Memoria y vigencia de Secundino Delgado.
                                      

    Dos fechas señaladas hay en mayo para la izquierda nacionalista en Canarias: el 1 y el  4 de mayo.
    En la primera, conmemoramos las luchas de los trabajadores para mejorar sus condiciones laborales, sociales y políticas, que a veces a costado la vida a muchos. En la segunda, el aniversario de la muerte de Secundino  Delgado, destacado precursor de la lucha liberadora en Canarias que intuyó claramente la inseparable lucha social y nacional.
    Los primeros pasos en esa dirección, los de la revista quincenal "El Guanche" (1897) en  la emigración en Venezuela junto a José Guerra Zerpa, hasta la actividad en Canarias desde 1900 tuvieron como enemigos al colonialismo español y a la burguesía caciquil de  Canarias, que hace lo imposible para que la Asociación Obrera de Canarias y el Partido Popular Autonomista (1901) no tenga posibilidades de desarrollarse persiguiendo y encarcelando a José Guerra  Díaz y después a Secundino que fué trasladado a la metrópoli por orden del general Weyler, antiguo capitán general de Cuba antes de que la perla del caribe se independizara.
   Con la muerte de Secundino en 1912, el colonialismo y la oligarquía ganaron una batalla, pero la semilla germinó y empieza a expandirse.
   Tanto que los herederos de los que se alegraron del encarcelamiento de Secundino han intentado convertirlo en el padre del nacionalismo de timple y pandereta en un intento de confundir y tapar las reivindicaciones populares del nacionalismo, adoptándolo como otro símbolo vacío.
   Pero para todo aquel que se acerque a la vida y el pensamiento de Secundino es constatable la vigencia de su mensaje y lo alejado que estaba y está de la sumisión, la mentira y el contrabando ideológico de los que se han vendido al colonialismo, y los que se han entregado en cuerpo, alma y bolsillo a los grupos de poder de las burguesías de las islas.
   Por ello,  reivindicamos la figura plena de Secundino, su mensaje liberador, y declaramos una vez más nuestra voluntad de avanzar en la dirección por él señalada.

     El grito está lanzado: ¡ Vivan las Canarias libres!
 
 
 
 
 
 

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