Una introducción al
Nacional-Anarquismo
El anarquismo clásico ha sido
definido a menudo como el socialismo antiautoritario. Desde la mima
lógica, también se puede definir al nacionalanarquismo
como el nacionalismo antiautoritario. Es una idea muy extendida la de
que el nacionalismo es siempre sinónimo de fascismo, y es que
desde la ignorancia, lo nacionalista suele
identificarse siempre con la enorme estructura gubernamental del
Estado. Nacionalismo, no obstante, no tiene por qué estar
centrado en el Estado. Muchos años antes de que imperaran
las ideas sobre el Estado-Nacion en el siglo
XIX, ya existía un nacionalismo que no se identificaba con el
Estado, sino con su gente, grupo étnico o comunidad local. El
nacionalismo es tan antiguo como el concepto de identidad.
Ha habido igualmente en
la historia ( y de hecho todavía hay) mucha gente que rechaza el
Estado y la subyacente idea de poder como principio base de sociedad
que dicha institución implica, anteponiendo su libertad
individual a todo ello, pero sin renunciar a su conciencia de
identidad. Es esta gente la que puede ser
considerada como nacionalanarquista y su
ideología como el Nacional-Anarquismo.
Así, el Nacional-Anarquismo es relativo al nacionalismo moderno
en la misma medida en que el anarquismo clásico lo está
con el socialismo. Anarquistas como Bakunnin o
Kropotkin tuvieron la misma agenda que el resto del movimiento de los
trabajadores socialistas: el cambio radical de la distribución
económica de la sociedad para crear así una sociedad
económicamente igualitaria. Sus métodos para alcanzar
esta meta, pero, eran distintos. A grandes rasgos los
nacionalanarquistas desean crear una sociedad basada en los principios
étnicos tradicionales de soberanía, solidaridad e
independencia económica. Pero la forma del Nacional-Anarquismo
de alcanzar este objetivo es del todo distinto de la del nacionalista
moderno típico.
El Nacional-Anarquismo está, como los anarquistas
clásicos, contra toda clase de autoritarismo, ya sea en los
medios como en los fines, y ve la libertad personal como el principio
más importante a defender. Por eso rechaza el Estado,
así como cualqueir otra organización basada en principios
jerárquicos y/o autoritarios como vehículo para alcanzar
una sociedad plenamente nacional. El NA esta por
lo tanto en contra de las ideas que actualmente rigen la
mayoría de los movimientos nacionalistas que tienden a
considerar al Estado como único medio válido para la
realización de las ideas nacionalistas.
Los NA
comprenden que el sentimiento nacionalista debe fluir sin medidas
coercitivas de un modo colectivo y compartido por todos aquellos que
deseen participar en él.
El Nacional-Anarquismo se mueve hacia
la creación de un tipo de nacionalismo popular en el cual la
cultura de la Nación es mantenida mediante el vibrante
interés y pasión de los que participan en ella y no a
través de la administración de ésta a
través de las artificiales estructuras de un Estado.
Nacional-Anarquismo no es de ningún modo una
ideología que se focalice únicamente en políticas
internas. A la ideología pertenece también una idea de
cómo manejar las relaciones internacionales y sus problemas. El
profundizar en esto haría este texto excesivamente largo, pero
básicamente los NA apuestan por un sistema internacional
constituido a partir de principios nacionalistas tradicionales de
soberanía para todas las personas y de las ideas anarquistas de
un mundo formado por unidades políticas pequeñas,
autónomas y autosuficientes – que colaboraran entre sí en
una relación de solidaridad en condiciones de igualdad.
Algunos pueden creer que una combinación como ésta no
puede funcionar ya que el nacionalismo y el anarquismo son del todo
incompatibles. La realidad es que son muchas más las cosas que
les unen que las que les separan. Primero y ante todo el hecho de que
ambas ideologías tienen como principio básico la libertad
y la autodenterminación – mientras el nacionalismo centra este
aspecto en los pueblos, el anarquismo lo hace en el individuo.
Según la idea Nacional-Anarquista, estas dos formas de libertad
– nacional e individual – son totalmente compatibles. Ambas
están condenadas a entenderse. Ningún grupo puede ser
verdaderamente libre si los individuos que lo conforman no son libres,
pero del mismo modo también sucede que ningún
individuo que se integre en un grupo se sentirá verdaderamente
libre a no ser que ése grupo sea a su vez libre. Cualquier lucha
por la libertad de un grupo debe ser a la vez una lucha contra la
opresión tanto a nivel grupal como individual. Así pues,
el nacionalismo y el anarquismo no sólo combinan, sino que se
necesitan mutuamente en el camino hacia la verdadera y total
emancipación.
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