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| La Edad Media fue esencialmente peregrinante. Las peregrinaciones principales circulaban, unas veces hacia Jerusalén, cuyos caminantes eran conocidos con el nombre de "palmeros", mientras que los que acudían a Roma, a visitar el sepulcro de San Pedro y San Pablo, eran calificados como "romeros".
Poco a poco, Compostela hace la competencia a Roma y después de haberse
divulgado por la Cristiandad el hallazgo del sepulcro del Apóstol, la
peregrinación compostelana cobra tal importancia que el contingente
de personas hacia Compostela es incontable.
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Desde los más inverosímiles rincones del
mundo medieval se llegaba a Santiago de Compostela. Por ejemplo, en 1.381
y procedente de París se encontraba un peregrino llamado Geofroi de Buletot,
el cual viajaba a Compostela acompañado de varios amigos también nacidos
en la ciudad de Santa Genoveva.
Cada noche, Geofroi de Buletot escribe
su "Dietario íntimo", libro que hemos rescatado del tiempo y que os ofrecemos
en la seguridad de que su lectura proporcionará un conocimiento profundo
de como eran las peregrinaciones 250 años después de que
Aymeric Picaud las detallara en su famoso "Códex
Calixtinus".
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