Como un hecho importante sin precedentes en el país, fue la firma del convenio de reciprocidad entre la SOCIEDAD GENERAL DE AUTORES Y EDITORES, SGAE y la SOCIEDAD MEXICANA DE COREOGRAFOS, Sociedad de Gestión Colectiva, SOMEC, hoy martes 27 de febrero de 2001 a las 12.00 horas, en la sede de SGAE en esta ciudad, ubicado en Benjamín Hill 178, Col. Condesa.

Con la presencia del Antonio Fritz y Zozaya, Delegado General de la SGAE, Patricia Aulestia, Presidente, Magnolia Flores, Secretaria y la Dra. Angelina Cué, asesora legal de la SOMEC, e invitados especiales se efectuó esta significativa ceremonia en pro de los derechos coreográficos.

A través de la celebración de este convenio de reciprocidad, SOMEC tendrá facultades para recaudar, en el territorio de la República Mexicana, las regaléas correspondientes a coreogrófos españoles, cuyas obras se exploten en México, además de vigilar que se respeten los derechos morales de dichos autores.

SGAE tendrá facultades para hacer lo propio en territorio español respecto a los coreógrafos mexicanos.

La importancia de este acuerdo radica en la presencia internacional que adquirirá SOMEC; en el inicio de una derrama económica relativa al pago de los derechos que legítimamente corresponden a coreógrafos españoles y mexicanos, así como la vigilancia permanente del debido cumplimiento a estos derechos que ejercerán ambas entidades en sus respectivos territorios.

SGAE (1899), fundada en España, con el objetivo primordial de gestionar la propiedad intelectual de quienes son creadores de obras que se divulgan, representan o ejecutan en determinados momentos como son la música, el teatro, la danza, el cine y las obras audivisuales. Actualmente tiene trece delegaciones en España y oficinas en Cuba, México, Estados Unidos, Japón, Argentina y Brasil. Gestiona los derechos de más de dos millones de autores en el mundo. La SGAE cuenta con un sistema integral de gestión que permite a sus socios una permanente conexión con las bases de datos sobre más de tres millones de obras de sus socios y es la única sociedad de autores en el mundo que, dispone de un sistema EMCS-Electronic Copyright Management System- que permite el control de las obras en las redes digitales. También a través de su Fundación Autor desarrolla una labor promocional del repertorio de sus autores, unida a la labor asistencial de sus socios, con actividades de investigación y desarrollo, orientación profesional, cursos, publicaciones, promoción de todas las disciplinas, asistencia en casos de necesidad extrema y premios a la creación; como el Premio Iberoamericano de la Música y el Premio SGAE Jazz Latino.

SOMEC, fue fundada como Sociedad de Autores de Interés Público (1993) y reestructurada como Sociedad de gestión colectiva de interés público (1998), con el propósito de reclamar los derechos de sus socios, así como recaudar y entregar a los mismos las cantidades que por concepto de derechos de autor de las obras coreográficas se generen a su favor. SOMEC es la primera sociedad de su género constituída en el continente americano. En condición similar se encuentra la Delegación SOMEC en el estado de Sinaloa (1999). SOMEC registra, incrementa e informa desde 1995 sobre un Catálogo de obra coreográfica en México que consta de más de 350 autores y 1500 coreografías. SOMEC promueve conjuntamente con VITARS, Fomento Cultural, el ciclo El coreógrafo: creador y autor, actividades de difusión de la coreografía y el derecho de autor, la entrega de Reconocimientos y el DANZANTE de Sebastián, Premio Nacional de Coreografía.

SOMEC comenzará el apoyo y defensa de los intereses de los socios de SGAE Antonio Canales, Eduardo Serrano "El Guito", Joaquín Cortés, Sara Baras, Cristina Hoyos, José Antonio Ruiz de la Cruz, Alicia Alonso, Alberto Méndez, Iván Tenorio, Juan Carlos García Giménez, así como otros coreógrafos del Ballet Nacional de España, Ballet Nacional de Cuba y Lanómina Imperial que han actuado en los estados de Aguascalientes, Coahuila, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León, Tlaxcala, Veracruz y el Distrito Federal. Al mismo tiempo que los de los socios de SOMEC Guillermina Bravo, Guillermo Arriaga, Josefina Lavalle, Raúl Flores Canelo, Federico Castro, Jaime Blanc, Duane Cochran, Cecilia Appleton, Serafín Aponte, Isabel Beteta, Raúl Platas, y de otros coreógrafos y repositores del Ballet Nacional de México, Ballet Independiente y Ballet Neoclásico, que se han presentado además de los estados anteriormente mencionados, principalmente en el Estado de México, Oaxaca, San Luis Potosí, Sinaloa, Querétaro y Yucatán.

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PALABRAS DE LA DRA. ANGELINA CUÉ BOLAÑOS EN LA CELEBRACIÓN DEL CONVENIO DE RECIPROCIDAD SGAE ‚ SOMEC, FEBRERO 27, 2001

Durante los últimos veinte años, grupos de creadores y de abogados interesados en la materia autoral no hemos congregado constantemente en distintos lugares y con diversos pretextos a fin de informar, luchar, demandar y exigir a las instituciones públicas y privadas y al público en general acerca de los derechos que todo creador tiene, así como de la obligatoriedad que establece nuestra ley de respetarlos.

Dentro de la situación actual de México resulta urgente involucrar a todos los ciudadanos y ciudadanas en la existencia de una cultura autoral a fin de todos conozcan la labor de los creadores, el respeto que se debe otorgar a su trabajo y la obligatoriedad de que reciban un pago justo cuando sus creaciones sean utilizadas y se lucre con ellas, de otra manera la ley será letra muerta y, por supuesto, a menor conocimiento de la ley mayor número de arbitrariedades serán cometidas en contra de los autores.

Esto es particularmente cierto en el caso de los coreógrafos. La lucha que han presentado lleva años y, curiosamente, muchos de ellos no están enterados del trabajo que se ha realizado ni de la magnitud de la labor efectuada para llegar a este punto.

Como la mayoría de ustedes saben, cuando hablamos de derechos de autor con personas ajenas a la materia éstas siempre se extrañan de la obligatoriedad de pagar derechos o regalías a quienes crean obras de cualquier tipo, sin embargo al explicarles detalladamente la situación van captando el por qué del pago a compositores y escritores, los asocian rápidamente con discos y televisión y se imaginan que en esos medios el dinero fluye fácilmente así que es obvio que se repartan cantidades económicas para quienes ahí colaboran; pero cuando entramos al área de pintores, escultores, fotógrafos, caricaturistas, escenógrafos ¡y por supuesto coreógrafos! resulta absolutamente inexplicable el intentar que comprendan por qué estas extrañas criaturas del Señor tan bohemias, tan aisladas del mundanal ruido, tan ensimismadas en su arte ¡se atreven a cobrar derechos! ¿Cómo puede suceder esto si finalmente nunca han necesitado dinero? Si siempre han mostrado su arte en lugares públicos donde ni siquiera se paga, ¡qué extraño! ¿Qué podrán necesitar que no lo obtengan con uno de los cinco o seis empleos que tienen, además de bailar, por ejemplo?

En los inicios del Siglo XXI todavía existen personas, usuarios, instituciones, empresas y todo tipo de industriales de la cultura que no entienden cuáles son los derechos de los creadores ni mucho menos por qué tienen que pagarles.

Para evitar el desconocimiento, para informar, para hacer entender a los listos que se hacen tontos, para dar a conocer que existe una Ley Federal del Derecho de Autor que contiene 238 artículos y que no puede ser letra muerta es para lo que muchas personas involucradas con la creación hemos trabajado durante los últimos veintitantos años en la constitución de entidades de gestión colectiva como SOMEC.

Este tipo de sociedades propician la unificación de todos los involucrados en el ejercicio de derechos específicos, fortaleciéndolos y armonizándolos en su conjunto y, en consecuencia, obteniendo un mejor y mayor control de los usos de las obras en los nuevos campos tecnológicos.

Esta gestión cobra mayor importancia en el campo internacional, ya que las entidades nacionales, a través de convenios con sus similares extranjeras, pueden vigilar las utilizaciones, tramitar y recaudar derechos y distribuir recíprocamente las remuneraciones resultantes. Esto es imposible de realizar si se prescinde de la gestión colectiva.

La firma de este Convenio de Reciprocidad entre SOMEC y SGAE es pues uno más de los escalones que hemos venido subiendo y, aunque siempre ha sido cuesta arriba, ya hemos vislumbrado uno que otro valle en el que hemos visto concretados nuestros esfuerzos. Ojalá que la obligación que, a partir de este momento, tendrán los usuarios e instituciones de pagar regalías a nuestros representados de España los motive a pagar también lo que legítimamente corresponde a sus propios compatriotas.

Los coreógrafos mexicanos han luchado especialmente y de manera constante e ininterrumpida para velar por el respeto a sus derechos, el día de hoy puede iniciar una nueva etapa para ellos, sin embargo debemos ayudarlos, tanto los que estamos aquí como aquellos que disfrutan de la danza y la promueven.

El público, los organismos de radiodifusión, las instituciones culturales públicas y privadas, los medios de comunicación y todos los que disfrutamos y presumimos de que fuimos a ver bailar a Joaquín Cortés en el Auditorio Nacional, ¡TODOS! Tenemos una responsabilidad con nuestros coreógrafos mexicanos.

Basta ya de que huyan al extranjero para encontrar reconocimiento y pago justo!

México es nuestra patria y todos lo mexicanos somos responsables de que el arte que ha nacido aquí no sólo sobreviva sino que exista con toda su fuerza, se desarrolle y muera aquí, en su propia tierra con toda la dignidad que, por ser arte, merece.

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