15 Abril 2000. 
                   ¡ Pero que mala es la izquierda!

   Un mes después de las elecciones, al leer los análisis de algunas formaciones sobre los resultados no reconocemos el país del que hablan. Todavía, y en lo que parece un deseo o una  consigna tanto de la cúpula de Ican como de algunas (le damos el beneficio de la duda) organizaciones independentistas, la bicha es la izquierda nacionalista y sus pinitos en la reorganización.
   En una reinterpretación  de la historia del nacionalismo, ponen toda la culpa en la izquierda, que fué la que dió el marco erróneo o no de confluencia y salvan a sus amigos, por ejemplo José Luis Álamo, auténtico dinamitador junto a otros (no  nacimos ayer) tanto de PCU como de lo que se llamó Nacionalistas de Base, con su antipartidismo, para luego ir al ¡ partido! PNC y sus crisis identatarias.
  Hijos del franquismo sociológico, su concepción del nacionalismo es una mezcla de la formación del espíritu nacional de ese régimen con añadidos cogidos de aquí y allá de modo oportunista y chichés de otras latitudes y tiempos, vendiendo la motocicleta de que sin los godos viviremos mejor con nuestra burguesía vendepatrias y mafiosa, que,  todo sea por la patria , dejará algo sin expoliar para las generaciones futuras. Eso sí, la banderita ondeará por todos lados. Y a callar.
  Y mientras encuentran a su olvidadizo Mugabe, mierda a la izquierda canaria. Algunos olvidan hasta sus orígenes, como el Frepic, embarcados en la última carga de los siete magníficos llevando como mascarón de proa unas siglas vacías y dándo palos de ciego.
  Pero algo se mueve, y no es precisamente el PIL hacia el nacionalismo consecuente. Algo se mueve y lo saben. Y no en la Canarias virtual. De ahí los nervios, y que en  extrañas alianzas sigan dándose la mano Coalición Canaria y algunos "independentistas".
  La autoorganización del nacionalismo popular, con iniciativas varias que engloben las distintas sensibilidades, partidos, colectivos; desde abajo, confluyendo, contruirá el bloque nacional popular necesario para la emancipación de esta tierra y su gente.
  Solo nosotros, como pueblo, podemos ser sujetos de nuestra liberación. Lo otro es intentar posicionarse en una carrera sin salida y sin meta, al servicio de oscuros intereses.
  Desde abajo, como un volcán.


 
 

1Otros editoriales: 1 (De izquierda), 2 (Organízate y lucha), 3 (Elecciones 12 marzo)
 

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