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BAILETIN INFORMATIVO
No. 2 Año 1996 septiembre octubre noviembre |
HACIA UNA DANZA UNITARIA Y TOTAL
Por E. Arturo Garrido Puga
La representación escénica es el producto final de un proceso que se inicia en el salón de clase, donde el alumno pule y afina la condición total de su instrumento (cuerpo - intelecto - espíritu). De ahí que la consolidación de los hechos escénicos y escuelas depende más allá de los límites particulares, de su articulación, desarrollando canales de comunicación que permitan maximizar el potencial educativo y creativo; la posibilidad de generar un concepto, capaz de sentar bases solo es dable a través del reconocimiento y confrontación de nuestras diferencias.
Las ideas que pueden propiciar este cambio, son aquellas que surgen por impulso de las necesidades que nuestra sensibilidad identifica en el espíritu y movimiento del ser social (general y particular).
La práctica que repite métodos e ideas distintas a la naturaleza cambiante de nuestra realidad, debe replantearse a fin de aportar a la configuración de un concepto que corresponda al conjunto de valores de nuestra múltiple cultura y que rebasando folclorismos o extranjerismos nos exprese.
Nuestros valores, enfocados por fines específicos, tienen que ser los catalizadores de la información danzaria universal. Toda imposición, sólo aporta a la realización de una práctica (colonizada) ausente de voluntad y por lo tanto de espíritu propio.
Los métodos, estilos y conceptos pedagógicos deben mantener una relación permanente con los escénicos propiciando una relación orgánica entre creadores y maestros, de tal forma que los hallazgos estéticos sean objeto de una rigurosa sistematización, generando un conocimiento que se integre al material de estudio, enriqueciendo y dinamizando el proceso educativo.
Esto reditua en la formación de bailarines, maestros y coreógrafos dispuestos a la experimentación, en un constante movimiento diversificador, y no en simples repetidores de modelos.
La posibilidad de alumbrar un nuevo y vital concepto, en lo dancístico, no va a darse por el juego copista de las imitaciones.
DANZA E HISTORIA
Por Mtro. E. Arturo Garrido Puga
La historia de la danza, es la historia del movimiento anímico del hombre, es el pulso, la imagen; la efímera respuesta que la parte más sensible de nuestra naturaleza da a los hechos.
Es el rescoldo húmedo, lleno de recientes sensaciones que la historia oficial en su fría narración de hechos no recoge.
En el cuerpo se sintetiza la historia física de la especie; y es en la conducta corporal donde se asienta lo medular de nuestra historia psíquica, en donde remitiéndose a lo esencial, nuestro cuerpo se recrea, creando movimientos extracotidianos danzando.