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Aquellas pequeñas cosas...

Búho Terco

 

           Hay historias que se viven con total naturalidad por parte de muchos de los miembros de la Asociación, que nos disponen a pensar hasta qué punto somos concientes de las prácticas que se han instalado y de los valores que sostenemos a partir de la mismas. 

            Hace un año atrás, comentábamos sobre la falta de igualdad de oportunidades a la hora de los concursos que la Dirección Ejecutiva realizaba para cada una de las Direcciones Nacionales. Las condiciones eran que las personas pudieran participar todos los miércoles de las reuniones del Comité Ejecutivo y que corrieran con los gastos correspondientes a su cargo. La “Buenas Prácticas” asumidas, indicaban que sólo alguien de Capital o Gran Buenos Aires, con recursos como para pagar los mal llamados viáticos (básicamente transporte para el ejercicio de una función Nacional, y en el caso de alguien del interior el alojamiento) podía ofrecer dicho servicio. La situación económica asociativa era usada como justificación para la discriminación de los socios…. Lo que pone en vilo el uso del nombre “Nacional” dentro de las Direcciones Institucionales conformadas por voluntarios (quizás sea hubiese sido más adecuado poner sólo el nombre de Dirección de… porque en la práctica no todos los que quieren tienen la posibilidad presentarse y ser elegidos para la función). 

            En esto de los gastos por la función que los Equipos Nacionales debieron asumir, aparecieron cosas muy locas como por ejemplo el pago y posterior donación de materiales que se entregaron en distintos eventos gracias a la buena voluntad de los Equipos (gastos estrictamente necesarios para el ejercicio del cargo que corrió por parte de los voluntarios que los ocupaban  y no de la asociación); y en un intento de abrir el juego se permitió la participación de los dirigentes “vía internet” en distintos equipos… eso sí, si existiera alguna reunión debieran correr con el gasto, o comúnmente si la personas participan  el coordinador o los que forman parte del Equipo que puede “verse” semanalmente o cada quince días, tienen la ventaja de poder debatir de otra manera y concluir lineamientos en el que el resto de la gente que conforma dicho equipo queda prácticamente excluida. 

            Por otra parte observamos que dicha situación se hace extensiva a determinadas áreas estratégicas que hacen a la representación del país en organismos internacionales. Aquellos que asumen el cumplimiento de dicha función terminan pagando los gastos de pasajes aéreos que como todos sabemos no son lo que digamos baratos, sabiendo que nuestro país no puede dejar de participar en determinados lugares porque a las organizaciones se las cambia desde adentro y no protestando desde la tribuna. 

            Este estado de que “el paga representa” o “el que esta en Buenos Aires ocupa el cargo” se ha extendido a un sinnúmero de situaciones asociativas, incluso -según me han comentado algunos de sus participantes-, ha sido uno de los argumentos utilizados al momento de elegir los representantes Nacionales del Foro de Jóvenes… como vemos con el ejemplo enseñamos y parece que los jóvenes aprenden bien...

            Todo esto que relato es vivido por muchos como algo “natural”, poniendo en el mismo nivel a la participación de un evento como puede ser un Jamboree y el representar al país en distintos eventos internacionales vinculantes… En los papeles todos pueden participar pero en el pliego de condiciones  para ser elegido representante ponemos  que "el representante" se lo tenga que pagar, excluyendo de facto a la gran mayoría que quizás tengan condiciones pero no recursos económicos del poder ser elegidos ante la imposibilidad de afrontar semejantes gastos  por representar a  Scouts de Argentina. 

            Todo esto ocurre en el contexto ante el continuo reclamo de bajar los gastos asociativos a cualquier costo, y realmente es a la letra: "a cualquier costo" Quizás sería bueno preguntarnos si en realidad estamos  dispuestos a pagar el costo de renunciar a los valores democráticos que decimos sostener. En lo personal me parece mucho mas caro renunciar a los valores, que enviar representantes que en la práctica - y discúlpenme si no es la mejor metáfora-  compran la “franquicia” de representación… ojo… no es culpa de ellos, ya que como todos los que queremos a la asociación quieren lo mejor para ella y por ello incluso donan su dinero…

         Este tipo de sistema de "representatividad", típico del siglo XIX, debiera estar perimido en una Asociación que no tendría que correr el riesgo de conformar  "pequeñas oligarquías" en las cuales la representatividad asociativa quede ligada a las posesiones individuales de los socios; ello no es saludable si trabajamos realmente con un sentir profundamente democrático que tanto ha costado y aun hoy cuesta instalar en nuestro pueblo. Seguramente la  responsabilidad es de los niveles de Dirección y Ejecución de la Asociación, pero los socios determinan ahogar la posibilidad de financiamiento económico con cuotas sociales que hacen inviable las posibilidades de crecer y desarrollar una asociación en la que igualdad de oportunidades no sea un slogan, sino un hecho. 

            Siempre nos queda como Asociación (y como miembros de la misma) la posibilidad ética de no participar en éstas condiciones. Cada uno de los que ocupa cargos de gestión desde el Grupo Scout hacia arriba debiera  asumirse como parte de un cuerpo societario que si para sostener los valores de igualdad de oportunidades tiene que desembolsar dinero, elige no hacerlo y se banca las consecuencias de ello...  Si no se lo quiere asumir,  siempre se tendrá a mano alguna excusa como para decir que en la asociación se hacen cualquier cosa con los fondos de todos... total, mientras el dinero lo ponga otro el circo sigue andando...

 

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