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Kaoticas INDABAS

IM Buho Terco

 

             Bajo la forma de una campana de Gauss podemos hallar lo que en estadística se entiende como “distribución normal”, y que sirve para muchísimas cosas, como por ejemplo, analizar en función de la participación la pertinencia del diseño  para la implementación de las Indabas de Programa realizado por el Comité Ejecutivo.

            Si en nuestro país existen aproximadamente 120 Distritos y sólo 30 de ellos realizaron las Indabas y elevaron sus conclusiones, nos queda de acuerdo al diseño del Ejecutivo, que el padrón de las INDABAS se conformaría con un 25%  de los representantes, quedando un 75 % de los Distritos sin posibilidad de representación. 

            Que un 75% de los Distritos no haya realizado las INDABAS o enviado las conclusiones y que por eso no tenga posibilidad de enviar representantes es un dato que horrorizaría a cualquiera que haya trabajado en otros ámbitos con procesos de democratización Institucional. Evidentemente existe un grosero error en el diseño del mecanismo participativo, ya que en vez de alentar la participación sucedió  lo contrario. Campana de gauss, a la izquierda y al fondo,  un verdadero fracaso.

Entre la Política de Programa y su implementación existen responsables: El Comité Ejecutivo, el Presidente de la Asociación, y el Consejo Directivo. ¿Por qué en ese orden? Porque el Comité Ejecutivo es quien debe implementar las políticas, el Presidente de la Asociación debe Supervisar que eso ocurra de forma que no se desvirtúen las políticas ni las decisiones del Consejo Directivo, y el Consejo Directivo queda como reaseguro de su propia palabra, de manera de que si lo decidido toma otro carril es el propio CD quien dice “por acá no”.

            No voy a reescribir lo que pueden encontrar en artículos anteriores sobre este tema, simplemente voy a señalar los errores de diseño y el cómo se desvirtuó la política. 

1)     1) El Comité Ejecutivo, en una asociación desmovilizada, elije hacer INDABAS extensas con relación a su temática. El caso de los caminantes es el más lamentable de todos; porque no solo se decide una INDABA prácticamente general (sólo se exceptúa el marco simbólico y las cuestiones relacionadas a la edad evolutiva que son de carácter transprogramático), sino que se le incorpora a la discusión una cartilla entera como Proyecto de Indaba. Un amigo mío decía que si queres complicarle la vida a la gente  hacela discutir de todos los temas, en ello se genera una dispersión y desfocalización que torna muy difícil la realización de un trabajo eficaz y efectivo. 

2)      2) En el diseño se comete un error garrafal que deja por fuera a muchísima gente: confunde TEMAS de la INDABA con PROYECTOS de la indaba. Este error no es políticamente una pavada, ya que en esta fase debían elegirse LOS TEMAS de la Indaba, o sea, qué puntos se quería discutir, en donde se hallaban obstáculos, cuáles eran problemáticos. El Comité Ejecutivo definió que los PROYECTOS DE LA INDABA surgieran desde allí, y a eso se le suma la dinámica de los formularios que matan la discusión creativa y sólo benefician a quienes pretendían tener controlada la discusión. Si en algún momento hable de “Educación por protocolos” esto sería algo así como “participación por protocolos”.

En lo concreto, se debieran haber elegido TEMAS, y las INDABAS debieran convocar a discutir libremente sobre esos TEMAS para que cada Distrito elabore su propuesta; pero debatir libremente es algo que el Sistema de Control que se estableció desde los inicios de Scouts de Argentina en las áreas de Programa y Formación no se podía permitir. Con la metodología elegida por el Comité Ejecutivo,, y en un pase de magia digno de Lord Voldemort LOS TEMAS SE CONVIERTIERON EN LOS PROYECTOS, entonces sólo se discutirían los PROYECTOS (temas fundamentados) enviados previamente, por lo que TODOS LO QUE NO HABIAN ENVIADO PROYECTOS (temas fundamentados) SIMPLEMENTE DEBÍAN VOTAR POR LA GRILLA QUE DESDE PROGRAMA SE ENVIABA A LOS GRUPOS; un extensísimo documento que dejó por fuera la libre discusión, que deja como espectadores a la mayoría de los distritos que no enviaron el “tema”, y que no solo es costoso económicamente, sino que hay que disponer de mucho tiempo libre para leerlo y trabajar sobre él. Para lo único que sirvió la solitaria queja de alguien que trabaja en investigación y que tiene experiencia de trabajo institucional en distintos ámbitos fue para flexibilizar un poco el protocolo, pero eso sólo es simple cosmética.

3)      3) En vez de consolidar la discusión en la INDABA ZONAL para realizar los primeros acuerdos, de manera de que las personas vayan no solo con un ejercicio previo de participación sino que vayan con algunas cuestiones comunes, se decidió dejar el espacio zonal sólo para el final, con lo que en el momento de la INDABA Nacional serán 120 conclusiones consolidadas, y no como algo más de 30 conclusiones con cierto grado de consolidación (excepto en temas muy puntuales) 

            Y aquí estamos, con un 25 % de Distritos que realizaron su INDABA y de las formas más extrañas, porque en algunos lugares la “Indaba distrital” es producto del grupo que pudo leer el extenso material enviado, en otros lugares se hizo directamente zonal y cada distrito presentará las mismas conclusiones por separado. ¿Y la discusión?. Bien… gracias. 

            ¿Quién se hará cargo de haber provocado esta sensación de caos? Realizar Indabas con un 25 % de representantes es poco representativo, así que si se quiere que la actividad sea exitosa se deberá retomar la concepción de la Política para que pueda participar más gente, ya que en ella se define que los Distritos realizan su Indaba Distrital y eligen su representante y en ningún momento los grupos tienen que mandar conclusiones. Con solo informar que se hicieron las Indabas y decir quién los representará alcanza. Es probable que ocurra que del 75 % de los representantes de las Indabas algunos se representen a sí mismos, ya que por diversos motivos (en los que el diseño no ocupa un lugar menor) no se realizaron las Indabas en el espacio grupal y en el Distrital.

            Quizás, el Consejo Directivo deba hacer lo que no se animó cuando en su momento se dijo que esto iba a ocurrir, que fue uno de los motivos de mi renuncia a dicho cuerpo colegiado: poner el caballo en el picadero para garantizar la participación de la gente. Ahora… ¿quién se va cargar “el muerto”?  Una pregunta que realmente es difícil de contestar, ya que si bien la responsabilidad de la ejecución es del Comité Ejecutivo, el Consejo Directivo y en especial el Presidente de la Asociación dadas sus funciones de supervisión, tienen una parte importante de responsabilidad porque no pueden decir “nadie dijo nada”.