CLAUSEWITZ: EL MILITAR

Por Manuel Gutiérrez (*)

Más descrito como militar, poco se reconoce su formación como filósofo. Intelectual con actitudes morales, incluso llegó a sentirse desilusionado de sus aportaciones.

Nació en 1780 en Buig, Mecklemburgo, se alistó en 1792 ingresó a la infantería prusiana. El héroe militar Schamhorst se relacionó con la nobleza con el Príncipe Augusto de Prusia y participó en las campañas de Jena y Auerstadt.

La expansión de Napoleón creó inquietudes en Prusia y alentado por Schamhorst y Gueisenan se unió a las fuerzas de Prusia. Francia obligaba a una alianza a Prusia.

Clausewitz prestó buenos servicios, participó en las batallas de Witebsk, Smolensk y  Borodino (sitios que volvieron a ser protagonistas de super-batallas en la II Guerra Mundial) y observó la retirada del Ejército Napoleónico en Prusia.

La terrible visión de esa guerra lo llevó a escribir la obra "1812" sobre dicha campaña. Regresó a servir al Rey Federico Guillermo II pero no fue bien aceptado.

Regresó a las armas en 1815 como jefe de Estado Mayor en Waterloo. En 1818 pasó a dirigir la escuela de Guerra en Berlín,  puesto en el que escribió su obra monumental "De la Guerra". Murió en 1831 en una epidemia de cólera que se llevó a Hegel el filósofo y al héroe Guiesenau, aunque más bien su voluntad de vivir había decaído.

Los sufrimientos de las campañas lo mermaron física y espiritualmente.



CLAUSEWITZ: EL HOMBRE 

Su personalidad pudo desarrollar virtudes castrenses como la valentía, resistencia, nobleza y lealtad con sus superiores. No tenía gran seguridad en sí mismo pero fue capaz de tomar decisiones difíciles, personales y desarrollo críticas y observaciones ideales para el debate militar.

Tuvo ambición constante de brillar en el terreno militar, con sentido del honor y fue capaz de idealizar al Ejército y a su país.

Sufrió momentos de exasperación por la intolerancia que eran superados en momentos de entusiasmo y audacia, conocía a fondo su oficio, pese a las decepciones del fracaso en ejercer el alto mando.

Su obra cumbre la ofrece en proposiciones breves, precisas y compactas. Sus aportaciones a la filosofía se basan en la práctica y sus implicaciones para la ciencia social.

Aportaciones:

"Los movimientos de que consiste la guerra se afectan continuamente de manera recíproca unos a otros".

"La teoría existe como un conjunto de reglas que contribuyen al juicio o decisión, aunque falte la suficiencia lógica para resolver los problemas como lo aspira la ciencia pura".

"Ningún principio de guerra es necesario para la decisión militar correcta.. Los principios de la guerra son necesarios en sentido objetivo o educacional, en cuanto a que llaman severamente la atención a situaciones peligrosas que resultan de vital importancia".

"Ningún jefe competente olvida nunca su principio militar establecido, pero todo jefe competente debe estar preparado para pasar por encima de los principios militares más fundamentales en ciertos casos de urgencia".

"En la guerra nunca vale la pena intentar nada que dependa de la conjunción de una gran variedad de factores".

Clausewitz simplifica, imagina y personaliza la guerra en su comando, pero eso no implica que una operación no se realice sin conocimientos técnicos. Por ello recomienda el conocimiento de la Historia Militar y del estudio crítico de batallas y campañas.

Clausewitz está relacionado con Kant. La finalidad de un esfuerzo bélico se controla por las causas políticas y su aplicación total o de "guerra absoluta".

Conclusión

Clausewitz es un intelectual militar. Sus enseñanzas son formativas de los dirigentes  que pueden encontrar analogías o semejanzas en el campo de la competencia comercial o en la gran estrategia empresarial o política.

Para los Pentathletas es un recurso formativo en la toma de decisiones, en la sistematización de los hechos sociales.

No se trata de hacer erudición por jactancia. Este maestro prusiano ha influido en grandes Comandantes del Pentathlón y en no pocos instructores y oficiales.

Lo más sorprendente es que éste filósofo es correctamente "pacifista", es decir, que es amante de la paz pero no manteniendo la claudicación. Recomienda a los Estados que se fortalezcan para cuidar su soberanía y que no por una paz mal entendida se renuncie a su propia defensa. La guerra es una forma política, pero su costo debe supeditarse a una política sólida.

La imagen de Clausewitz puede parecer la de una persona feroz, violenta. Al contrario, es principalmente un hombre de cultura, de visión y reflexión sumada a la verdad de ser hombre de acción. En suma un hombre que trascenderá como lo ofreció en su obra al tiempo.

(*)Egresado

Unidad IV Sector El Rosario