La Edad Media fue esencialmente peregrinante. Las peregrinaciones principales circulaban, unas veces hacia Jerusalén, cuyos caminantes eran conocidos con el nombre de "palmeros", mientras que los que acudían a Roma, a visitar el sepulcro de San Pedro y San Pablo, eran calificados como "romeros". Poco a poco, Compostela hace la competencia a Roma y después de haberse divulgado por la Cristiandad el hallazgo del sepulcro del Apóstol, la peregrinación compostelana cobra tal importancia que el contingente de personas hacia Compostela es incontable.
Desde los más inverosímiles rincones del mundo medieval se llegaba a Santiago de Compostela. Por ejemplo, en 1.381 y procedente de París se encontraba un peregrino llamado Geofroi de Buletot, el cual viajaba a Compostela acompañado de varios amigos también nacidos en la ciudad de Santa Genoveva.

Cada noche, Geofroi de Buletot escribe su "Dietario íntimo", libro que hemos rescatado del tiempo y que os ofrecemos en la seguridad de que su lectura proporcionará un conocimiento profundo de como eran las peregrinaciones 250 años después de que Aymeric Picaud las detallara en su famoso "Códex Calixtinus".


Ostabat 27 de marzo de 1.381
Ibañeta 28 de marzo de 1.381
Roncesvalles 29 de marzo de 1.381
Pamplona 2 de abril de 1.381
Estella 3 de abril de 1.381
Nájera 4 de abril de 1.381
Burgos 6 de abril de 1.381
Sahagún de Campos 7 de abril de 1.381
León 8 de abril de 1.381
Foncebadón 9 de abril de 1.381
Cebrero 10 de abril de 1.381
Puerto Marín 12 de abril de 1.381
Santiago de Compostela 13 de abril de 1.381