El disenso y la discrepancia

Lic. Carlos Alejandro Fossati

   

        El presente texto fue extraído de la lista "misceláneas" con la autorización del autor del  mismo. Consultándolo con  Alejandro a ver si se le hacía reformas o no, decidimos finalmente escribirlo en su formato. El contexto del escrito era sobre una discusión sobre algunas cuestiones que se discutían sobre el Consejo Directivo; pero les pedimos que tengan la posibilidad de leer mucho más allá de él... que puedan pensar y repensar los distintos órganos en los que participan dentro de la Asociación... empezando, quizás, por el Consejo de Grupo.

 

 

      Los comentarios de estas últimos semanas, me llevaron a reflexionar sobre las ideas que rondan el tema del Disenso. A veces la cuestión pasa por conocer el 'valor' de las cosas.Casi todos sabemos y hablamos de las bondades del Acuerdo y el Consenso (aunque a veces tengo dudas porque algunos lo plantean como algo muy parecido a la 'obediencia debida' ¿no les suenan así - a Uds., -algunos comentarios que escuchan o leen?), pero no vi muchos (haber hay y algunos son excelentes) que describieran sobre las 'ventajas' que aporta el disentir. Algunos casi lo asimilan a la traición, a la deslealtad, etc., todos conceptos negativos sobre el pensar diferente o distinto. (y conste que no estoy mencionando ningún tema específico, hablo solamente del desacuerdo 'a secas')

      Se comentó que un cuerpo colegiado emite sus resoluciones como cuerpo, es decir, como una unidad. La democracia permitiría que cada uno exprese su parecer solamente en las discusiones ''''previas'''' a resolver el punto. Pero una vez decidido, se dice que los que opinan distinto tienen las alternativas de:

a) adherir a la mayoría y acompañar y apoyar las acciones, ''''sin mencionar su desacuerdo''''', o que no importaría, b) irse o renunciar.

Remarco esos puntos que me parecen muy importantes y reveladores. (aunque alguien piense que lo hago porque me sobra el tiempo, es mi deformación profesional, ¡queselevacé!).

Así planteado:

a) implicaría que el que disiente o no acuerda (y el resto de los miembros), debe 'esconder o disimular' su desacuerdo, por 'disciplina', porque violaría ciertas 'lealtades' corporativas, la 'unidad o espíritu del cuerpo', o que no tendría ningún valor o significancia alguna, etc.,etc. si demostrara su desacuerdo ''posterior''. Y, b) es el otro extremo, pero en el fondo es un matiz de la anterior, si estás en completo desacuerdo, ¡andate y no jodas!

 En ambos casos, lo democrático llega hasta la votación. Después... "¡subordinación y valor!" o ¡guerra!. Como 'casi' siempre, creo que existen grises y muy importantes, en este tema del desacuerdo.

 ¿Puede aportar 'algo' aquella persona que está en desacuerdo? Yo creo que SI. Creo que puede llegar a ser "el faro en la noche en altamar", exagerando. Me explico.

1.- Puede aportar elementos para prever problemas. Esto permite pensar caminos alternativos a problemas que, de otra manera, serían imprevisibles por los acordantes en el tema, por su visión monocorde.

2.- Puede aportar soluciones alternativas a los problemas, por tener otra visión del tema.

3.- Puede aportar una visión de 'crítica constructiva' constante, a través de su propia mirada crítica, por la posición crítica en la que quedó al ser minoría. Es una especie de 'evaluación contínua' sobre la marcha de la acción desarrollada o a desarrollar.

4.- Puede aportar madurez emocional al cuerpo colegiado ya que disentir no implica restar apoyo a lo decidido.

5.- aporta el DATO concreto, sobre su coherencia individual y responsabilidad o no) entre lo que dice 'afuera' y lo que decide 'adentro', para quienes confiaron en él.

6.- permite construir confianza, retirarla, plantearse dudas, o ratificar certezas sobre sus actitudes y decisiones, sobre todo de parte de los que lo  votaron y los que no lo hicieron,

7.- alguna más que se le ocurra a otro.

Es decir, que uno demuestre que no está de acuerdo con lo que se decidió, o incluso que votó en contra de esa idea (el voto tiene sólo 3 opciones: si, no o abstención, no existe otra que yo sepa), no implica, necesariamente, que vaya a 'luchar CONTRA' la decisión tomada. Cualquiera de nosotros puede poner sus propios ejemplos a este punto.

Otra cuestión es hacer público, dar a conocer, expresar, el desacuerdo. Y este es un aspecto importantísimo, lo considero el nudo del problema... Que trascienda el voto negativo, expresión del desacuerdo, NO lo obliga a actuar en contra de lo decidido. Lo que SI permite es que el resto visualice claramente la postura personal ante dicho tema. Esto permite una evaluación (de desempeño) de la coherencia entre lo que se dijo antes, que iba a hacer, y lo que, después, hizo concretamente Aunque una persona vote NO a una propuesta, que luego por mayoría se impone, no elimina la responsabilidad de aportar y colaborar con la decisión tomada por mayoría; no exime al 'desacuerdista' de asumir las responsabilidades que le competen asumir como miembro de un cuerpo colegiado; ni lo exime al colegiado como un todo de las consecuencias de sus decisiones. 

Ocultarlo, tampoco elimina el desacuerdo, porque todos los miembros del cuerpo colegiado 'saben perfectamente' de ese desacuerdo, por lo que la medida es absolutamente hacia el exterior, ¿es cuestión de brindar una falsa 'imagen monolítica'?. Cuando es creíble para el resto, puede tener algún sentido lógico porque da imagen de fortaleza. Pero cuando NO es creíble por el resto, perdió su sentido y es inútil. Y cuando se abusa de ello, se transforma en un mecanismo que "muestra más por lo que oculta, que por lo que quiere que se vea".

Nunca estamos TODOS de acuerdo en TODOS los temas. (gracias a dios). ¿Estaremos todos de acuerdo en esto último? (jajajajajajajajaja)

Un efecto 'perverso' de esta falsa unanimidad (mal o bien intencionada) es que iguala hacia abajo las decisiones. Dicho de otra manera, al eliminar las diferencias de posturas, elimina también las diferencias de las decisiones. Todo se decide 'igual', ya sea el color de las medias del uniforme, o el Plan de Desarrollo Asociativo, todo obtiene unanimidad, o todo se tiñe de 'dudosidad'. ¿Cómo determinar cuáles son los Grandes Temas de la asociación si todos se resuelven igual? ¿Cómo saber Qué temas nos convocan a todos; aquellos en los que NO hay diferencias, esos en los que TODOS acordamos verdaderamente? Lamentablemente resulta imposible saberlo. El único espacio que lo puede transparentar es la Asamblea. Pero, con UNA al año... no alcanza. Ni con dos...

 Ni que hablar del aporte de la diversidad de opiniones. La riqueza que aporta la divergencia, el pensar distinto es lo que permite 'aprehender' los temas más complejos en mayor grado. El transparentar el disenso permite conocer el fundamento del mismo y evaluar la responsabilidad del que disiente. Y no necesariamente debería explicitarse el porqué del disenso, porque el solo hecho de transparentarlo en la información permite que cualquier persona interesada consulte y obtenga esa información consultando a quien está en discrepancia. Y la otra postura también. Así se enriquecen las discusiones entre los interesados en el tema concreto, se fomenta el diálogo, el intercambio, la responsabilidad, la confianza, la transparencia, etc.

La base de la transdisciplinariedad (a los que creían que yo no utilizo palabras difíciles, aquí les va una) reside en ello. Es decir, cuando se juntan profesionales de distintas disciplinas (psicología, sociología, pedagogía, psicopedagogía, trabajo social, etc.) a trabajar sobre un mismo tema ¿se imaginan la diversidad de enfoques, teorías, visiones, etc. que se entrecruzan en una reunión de todos juntos? Imaginen una reunión de todos ellos sobre el tema educación. Es tan amplio el tema que quizás todos ellos juntos no terminen de abarcarlo en su complejidad.(Claro que aquí se debe trascender la propia disciplina en pos de abarcar el tema completo, no se trata de una competencia para ver quién tiene la verdad, se trata de "re-construir entre todos la realidad del tema", que fue destrozado analíticamente por las diferentes disciplinas para su estudio en profundidad.)

 Recuerdo que siendo Jefe de Caminantes (hace algunos años ya, era una Posta mixta) tuvimos el clásico problema de la elección de la empresa. Y había dos chicas que no aceptaban la que quería la mayoría. El argumento que las convenció fue que su aporte 'crítico' era invalorable y solo ellas podían hacerlo por la postura que habían asumido. En el transcurso del desarrollo de la empresa, aportaban siempre una crítica constructiva hacia la planificación. Siempre encontraban algo que el resto no había previsto. Siempre tenían a mano alguna solución distinta. No era que solucionaban todo, pero como el 'lugar' desde el que veían la empresa era distinto al del resto, siempre aportaban algo distinto. Y nunca estorbaron u obstaculizaron el trabajo de todos. Encontraron su interés personal en las especializaciones que podía desarrollar cada una, y en el trabajo codo a codo con el resto en sus equipos, aportaban al trabajo de todos. Y su compromiso no fue desigual, al contrario, todos valoraron el que habiendo estado en desacuerdo desde el principio, trabajaron como todos por la empresa común a todos.

Otro ejemplo, pero de adultos: en un equipo nacional había un dirigente que su primer palabra a cualquier propuesta era un NO. Siempre estaba en contra y, a veces, contraproponía algo diferente. ¡Claro que para el resto (yo entre ellos) era un hinchapelotas! Pero muchas veces nos dejaba pensando en una posibilidad distinta, diferente, inimaginada para algunos. Muchas veces le rebotamos sus aportes. Pero nunca pudimos decir que no enriqueció al equipo. A veces nos permitió tener una amplia variedad de respuestas para una misma pregunta. Eso sí, cuando se pasaba de revoluciones, cuando ya era obstaculizador, le chiflábamos y 'bajaba'. Se ubicaba. Porque pensar distinto, implica necesariamente pensar. No es oponerse por oponerse, oponerse, disentir, implica fundamentar el porqué. (por lo menos entre personas serias). Lo 'cómodo' hubiese sido echarlo por rompecocos, o hacer que se vaya, excluirlo.

 Creo sinceramente que el disenso, el discrepar, el pensar distinto, es no solo condición humana, sino un aporte que enriquece, agrega, suma, etc. ..cosas positivas. Se dice que el voto es la mejor manera de visualizar las discrepancias, de 'contabilizarlas', porque si la mayoría está de acuerdo, el voto es el instrumento ideal para saber quiénes y cuántos SI están de acuerdo y cuantos y quiénes NO. Nunca el voto sirvió para ponerse de acuerdo. Cuando se decide por mayoría, es porque se corta la discusión en ese punto (por tiempo o por otras razones), quedando la duda de si de continuarse la discusión se lograra el acuerdo unánime o consenso.

Ocultar el disenso, no soluciona nada y no aporta nada bueno, en mi parecer. Refuerza tendencias hacia el acuerdismo, no responsabiliza a cada persona por las decisiones asumidas porque "¡¿quién se entera si dijo SI o dijo NO!", es hipócrita por mentiroso, no facilita las discusiones, reduce el diálogo, sobrevalora el voto como instrumento decisorio, es una manera de excluir lo distinto, lo diferente,lo no igual, destruye u obstaculiza la construcción de confianza (o de más confianza, como más les guste). Etc.(para no hacerla más larga).Tan negativo que no permite saber qué temas verdaderamente unificaron a todos en la misma dirección. Ni saber qué temas nos importan mucho y cuáles poco, cuáles son trascendentes y cuáles accesorios.

 Seguramente habrá quienes discrepen, o no estén de acuerdo conmigo. Espero muy ansioso sus diferentes maneras de ver esta cuestión. Porque si hay grises, también hay matices de grises.

 

Volver