LECCIONES PARA CAZAR-HADAS.
Por: adriano numa
Allende las hormonas, feromonas, endorfinas y demás análisis de laboratorio, el amor constituye la fantasía más poderosa sobre la tierra; nuestro objeto de amor pocas veces posee en la vida real las virtudes que bajo los efectos de la pasión solemos atribuirle. Amar a alguien entraña delirio e ingenuidad, el amor subsiste gracias a la  imaginación: Amar equivale a cazar hadas en un bosque que sueña con la inmortalidad y, subrayo sueña, porque esta experiencia difícilmente escapa a las leyes de la caducidad.

Tras 25 años de matrimonio, el amor puede transmutarse en lapidaria rutina, sólo los muy afortunados pueden seguir disfrutando ésta aventura humana ya que una buena dosis de imaginación restaura deterioros o sublima carencias. Este espíritu idílico y hasta candoroso si quiere usted, vertebra el encanto de la obra inglesa
Lecciones para casadas, original de Leslie Stevens que se presenta en el Centro Teatral Manolo Fábregas.

La atinada dirección de
José Elías Moreno, se atiene a los códigos de la comedia para sorprender y tocar las emociones del espectador. A este mérito se agrega el hecho de que junto con Vicente Torres, José Elías adaptó el texto de manera envidiable tanto por su frescura como por su intención de reivindicar el papel de la mujer en la batalla de los sexos. Esa lucha dinosáurica donde por aparente tradición bíblica le ha tocado el peor papel, ¿quién, sino una mujer fue la causante de que se nos arrojara del paraíso?

En esta obra,
Helena Rojo y Julio Alemán imparten cátedra actoral con tan ligera gracia que sólo puede uno enamorarse de ellos como el matrimonio protagónico. Julio Alemán revela una vena dramática poco explotada por sus productores, su honestidad interpretativa y comicidad tributan a este juego escénico un lustroso valor adicional. Helena Rojo, monopolio de la belleza, hace gala de sus dotes para la oratoria al mismo tiempo que pincela a detalle la pesadilla de toda esposa madura: Una jovencita subyugante y decidida a acostarse con su marido.

La anécdota trasciende la fórmula tradicional y, siempre jugando las reglas de la comedia, se presenta un fenómeno cada vez más frecuente: Las mujeres jóvenes que deciden ser madres solteras y eligen el hombre que las ayudará a engendrar. El personaje que encarna la bella actriz
Andrea Noli, sólo desea la herencia genética que puede brindar un intelectual de la talla de Pablo Delville (Alemán) y así lo plantea al hasta entonces apacible marido fiel. A partir de este momento todos los estereotipos son trastocados: El hombre maduro es acosado por la jovencita, la esposa se entera de la situación por boca de su afligido consorte y permite que la rival viva con ellos bajo el mismo techo... En fin, circunstancias que no pormenorizaré más esperando que usted las descubra personalmente.

En plena resaca del nuevo milenio: Globalizados, con las mujeres a medio liberar y tres tabúes debilitados, es muy gratificante encontrar espectáculos como Lecciones para casadas, donde el espectador puede reestrenar conciencia de género mientras se divierte y halla su reflejo en una historia de amor tan disparatada como las de la vida cotidiana. Lecciones para casadas constituye un espectáculo recomendable tanto por lo que entraña como por su capacidad de reivindicar el llamado teatro comercial a golpe de carcajadas y una que otra lágrima
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