LXIII Aniversario, Distrito Federal

Discurso Oficial a cargo del 1er. Comandante de Infantería Martín de la Rosa Limón, comandante de la zona Jalisco, pronunciado en la ceremonia de aniversario de la fundación del PDMU, en “La Piedra”, es decir en el mismo lugar donde hace sesenta y tres años se fundara el Pentathlón. Ante la presencia del estado mayor general, de zonas, comandantes y activos y egresados se expresó en los siguientes términos:

El respeto entre las sociedades y las instituciones se violenta cuando alguien intenta quebrantar la integridad, soberanía, independencia o autonomía de alguna de ellas.

Con respeto y admiración a nuestros visionarios Fundadores.

Con admiración a los que tuvieron la responsabilidad de dirigir los destinos nacionales.

Con permiso de mi Comandante Nacional.

Con el acuerdo de mis homólogos, Comandantes Estatales. Con el apoyo de nuestra tropa en general.

Ceremonia del aniversario, 9 de julio a las 6 de la mañana. En la gráfica: el comandante nacional Roberto Hernández flanqueado por los ex comandantes nacionales Isáuro Martínez Gálvez y Rafael Nava Uribe

Esta mañana, quiero exhortar a cada uno de mis homólogos estatales, a sus comandantes ya su tropa en general a que continúen dirigiendo los destinos y defendiendo nuestra integridad, con la entrega que manifestaron nuestros ancestros, dicho con palabras textuales de nuestro comandante nacional.: “Los responsables de cuidar la integridad y de guiar los destinos del Pentathlón en cada zona, son los pentathletas activos”. En algún momento nos fue conferida esta responsabilidad, la cual aceptamos con gusto de manera voluntaria y entusiasta, siendo respetuosos de sus postulados y coherentes con nuestro actuar para poder así, disfrutar de su logros y siendo críticos también al caer en errores y tratar de enmendarlos, reconociendo nuestra responsabilidad.

Es por eso que en este día, debemos cerrar filas, convergiendo hacia el mando nacional y alzar la voz y decir a los traidores, “ Que a los pentathletas activos nos corresponde cuestionar, responder y por lo tanto dirigir los destinos de nuestro querido Pentathlón”.

Ya en la trinchera de nuestra existencia y el trabajo cotidiano, hacemos un espacio que dedicamos voluntariamente, gustosamente , al Pentathlón decisión que se transforma en tiempo, esfuerzo, trabajo y por que no decirlo en una competencia involuntaria hacia nuestra familia.

Aún así donamos estos espacios convencidos que es por el bien de nuestra patria y todavía tenemos que soportar los ataques políticos, de libre pensadores, de asociaciones liberales que cobijan a homosexuales en todas sus modalidades, de la influencia de las tendencias globalizadoras que tratan de arrebatarnos nuestra idea de nación; Todo lo anterior existía y estábamos preparados de alguna forma para enfrentarlos, pero de las criticas, los ataques traidores de nuestros hermanos de ideas, que desgraciadamente no se convencieron completamente de nuestro legado ideológico y especialmente del punto cuarto de nuestro querido Pentálogo, recitado día a día, semana a semana: “No murmuraré jamás ni permitiré que alguien lo haga, en detrimento de mi grupo”...

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