Pídeme
que
de noche - cuando todos imaginan-
deje
el descanso y te siga
adonde
digas,
pídemelo,
yo lo hago.
Pídeme
que hunda hasta la cruz
la
hoja afilada
acanalada
en
el cuerpo enemigo.
verás
que lo hago, sin decir nada.
Pídeme
que suba la divisa
-
nuestra divisa
aquella
por la que todo se permite-
alta
sobre la Ciudad
arriba
de la Vida
-
para que allá en el cielo el viento la levante-,
yo
la subo.
Pídeme
que me arriesgue
y
yo me arriesgo.
Pídeme
lo más difícil
y
es para mí un orgullo.
Pídeme
que de esta masa amorfa
sin
grandeza
democrática
saque
yo guerreros,
y
los saco.
Pídeme
infortunios
insomnios
privaciones
Pídeme
santidades
sudores
soledades
y fatigas.
Pídeme
sobre el Error, Castigo
y
escarmiento.
Sobre
la Fe, Constancia
y
entusiasmo.
Sobre
el Cansancio, Pasos
-
ni una palabra-
me
pongo en movimiento.
Pídeme
lo más querido
que
aún conserve
yo
te lo doy para que lo ajusticies,
si
es cierto ha traicionado,
como
dices.
Pero
no me pidas
a
esta altura de mi vida
que
ahora me detenga.
Que
me detenga, no.
Ya
no.
Por
nada.
Ya
nada ni nadie me detiene.
Nadie
para mi anhelo.
Que
me detenga, no.
Menos
ahora, que he levantado vuelo.
GRL.