángela, para después agregar en un tono severo, "Seguramente no estabas
planeando entrar a comer a aquél restaurante ¿verdad?"
El joven boxeador rió sin ganas, "Lo siento, es que necesito energía para mi entrenamiento."
"Ya he escuchado eso antes Kosaku. Siempre dices eso antes de que el entrenador aparezca y
te golpee en la cabeza."
"El entrenador no puede hacer eso ahora hermana; no está por aquí."
La novicia se sorprendió, no ver al entrenador junto a Kosaku cuando entrenaba era algo que
no sucedía muy seguido, "¿Y en dónde está?"
"Fue a investigar a mi siguiente oponente."
"Ya veo, ¿es muy fuerte?"
"La verdad no, solo un tipo que quiere pelear conmigo en su próximo combate." Dijo Kosaku,
"Creo que su record no es muy impresionante tampoco."
Ángela se detuvo y se sentó en una banca, ella había guiado a Kosaku a propósito a un parque
lejos de cualquier restaurante o puesto de comida de los que abundaban en el barrio. Él se
sentó junto a ella. "¡Hermana, si yo gano esta pelea, tendré la oportunidad de intentar subir
a diez rounds!"
Ángela no estaba muy segura de lo que eran los diez rounds, pero dedujo que era importante si
Kosaku lo mencionaba con tanta esperanza en su voz. "¡Qué bueno!" Dijo, "Entonces tienes que
asegurarte de ganar, ¿verdad?"
Hatanaka recordó la conversación que escuchó unos días antes y decidió que era el momento de
pedirle a la hermana que cocinara para él, sólo para ver que sucedía. "Hermana..." Comenzó
Kosaku mientras ponía sus manos sobre los hombros de la novicia, al mismo tiempo, se acercó a
ella, hasta que su frente estuvo casi tocando su cara, "Si yo gano esta
pelea...pues...harías..."
Ángela no estaba muy segura de que hacer, esto le recordaba mucho a la vez en que Kosaku la
besó y ella tuvo que abofetearlo. La novicia no tenía idea de lo que él intentaba hacer, pero
estaba lista a detenerlo si intentaba algo, "¿Yo haría que?" Preguntó, fallando al intentar
sonar molesta.
"¿Cocinarías para mí?" Preguntó Kosaku soltando a la hermana, "Me gustaría mucho probar algo
cocinado por ti."
Ángela parpadeó sorprendida, "¿Eso era todo?"
"Si. ¿aceptas?"
Después de considerarlo un poco, Ángela asintió, "Si te ayuda a ganar...Pues, puedo prepararte
algo, pero no soy muy buena cocinando, así que no esperes nada complicado."
"¿De verdad lo harás? ¿Lo prometes?" Preguntó Kosaku mientras se levantaba de un salto, una
sonrisa enorme adornando su rostro, la hermana aceptó cocinar para él, ¡entonces era muy
probable que ella lo quisiera!
"Lo prometo Kosaku."
"¡Fantástico!" Gritó Hatanaka levantando los brazos, "Solo por esto, hermana, ¡te aseguro que
ganaré la pelea en el primer round!" Y después de hacer su promesa, Kosaku se alejó trotando,
lanzando un golpe de vez en vez.
"Solo da tu mejor esfuerzo." Murmuró la novicia. Ángela se tomó unos minutos para disfrutar
del aire fresco y del cálido sol en el parque antes de regresar al convento; cuanto abandonó
la banca, sin embargo, la novicia no notó la figura que se alejó del lugar, corriendo en la
misma dirección que Kosaku había tomado.
Horas después, un niño que llevaba un sobre entró al gimnasio de Mukaida. Miró alrededor, pero
todos lo ignoraban. El niño frunció las cejas y observó con atención a cada uno de los
boxeadores, no. No veía a ninguna persona como la que buscaba aquí. De pronto, el chico se dio
un ligero golpe en la cabeza, ¡había olvidado que no conocía a la persona que buscaba!
Ligeramente avergonzado, el niño se acercó a un hombre alto que vigilaba el entrenamiento de
un boxeador de cabello rizado.
"Disculpe..." Dijo el niño.
El hombre alto le indicó al boxeador que siguiera con su rutina mientras atendía al pequeño, "
¿Qué pasa niño? ¿te perdiste o algo?"
El niño solo miró al hombre alto y mostró el sobre, "Busco a un tipo llamado Kosaku Hatanaka."
"¿Hatanaka? Está por allá." El hombre alto apuntó hacia una esquina donde un boxeador estaba
ocupado saltando la soga.
"¡Gracias!" Respondió el niño mientras corría hacia donde le indicaban. Kosaku casi se cae
cuando el niño lo forzó a detenerse. El chico le entregó el sobre, "esto es para usted señor."
"¿Para mí?" Preguntó Kosaku, "¿Quién lo manda?"
"No sé, un señor me pagó para que se lo entregara." Explicó el niño. "Bueno, ¡adiós!"
"¡Espera!" Llamó Kosaku, pero el niño no hizo caso y salió del gimnasio, dejando a Hatanaka
con muchas preguntas sin respuesta.
"¿Quién era el niño?" Peguntó el entrenador Ishida.
"no tengo idea." Respondió Kosaku, "¿Tú no lo conoces?"
"Jamás lo había visto. Me preguntó por ti, así que te lo mandé."
"Pues lo único que quería era darme esto." Dijo Kosaku mirando al sobre. "¿Qué será?"
"¿Por qué no lo abres?" Le preguntó Ishida.
"Sí, hay que ver que tiene adentro." Coreó Shunpei.
Kosaku asintió y abrió el sobre. De su interior sacó una nota que procedió a leer en voz alta.
"Ve a Korakuen de inmediato, Tengo algo que de seguro querrás ver. Deberás ir tú solo.
Firmado, B.T."
"¿Quien mandaría esto?" Dijo Ishida pensativo.
"¿Vas a ir a donde dice la nota?" Preguntó Shunpei.
Kosaku se sentó en el suelo mientras lo pensaba y al levantarse, miró a Shunpei, "Si. Voy a ir."
El entrenador Mukaida, que había observado todo en silencio, se acercó y golpeó a Kosaku con
un periódico, "¿Y a dónde crees que vas, muchacho? ¡Sabes muy bien que no puedes dejar el
gimnasio solo a estas horas!" Eso era cierto, la falta de fuerza de voluntad de Kosaku
constantemente causaba que saliera a hurtadillas del gimnasio para comprar comida y Mukaida
no iba a permitir que Kosaku saliera así de fácil.
Hatanaka miró a su entrenador, "¿No confía en mí?"
"¡NO!" Gritó Mukaida
"Pero la nota..."
"¿Qué tiene?" Dijo el entrenador, "¡No es más que una triste nota!"
"¿Qué tal si es importante?"
"No puede ser más importante que tu próxima pelea." Le aseguró Mukaida, "No debes ir a esa
cita Kosaku, ¿Qué tal si es una trampa para hacerte comer y forzarte a tomar una dieta de
emergencia que te acabaría?"
Al escuchar esto, Kosaku pareció entender y el entrenador estaba seguro de que no habría más
problema cuando Kosaku lo echó a perder pues salió disparado hacia la salida del gimnasio
antes de que pudieran detenerlo y desapareció.
"¿Ishida?" llamó Mukaida.
"¿Qué?"
"Vamos a buscar a ese idiota."
"Sabía que diría eso." Respondió Ishida con un suspiro.
+ + +
Korakuen era un lugar bastante grande, y en ese lugar uno podía encontrar casi de todo, no
solo era el lugar en donde Kosaku peleaba, también podrían encontrarse tiendas electrónicas,
unos cuantos restaurantes, baños públicos y mil cosas más. Hatanaka se paseaba nerviosamente
cerca de la entrada principal, preguntándose quién había enviado la nota y qué podría querer.
En ese momento, alguien tocó a Kosaku por la espalda. Al voltearse, Hatanaka se encontró de
frente con un hombre de más o menos su edad que llevaba puesta una sudadera roja.
"¿Eres Hatanaka?" Preguntó el extraño.
"Si, ¿Y tú eres...?"
"Soy el que te mandó la nota." Respondió el hombre, "Me llamo Buzama Teichi."
"¡Oye! Pero si eres mi siguiente adversario!"
"Exacto." Dijo Teichi. "Bueno, lo que quería era que vieras esto." Teichi sacó una foto que
alcanzó a Kosaku.
"Es solo una foto mía junto a la hermana cuando estábamos hoy en el parque. ¿Qué tiene de
especial?"
"¿No lo sabes?" Preguntó Teichi.
Kosaku negó con un movimiento de cabeza, "No entiendo nada. Es raro que tú tengas esta foto,
pero no veo porque es importante."
Teichi sonrió, "Bueno, soy un fotógrafo. Y además, también me gusta estudiar a mis oponentes."
"¿Y eso qué?"
"¡Que yo sé que tú quieres a esta novicia para ti!"
Kosaku seguía sin entender nada, "Pues sí, ¿Y qué?"
Teichi sonrió, "Tonto. ¿Puedes imaginar lo que pasaría si le entrego esta foto a la madre
superiora del convento de tu novicia?"
"¿La madre Abbess?" Preguntó Kosaku, "De seguro se enojaría, pero eso sería todo."
"¡Estas mal! Si la tal madre Abbess ve esto, ¡tu novicia será expulsada del convento!"
Kosaku sonrió, "¿Fuera del convento? ¿En serio? ¿¡Por qué no la envías entonces!?"
A Teichi le tomó un momento digerir lo que Kosaku le había dicho, "¿Estás diciendo que
quieres que la expulsen?"
"¡Claro que sí! Así puedo pedirle que se mude conmigo!" Contestó Kosaku mientras le regresaba
a Teichi la fotografía.
"Dejame explicarte algo cerebro de piedra." Dijo Teichi al guardar de nuevo la foto bajo su
sudadera. "Imagina esto: tu novicia es expulsada en vergüenza del convento a causa de esta
foto; eso es lo peor que le podrías hacer, ¿entiendes? Y una vez que esté en las calles,
sin un lugar a dónde ir, ¿crees que ella acudirá contigo por ayuda?"
Kosaku asintió, pero su cara mostraba que ya no estaba tan feliz con la idea como hace un
momento.
"¡Estás mal otra vez! ¡La monja te odiaría tanto por arruinar su vida que de seguro trataría
de matarte en cuanto te viera!¿Ya lo entiendes?"
Los ojos de Kosaku se abrieron como platos, este tipo tenía razón, si la hermana Ángela era
expulsada de esa manera, ¡probablemente nunca le hablaría de nuevo! "Muy bien Teichi, ¿qué
es lo que quieres?"
"Es muy simple. Si no quieres que esta foto llegue a manos de Abbess, tendrás que perder
nuestra pelea."
"¡No puedes hacer esto!" Gritó Kosaku.
"Pues ya lo estoy haciendo." Replicó Teichi, "Quiero que pierdas por KO en el primer round,
¿entendiste?"
"¡Tú...desgraciado...!" Gruño Kosaku.
"¡Tranquilo!¡Recuerda la foto!"
Kosaku logró contenerse y se detuvo, "¡No te perdonaré esto!"
"No espero que lo hagas." Dijo Teichi al alejarse, "Recuérdalo, debes caer en el primer round.
Por cierto, mantén esto en secreto ¿si?"
Kosaku no se movió del lugar en que se encontraba hasta que una hora después, Mukaida lo
encontró, Hatanaka no lo creía, ésta era la primera vez que alguien le hacía trampa y no tenía
idea de que hacer. De verdad quería ganar la pelea, era su oportunidad de avanzar a diez
rounds, pero si ganaba, perdería a la hermana Ángela para siempre, "Dios, ¿qué voy a hacer?"
Suspiró Kosaku mientras Ishida y Mukaida lo arrastraban hacia el gimnasio.
Continuará.
Seika: en el próximo capítulo, ¡Kosaku tendrá que decidir qué hacer! ¿Podrá encontrar una
manera de ganar su pelea y no destruir la vida de la mujer que ama? Eso vendrá en el próximo
episodio.
               (
geocities.com/tokyo/towers)                   (
geocities.com/tokyo)