A la calle, compaņero.
Rompe el silencio del aire
preso en mordaza del miedo,
alza tu puņo y tu voz.
Mira al cielo azul
preņado de estrellas
verdes:
tu mano con otras manos
amasando nuestro maņana,
tus manos con otras manos
conquistando nuestro presente.
A la calle, compaņero.
A sembrar flores rebeldes
en esquinas y avenidas:
levantando a los caidos,
abriendo brechas en el muro
para que pasen los alzados
conquistando nuestro futuro.