Por: Raúl Zamora Echeverría.
Hablar de
aniversarios inmediatamente nos evoca un torrente de
felicitaciones, de abrazos y buenos deseos. Pero
indudablemente provoca en el festejado un gran sabor de boca al
tiempo que mira al pasado y observa el camino recorrido lleno de
bastas experiencias acumuladas. Entonces se ven como si fuera
ayer, a los compañeros de aventura, a los maestros, a los padres,
a los seres queridos... Y luego miramos hacia adelante y nos
damos cuenta que tan solo hemos llegado a una etapa de la carrera
de la vida.
Así en éste
mes, el Pentathlón Deportivo Militar Universitario está de
aniversario. Cumple un año más de estar en batalla. ¡Quién
diría que el ideal que impulsara a aquellos intrépidos jóvenes
mexicanos a fundar el PDMU hoy siga latiendo en miles de
corazones de pentathletas activos y egresados!
Sin duda el
Pentathlón nació como triunfador. Desde un principio fue
prioridad de éste forjar para México una juventud pujante
e idealista, que amara con todo el corazón a su patria y a sus
tradiciones, y que estuviera dispuesta a dar la vida misma por la
defensa de éstos ideales.
En éste
festejo pareciera que cada uno de los fundadores ya fallecidos en
posición de firmes pasaran revista a los actuales pentathletas.
El ejemplo de ellos es viril y digno de ser imitado por nosotros.
Hoy como
ayer, el ideal del Penta sigue formando hombres y mujeres sanos
para México. Son muchos los mexicanos que directa o
indirectamente han recibido la llama del ideal pentathleta: unos
por militancia activa, otros como egresados, algunos como
parientes de pentathletas, otros como simpatizantes, etc.
Pero además,
al lado de aquellos primeros fundadores, merecen también ser
recordados y honrados los intrépidos personajes que fundaran las
diferentes Zonas del PDMU en la República Mexicana, difundiendo
así la filosofía de vida que el Penta convierte en estilo:
La vida es una milicia
Es preciso recordar también a todos aquellos camaradas que ya
están haciendo guardia en un lucero. A aquellos que ya se
adelantaron pero que siguen con nosotros en espíritu. Algún día
nosotros también habremos de alcanzarlos en la otra vida, no sin
antes esforzarnos por dejar un legado de ideal y lucha que dé
frutos en las generaciones venideras.
Es también
tiempo propicio para reflexionar en el problema natural de las
instituciones; aquél de que forzosamente envejecen.
El Pentathlón no ésta expenso a éste fenómeno, y por eso éste
aniversario debe imprimir en cada uno de nosotros la firme
convicción de la necesidad de sangre nueva, de nuevos jóvenes,
niños y adultos que hagan suyo el ideal pentathleta. Lejos de
que con los años el Pentathlón decaiga, deben sus militantes
activos y egresados, echar mano de la experiencia acumulada en
todos éstos años de existencia, para sortear mejor los obstáculos
y aplicar técnicas eficaces de propagación y crecimiento.
Hoy las nuevas
generaciones pentathletas llevan a cuestas la misión de
trasmitir la estafeta del ideal. Hoy les corresponde ser
protagonista de tan excelsa tarea. Mañana habremos de morir y
solo quedaran las obras que hayamos realizado, y que mejor que
ser recordados por nuestros propios hijos por el ejemplo de vida
y de lucha que les heredemos, que como pusilánimes y cobardes.
Indiscutiblemente
el PDMU es semillero de grandes hombres y mujeres que a diario se
esfuerzan y trabajan por el engrandecimiento de México desde los
diferentes radios de acción en que se desarrollan.
El Pentathlón no a muerto: ¡Vive!
¡No somos los últimos de ayer: somos los primeros del mañana!