Las algas causan un buen número de problemas en el los estanques. Taponan bombas, causan problemas de coloración y olores en el agua potable, saturan los filtros y crean problemas de salud a los peces.
Dado su pequeño tamaño y rápida tasa de crecimiento, las algas unicelulares son difíciles de controlar. El corte y otras formas de control mecánico pueden ser utilizadas para reducir los problemas con algas filamentosas, pero son de aplicación muy limitada. Las algas son sensibles a los herbicidas, pero este método es caro. Ademas, los herbicidas que sirven para controlar las algas perjuudican las plantas superiores, así que aunque el agua quede temporalmente limpia de todo tipo de vegetales, una vez que el herbicida se ha ido del agua, el crecimiento posterior de las algas no está limitado por la competencia de las plantas superiores y el problema puede empeorar.
En este artículo te explicamos un nuevo método para controlar las algas, que resuelve la mayor parte de estos problemas. El uso de paja de cebada al agua ha sido probado en gran variedad de situaciones en diferentes países a lo ancho del mundo y ha demostrado ser muy efectivo en la mayoría de las situaciones sin efectos adversos conocidos. Se tiene por tanto un método barato y aceptable desde el punto de vista ambiental para controlar las algas en estanques de jardín o grandes acuarios.
El componente básico es la paja de cebada. Funciona más efectivamente y durante más tiempo que la de trigo, lino, tallos de lavanda o maíz. No debe utilizarse heno, ni plantas aún verdes porque pueden liberar nutrientes que favorezcan el crecimiento de las algas. Además, se pudren rápidamente y pueden causar un descenso en los niveles de oxígeno del agua.
Ademas debemos fabricar el contenedor. Para ello necesitaremos:
Con la red de plastico confeccionamos un saco para contener la paja necesaria de manera holgada, evitando que se disperse por el estanque. Simplemente la doblemaos a la mitad y cosemos los bordes usando la cuerda.
En una cara de la bolsa así odtenida fijamos los corchos. En el centro la cara opuesta atamos una cuerda, en el otro extremo de la cuerda atamos el ladrillo. El saco de plastico con la paja ha de quedar sumergido a unos dos o tres centímetros de la superficie.
Un vez probado el saco debemos rellenarlo de paja con la dosis calculada. La paja ha de quedar suelta dentro del saco, de manera que el agua circule libremente entre ella. El invento se ha de colocar el la salida del filtro, donde retorna el agua al estanque, a ser posible en un lugar soleado.
El factor más importante a la hora de calcular la cantidad de paja requerida es la superficie de agua, el volumen de agua no parece afectar al rendimiento de la paja. Esto es debido a que la mayoría del crecimiento de las algas tiene lugar en las capas superficiales del agua y por tanto no es necesario medir la profundidad de la columna de agua o el volumen del lago en el momento de calcular la cantidad de paja necesaria.
La dosis inicial de paja debe ser de 50 gramos de paja por metro cuadrado de superficie del estanque (50 g/m2). La siguiente dosis debe ser aproximadamente la mitad, es decir, 25 g/m2. Una vez que se haya conseguido acabar con el problema de las algas, debe seguir añadiéndose paja para prevenir un resurgimiento del problema, la dosis ha de reducirse a una de mantenimiento de 10 g/m2.
En aguas turbias o con barro, será siempre necesario añadir más paja que en aguas limpias y libres de barro. Después de muchas pruebas en diferentes tipos de aguas, resulta claro que la cantidad de paja puede variar considerablemente y es mejor aplicar demasiado al principio y reducir posteriormente de forma gradual la dosis hasta alcanzar los niveles de 10 g/m2. Dosis superior a 500 g/m2 ocasionaran problemas de agotamiento de oxígeno, con la posible muerte de algunos peces.
Aunque la paja puede ser aplicada en cualquier época del año, es mucho más efectivo si se aplica antes de que comience el crecimiento de las algas. Esto es debido a que los compuestos químicos que libera la paja son más efectivos previniendo el crecimiento de las algas, que matando las ya presentes. Por tanto, es mejor aplicar la paja en primavera y otoño, cuando la temperatura del agua es baja. La paja se volverá activa en el plazo de un mes y continuará actuando sobre el crecimiento de las algas durante otros seis meses. Sin embargo, una vez que la paja se haya podrido completamente puede haber un rápido crecimiento de las algas, por lo que es recomendable añadir paja nueva cada cuatro a seis meses.
Es importante señalar que el ritmo al que la paja se pudre, asi como el tiempo que tarda en controlar las algas, varía considerablemente dependediendo principalmente de la temperatura. A mayor temperatura antes actua la paja pero durará menos tiempo.
Efectos sobre las algas unicelulares: La paja se muestra totalmente efectiva en su control previniendo su aparición y eliminandolas en caso de estar ya presentes.
Efectos sobre las algas filamentosas: No son fáciles de controlar con paja una vez que se han formado espesas matas flotantes. Sin embargo, pueden ser controladas por métodos mecánicos o mediante alguicidas. La paja sí resultará efectiva para impedir que se formen de nuevo.
Efectos sobre las Plantas acuáticas: Despues de aplicar la paja suele ocurrir un incremento significativo en su crecimiento. Es probable que esto sea consecuencia de la disminución de la competencia de las algas por los nutrientes, lo que permite a las plantas superiores recolonizar aguas donde anteriormente eran incapaces de competir con las algas.
Efectos sobre los invertebrados: Frecuentemente que masas poco compactas de paja en lugares bien oxigenados se convierten en hábitats apropiados para los invertebrados, tal como las quisquillas de agua dulce (Gammarus spp.). Estos invertebrados, que se alimentan principalmente de detritus, se reproducen y crecen rápidamente en ambientes seguros como el que les proporciona la paja. A medida que la paja poco a poco desaparece, algunos individuos tienen que dejar sus refugios y se convierten en presa de los peces y resto de la fauna acuática. Los invertebrados son beneficiosos para los estanques, ya que ayudan a descomponer la materia orgánica que se deposita en el fondo, muchos de ellos también comen algas.
Efectos sobre los peces: Mejoras en el crecimiento, vigor y salud de los peces. Una razón para esto es posible que sea el incremento en la cantidad de alimento por el aumento del número de invertebrados. Los peces también es posible que tengan más fácil encontrar alimento en aguas no densamente colonizadas por algas unicelulares o filamentosas. Sin embargo, otra posible explicación es que al controlar las algas la paja permite que la luz solar penetre más fácilmente en el agua hasta mayor profundidad, por lo que la fotosíntesis puede darse en un volumen más amplio de agua, lo que significa un mejor ambiente para los peces.