Y seréis como Gollum...

Lic Horacio Wild

   

Seguramente muchos de Uds habrán visto la hermosísima película “El Sr. De los Anillos” y recordarán distintas escenas de la misma. Una que particularmente me llamó la atención, y que es motivo de ésta Editorial: la lucha interna de Gollum, ese diálogo impresionante en el que la bondad y la maldad se confunden, convirtiendo lo bueno en malo y lo malo en bueno. Para los que no lo recuerdan he aquí el texto original del libro: 

“... Gollum estaba hablando solo. Sméagol discutía con un interlocutor imaginario que   utilizaba la misma voz, sólo que la pronunciación era entrecortada y silibante. Un resplandor pálido y un resplandor verde se le alternaban en los ojos mientras hablaba.

-         Sméagol prometió – decía el primer pensamiento

-         Sí, sí mi tesoro –fue la respuesta-, hemos prometido: para salvar, para nuestro Tesoro, para no dejar que lo tenga Él... nunca. Pero está yendo hacia Él, con cada paso se le acerca más. ¿Qué pensará hacer el hobbit, nos preguntamos, sí, nos preguntamos?

-         No lo sé. Yo no puedo hacer nada. El amo lo tiene. Sméagol prometió ayudar al amo

-         Sí, sí, ayudar al amo: el amo del Tesoro. Pero si nosotros fuéramos el amo, podríamos ayudarnos a nosotros mismos, sí, y a la vez cumplir las promesas.

-         Pero Sméagol dijo que iba a ser muy bueno, buenísimo. Buen hobbit!. Quitó la cuerda cruel de la pierna de Sméagol. Me habla con afecto.

-         Ser muy bueno, buenísimo, ¿eh mi tesoro?. Seamos buenos, entonces, buenos como los peces, dulce tesoro, pero con nosotros mismos. Sin hacerle ningún daño al buen hobbit, naturalmente, no, no.

-         Pero el tesoro mantendrá la promesa –objeto la voz de Sméagol

-         Quítaselo entonces –dijo la segunda voz-, y será nuestro. Entonces, nosotros seremos el amo, Gollum!. Haremos que el otro hobbit, el malo y desconfiado, se arrastre por el suelo, ¿sí Gollum?

-         ¿No al Hobbit bueno?

-         Oh, no, si eso nos desagrada. Sin embargo es un Bolsón, mi tesoro, un Bolsón. Y fue un Bolsón quien lo robó. Lo encontró y no dijo nada, nada. Odiamos a los Bolsones.

-         No, no a éste Bolsón

-         Sí,  a todos los bolsones. A todos los que retienen el Tesoro. Tiene que ser nuestro!

-         Pero Él verá, Él sabrá. Él nos lo quitará!

-         Él ve, Él sabe. Él nos ha oído hacer promesas tontas, contrariando sus órdenes, sí. Tenemos que quitárselo. Los Espectros buscan. Tenemos que quitárselo

-         No para Él!

-         No, dulce tesoro. Escucha, mi tesoro: si es nuestro, podremos escapar, hasta de Él ¿eh?. Podríamos volvernos muy fuertes, más fuertes tal vez que los Espectros. ¿El señor Sméagol? ¿Gollum el Grande? El Gollum!. Comer pescado todos los días, tres veces al día, recién sacado del Mar. Gollum el más precioso de los tesoros! Tiene que ser nuestro. Lo queremos, lo queremos., lo queremos!

-         Pero ellos son dos. Despertarán demasiado pronto y nos matarán – Gimió Sméagol en un último esfuerzo- Ahora no. Todavía no.

-         Lo queremos! Pero...-y aquí hubo una larga pausa, como si un nuevo pensamiento hubiera despertado- Todavía no, ¿eh? Tal vez no. Ella podría ayudar. Ella podría, sí.

-         No, no! Así no! –gimió Sméagol

-         Sí!, lo queremos!, lo queremos!...”

 

“El Señor de los Anillos”, J R R Tolkien, pags. 682-683, Ed. Minotauro.

 

Gollum preparaba la trampa que llevaría a Frodo a la cueva de Ella – Laraña...

 

            Quizás mereciera el pensarse hasta que punto muchas personas y personajes de la Asociación actúan un poco como Gollum... y mediante un elaborado proceso interno en el que no soportan que se les señale NADA convierten las críticas que se puedan hacer desde otra visión, simplemente en algo peligroso, sin darse cuenta que en realidad el problema es la institución en sí misma; como cita un autor, estudioso de las organizaciones cuyo nombre es Aldo Schlemenson:  “La suposición implícita consiste en pensar que, dado que la organización está formada por individuos, podemos cambiar la organización cambiando a sus miembros, omitiéndose así averiguar hasta qué punto la estructura organizativa y las políticas que la gobiernan están construidas para ofrecer un medio ambiente adecuado para el esfuerzo humano” (Aldo Schlemenson, “Análisis organizacional y empresa unipersonal, pag.33, Ed Paidos). Esta postura de “que se vayan los que no piensen como nosotros” sin analizar la estructura organizativa y las necesidades e inquietudes de los distintos sectores, la hemos leído muchísimas veces en otras páginas de la WEB, incluso ha salido desde la PC de conocidas personas y personajes de nuestra institución... el punto peligroso de éste estilo “Gollum” es el que se toma a la Institución como un “Tesoro propio” que hay que obtener para presionar al resto en la dirección que un sector pretende. Como dirían los chinos “cuídate de lo que sueñas porque puede convertirse en realidad”, y la posibilidad de que ello ocurra es más cercana de lo que muchos piensan... ¿qué dirán después? ¿”mas vale poco pero buenos”?... otra frase típica de la intolerancia...  

                        Los modelos “empresariales” chocan con un serio problema al extrapolar su campo de trabajo hacia los movimientos del voluntariado como el nuestro, en donde a diferencia de un sueldo que hace que las personas cuiden su lugar de trabajo, en general los voluntarios dedican mucho tiempo y dinero propio. Cualquiera que haya trabajado en una gran empresa se habrá comido unos cuántos “sapos” y “lavajes de cabeza” cuyo nombre son el de “Talleres de trabajo” o “cursos de perfeccionamiento” por el sólo hecho de que necesitan el trabajo, por ahí el sueldo es bueno, o por el momentos no hay perspectivas de cambio. Lo interesante de esto es que en el momento de la participación de las “capacitaciones” todos dicen que sí, se prestan a las mismas, utilizan las herramientas que les sugieren – saben que si  no lo hacen peligra su fuente laboral - pero...  pocos se comen el “sapo”... lo más interesante se escucha a las salida de dichos cursos. 

            Siguiendo a Marta Ventre, en su texto “Las dimensiones del poder” publicado por la UBA podemos notar que: 

            El modelo de Análisis organizacional, del que Aldo Schlemenson es uno de sus representantes entiende a la organización como “un sistema sancionado de roles interrelacionados que pueden ser definidos en términos de tareas y expectivas fijadas para la los ocupantes de dichos roles” A partir del organigrama podemos ubicar la fijeza de los roles y funciones, lo mismo que la distribución del poder. Dada que su concepción se centra en las estructuras instituidas y el lograr que se cumplan la funciones normatizadas, toda situación que genere conflicto es pensada como disfuncional al sistema, intentando descubrir las “fallas” y encauzarlas hacia “soluciones constructivas”.  ¿cuáles serían esas "soluciones constructivas"?:

  • Trabajar para que el personal perciba objetivamente los fines de la organización y aceptar las propuestas que les hagan

  • Establecer perfiles requeridos para la función

  • Investigar los obstáculos que se generen por mala comunicación

  • Resolver conflictos por superposición o mala distribución de tareas en el personal

  • Señalar vacíos de autoridad por fallas en la adecuación al rol.

            El modelo de Análisis de la transversalidad  de Felix Guattari es opuesto al “formalismo del análisis de roles” de la teoría organizacional. Denunciando que las descripciones de roles y funciones son ficticias y su único objeto es mantener las estructuras instituídas. Pasandolo un poco en criollo, todo muy indo con los roles  funciones... siempre y cuando sea una empresa... ¿en un movimiento como el nuestro no será un poco estrecha dicha visión? ¿quién define la Misión y Visión? ¿Los que están en la parte de arriba del cronograma o el conjunto de los socios?. Guattari define la transversalidad como “una dimensión contraria... a las estructuras de jerarquización piramidal”, ya que sus objetivos son:

·        Un análisis que permita “tomar la palabra” a los integrantes sin tener en cuenta sus roles y las relaciones de poder existentes

·        Hacer visibles los atravesamientos que determinan las propias prácticas y las relaciones de poder instituidas en la organización

·        Lograr que cada uno pueda descubrir “su grado de ceguera... en relación a todo el resto”, para poder redefinir el rol de cada uno de ellos. De esta forma cuestionar las reglas de juego vigentes, tendiendo a la transformación de las mismas. 

Podríamos citar o nombrar a otros institucionalistas o analistas que trabajan en ésta dirección  pero creo que poder conraponer al modelo "organizacional" modelos de  una verdadera y democrática producción del cuerpo social es lo que nos hace falta... y ojo... no es que en dichos modelos no se tengan en cuenta los roles y funciones... simplemente no están en la "cresta de la ola", los problemas del cuerpo societario no son disfunciones "a corregir" sino signos a trabajar porque en algo se está siendo ciego y sordo.

            ¿Los dirigentes de la asociación han tomado la palabra en las cuestiones importantes como el programa, la formación, la Visión de Asociación y otras cuestiones que hacen a la Institución? ¿o simplemente han recibido desde la estructura piramidal lo que viene de “arriba” sea desde la forma de una orden o desde una metodología pseudopartipativa en la que se dice “tomen la palabra”...  y no se dice, "pero haremos lo que nosotros creamos conveniente"? 

            ¿Reconocemos los atravesamientos que determinan nuestras prácticas? ¿les damos lugar para la discusión en un marco de respeto o simplemente se trata de “eliminar” imponiendo una ideología homogeneizante de acuerdo a lo que "algunos" definieron qué debía ser la asociación, los programas, la capacitación invitando a los dirigentes al juego "participen... pero ya lo decidimos..."? 

            ¿En dónde queda la necesidad de cambiar los estatutos asociativos para quitarle verticalidad a la Asociación y generar una norma que permita un modelo más acorde a las necesidades institucionales? ¿Por qué se cambia el DE sin cambiar previamente los estatutos?... quizás como diría Gollum “Pero si nosotros fuéramos el amo, podríamos ayudarnos a nosotros mismos, sí, y a la vez cumplir las promesas.” 

            Si bien hay un dicho que dice “Dios aprieta pero no ahorca” no hay que olvidarse que las sogas pueden cortarse todas juntas... en lo particular no quisiera que ello ocurriera, pero lo que ha estado pasando en el interior ya se ha trasladado a distintos lugares de la “fortaleza” de Buenos Aires...  no sea cosa que por usar “modelos empresariales” la gente se termine yendo a trabajar a otra “empresa”... uno de los problemas es que en las organizaciones voluntarias – a diferencia de las empresas- no se observa gente “haciendo cola” para ingresar...

            

 

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