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Paralelismos de la Carta de Pattaya con la situacion de las Organizaciones Nacionales

IM Buho Terco

 

           

            La “Carta de Pattaya” firmada por las Organizaciones Scouts Nacionales de Austria, Bangladesh, Grecia, Hong Kong, India, Indonesia, Suecia, Pakistán, Filipinas, Singapur, Tailandia, Reino Unido y Estados Unidos de América para algunos es un punto de partida de la crisis dentro de la Organización Mundial del Movimiento Scout; para otros un punto de llegada… elegir interpretarla de una manera u otra nos dará una perspectiva distinta de la Crisis y del papel de los distintos actores.

            Seguramente resultaría fácil decir que la BSA, los Scouts de Suecia y la FSM han querido realizar una especie de “golpe de Estado” a la OMMS cosa que de por sí es imposible porque la OMMS no es un Estado sino una Organización No Gubernamental; y en segundo lugar porque es derecho de cada una de las Asociaciones Nacionales afiliarse (o no) a la Organización como hacer “aportes extraordinarios”; en el caso de la Fundación Scout Mundial es una Organización separada de la OMMS que tiene como objetivo la promoción del escultismo por todo el mundo brindando soporte monetario a la OMMS y probablemente como en todas las Fundaciones de soporte monetario es esperable que velen porque se cumpla el objetivo de su Misión Institucional porque es por éste objetivo que recaudan dinero de empresas, países e instituciones; también es esperable que si el dinero es usado para otros fines se opongan a ello. En nuestro país desde hace unos años se quiere armar una Fundación Scout con el mismo objetivo, pero no han encontrado el apoyo del Consejo Directivo, probablemente porque la tendencia mundial actual es que los fondos que recaudan las fundaciones se utilicen en Proyectos y no para gastos burocráticos; hablando con alguna persona vinculada al tema decía sabiamente que “la plata que queremos juntar tiene que ser usada no para sostener buro-cracia sino para la Misión de la Asociación”… y ¡Cuánta razón!... basta leer los balances asociativos para poder determinar cuánto dinero se gasta en buro-cracia, y cuánto en Programa, Formación, becas de grupos, promoción de proyectos de servicio comunitario, eventos gratuitos para los jóvenes, servicios a los grupos,etc.

            Por si no es claro… optamos por leer el texto de la Carta de Pattaya dejando entre paréntesis si lo que hicieron la BSA, los Scouts de Suecia y la FSM estuvo mal o bien, fue extemporáneo o no; sin negar que dicha carta es un acto político que ejerce una presión importante para la OMMS; tampoco miramos para el costado respecto de la decisión política que toma la CSM cesando la relación laboral con el ahora ex Secretario General. Veamos … trataremos de realizar un paralelismo con los reclamos de Pattaya y las situaciones de las Organizaciones Nacionales, en nuestro caso con las situaciones vividas en Scouts de Argentina en los últimos años.

Cuestiones del manejo y destinos del dinero

            ¿Qué pasaría si en Scouts de Argentina la Comisión Revisora de Cuentas revisara las cuentas un año después de que se cierra el ejercicio contable? ¿Sería algo admisible para los socios?  Hasta ahora nunca ha pasado, y cuando los grupos reciben con un atraso de una semana o dos de la fecha que corresponde recibir el material asambleario, suele armarse bastante lío porque es muy difícil decidir sobre el balance sin el informe de la CRC. Bien… en la Carta de Pattaya las Organizaciones Nacionales firmantes se quejan de que “Los estados financieros parecen débiles y sospechosos cuando la revisión de cuentas llega tarde (hasta un año del cierre desde que se cerro el periodo contable)” ¿nos imaginamos qué sucedería en nuestra Organización Nacional si ocurriera algo semejante?

            En nuestro país durante muchas Asambleas se discutió qué sentido tenía la explotación del Campo Scout Necochea  cuando esté implicaba pérdidas económicas para la Asociación, lo que nos obligaba a realizar eventos nacionales en el mismo para subsanar el problema económico con la queja de las regiones del país que querían Organizar eventos Nacionales en sus lugares. En una Asamblea se decidió traspasar la explotación del Campo Scout a la zona 19  (aceptado por sus representantes) para que puedan explotarlo ellos y de esta manera finalizar con el tema, ya que los asambleístas pensaban que no era ético que con la afiliación se financiara déficit del Campo cuando había chicos que no se podían afiliar o se necesitaba dinero para las áreas estratégicas que benefician a todos los miembros de la Asociación. El cubrir el déficit implicaba quitar fondos de áreas como Formación y Programa. En la carta de Pattaya las Organizaciones Nacionales firmantes han planteado que “
“El uso de activos de la OMMS para los proyectos de capital comprometido, sin un plan de negocio transparente y sin un análisis del costo-beneficio; el mas significativo de estos proyectos que llama nuestra atención es el del Campo Picarquín en la Región Interamericana, y la propuesta para el desarrollo de una nueva Oficina en Ginebra, estos han sido emprendidos con una pobre o ninguna comunicación con las OSN, esto implica importantes políticas, asignación de recursos humanos, y futuras responsabilidades.”

Como habíamos señalado anteriormente, la BSA, los Scouts de Suecia y el FSM habrían planteado su preocupación por las pérdidas que genera Picarquín, que el ingreso de los scouts es sólo de un 7%... lo que no dijeron y que todos sabemos que al momento de querer realizarse un Jampan la OSI “empuja” para Picarquín ya que hay que cubrir el déficit que el Centro Scout  Mundial genera y nada mejor que eventos multitudinarios de chicos que dejan rédito por el cobro de la utilización del lugar, tampoco dicen  que el Director Regional saliente Jubilado es el Director del Centro, lo que al menos en Argentina implicaría una situación que calificaríamos de “conflicto de intereses”... No está demás agregar el planteo coherente de las organizaciones firmantes de que más que gastar dinero en un edificio en Ginebra con los elevadísimos costos de Suiza (los que incluyen salarios) sería importante que  “… se investigue la propuesta de reubicación de la Oficina Scout Mundial, extender esta revisión considerando la posibilidad de mudar las Oficinas fuera de Suiza a una ubicación mas barata, publicando un análisis de costo-beneficio.”

La educación es más importante que los negocios

En el caso de nuestro país las quejas hacia la Oficina Scout Nacional respecto de cómo se cubren los déficit presupuestarios se han expresado históricamente de distinta manera: oposición al aumento de cuotas, oposición a que los eventos nacionales dado su carácter educativo sean usados o pensados desde la perspectiva de recaudar fondos (ganancias) para la asociación. Estas quejas se relacionan con las dos recetas que se han utilizado históricamente para paliar déficits económicos sin realizar cambios estructurales, e incluso  ¡ampliando la estructura rentada en vez de achicarla y optimizarla! No debemos olvidar que el Jampan que se realizara en San Rafael fue un riesgo económico que resultó exitoso y por suerte dejó saldo positivo a diferencia de otras organizaciones hermanas que se metieron en graves problemas económicos con este tipo de eventos. Ahora… si leemos la carta de Pattaya las Organizaciones Nacionales firmantes expresan que no quieren este tipo de recetas que ya conocemos: ni la primera  “La respuesta para resolver el déficit parece ser ‘aumentar las cuotas’ En vez de revisar los gastos, mientras al mismo tiempo muchas OSN tiene ellas mismas que cortar sus propios servicios a sus miembros para evitar el déficit en su presupuesto” ni la segunda  “la Oficina Central interfiere y no acepta su responsabilidad, promoviendo solo sus propios intereses, e imponiendo cargas financieras adicionales injustificadas” haciendo referencia a que el  7,5 % del costo de los eventos tendría como destino la OSM, lo que implica que los participantes deberán asumir de su bolsillo el costo adicional que esto implica ¿si no quien lo va a pagar?. Para los argentinos esto no es extraño ya que en el Jampan de Mendoza según consta en los balances asociativos, la OSI se llevó un porcentaje del valor del evento, y su “participación” implicó un gasto de $ 195.632,90 (Balance 2006 anexo “C”, ítem gastos “participación de la OSI”) lo que constituye el 5,8 % del costo del evento. La suma de dinero que recaudó la OSI fue mayor al rédito económico positivo para la Organización Scouts de Argentina que alcanzó $ 179.081,97. (por suerte), siendo la Organización que asumió todos los riesgos, puso gran cantidad de voluntarios a trabajar, y se responsabilizó por cualquier cosa que sucediera en el Jampan.

La libre utilización del Logo, o el reparto solidario de lo que este produce

Como todos sabemos nuestro país ha sido miembro del Grupo de Cartillas de la OSI, en donde –más allá de las críticas que hemos realizado al material, participaron dirigentes de distintos países en su elaboración. Una de las quejas frecuentes es ¿quién cobra los derechos de autor o quién es el dueño del copyright?.... y este dato es importante porque las asociaciones que han sido solidarias en la construcción de las cartillas nunca recibieron un centavo correspondiente a la participación de sus dirigentes en la elaboración de las mismas (los participantes figuran al final de cada cartilla)… en más, en nuestro caso los propios dirigentes asumieron algunas veces el costo de traslado a Chile para participar de alguna de las escasas reuniones realizadas pidiendo días de vacaciones en sus respectivos trabajos para participar, porque los gastos debían absorberlos cada país y en situaciones de crisis económica eso se complica. Tengamos en cuenta que las cartillas se venden no solo en la Región Interamericana sino también en Asia y países europeos lo que implica un negocio editorial interesante para la OSI, con una inversión que en gran parte asumieron los países participantes, y los no participantes en menor medida ya que son los que abonan las cuotas afiliatorias… eso sí, si Argentina quiere editar la cartilla por cuenta propia existen obstáculos para hacerlo cuando se ha participado de su diseño. Veamos que dicen los países firmantes de la Carta de Pattaya con relación a las “marcas”: “la estrategia de marca parece enfocarse a un control central. El captar ingresos a través de las licencias es un desaliento para que las Organizaciones Scout Nacionales puedan implementar la marca en sus propias áreas” “El papel de la Oficina Mundial debe ser el de apoyar a las Organizaciones Scout Nacionales entregando la marca mundial y su identidad visual con sus ajustes nacionales”

Participación real vrs centralismo

La cuestión del Programa en nuestro país no ha sido un tema menor, ya que luego de la imposición del Esquema Regional de Cartillas por parte de la DNP con el acuerdo del CD hicieron falta dos Asambleas Nacionales y una tenaz batalla interna para lograr una Política de programa participativa que inicia el sistema de INDABAS en donde se apunta a que los proyectos surjan de los dirigentes y que las reformas de programa sean verdaderamente democráticas. Las Indabas con todas las dificultades del recupero de espacios democráticos de participación, rompen con el criterio de que las cuestiones del Programa se definan desde la OSN como repetición de lo que define la OSI. Era común y aún hoy es común el escuchar la crítica de la aplicación de un programa central, vivido como inconsulto en donde los dirigentes son considerados meros instrumentos de aplicación y no verdaderos actores y constructores del Programa.

Si observamos la metodología de trabajo de la OSI, no existe un foro continuo de Programa donde participan los países miembros (y no es que no existan medios tecnológicos para hacerlo, es una decisión política); de hecho si tomamos por ejemplo el Programa Caminantes, la OSI se comunica con cada país verticalmente sin favorecer lazos horizontales entre los distintos países que participan del grupo, ya que es una comunicación unidireccional en donde solo los miembros de la Oficina conocen quienes en cada país se ocupan del tema de las Cartillas, por lo que luego de que los técnicos regionales trabajan una importante cantidad de tiempo elaborando el material (sin la consulta permanente a un foro de dirigentes de los países miembros en donde pueda discutirse lo que se está armando), envía el material elaborado con un tiempo mínimo para que cada organización Nacional eleve sus “observaciones” desconociendo dichas ON el mecanismo por el cuál se les dará curso o no a dichas “observaciones” que generalmente no son pavadas. Si tomamos en cuenta que los tiempos que los técnicos rentados necesitaron para realizar los capítulos fueron extensos, es al menos sospechoso que los tiempos de los voluntarios de las asociaciones nacionales disponen para realizar las observaciones sean tan acotados lo que implica un serio obstáculo para estudiar el material seriamente en foros asociativos profundizando cuestiones teóricas, y no solo eso, no existe el soporte de un foro regional en el que pueda discutirse y llegar a acuerdos entre los países participantes. Con esta metodología uno puede suponer que el Programa en realidad se diseña en la Oficina, y los países terminan avalando con su participación lo que otros realizaron y que se presenta como un desarrollo de todos, viéndose presionados lo países “participantes” a aplicar los Programas Regionales.

¿Qué dicen los países firmantes de la Carta de Pattaya? Hay un incremento en el papel que desarrolla el voluntariado regional en  implementar las decisiones centrales, en vez de ser un foro para el desarrollo de las OSN, de esta manera fomentar la democracia y la ayuda al movimientoHay un énfasis en controlar en vez de ofrecer apoyo a las OSN. Acciones y proyectos parecen estar más centralizados por la Oficina Scout Mundial en vez  de estar manejados por las OSN, por ejemplo” “Hay un incremento en Centralizar el trabajo de la Oficina Mundial, en vez de descentralizar con actividades y recursos en las oficinas regionales, donde los equipos regionales y redes de trabajo pueden ser más efectivos al momento de apoyar a las OSN” 

            Podríamos seguir con el paralelismo entre los reclamos de los países firmantes de la Carta de Pattaya y los reclamos internos de Scouts de Argentina pero lo dejamos a consideración de los lectores, pueden encontrar la Carta en  http://groups.google.com/group/scouts-x-la-omms/web/traduccin-al-espaol-de-la-carta-de-pattaya-enviada-al-csm-y-a-las-osn?hl=es. Resta por señalar que las soluciones que el grupo de Asociaciones Nacionales plantea, son  coincidentes con algunas de las soluciones y acciones que se desarrollaron en nuestra asociación:

·         Implementar evaluaciones externas de la OSM (las que son vistas actualmente como Buenas Prácticas institucionales)

·         Auditoría externa de las cuentas de Picarquín

·         Presentar claros estados financieros y responsables, con las provisiones necesarias, la preparación a tiempo del presupuesto y manejo de cuentas de la OMMS

·         Comenzar una mayor transparencia a la hora de toma de decisiones dentro de la organización, y una comunicación más abierta y consultiva con las OSN

·         Demostrar un compromiso dirigiendo los recursos para apoyar el escultismo a través de las OSN, en vez de la centralización etc

·         Otras

Hasta aquí el paralelismo que consideramos no es casual ya que analizando una parte o elemento determinado de una Organización se pueden sacar conclusiones de su estructura, viejo principio epistemológico griego (gnomon) que se verifica también en el análisis de las grandes instituciones donde se produce una cadena de repeticiones de la estructura desde la cúspide de la pirámide hacia la base. Uds podrán elaborar conclusiones si la crisis de la OMMS es un punto de partida o un punto de llegada… a mi humilde entender es un punto de llegada; puede considerarse intempestiva la forma en que sucedieron las cosas y emitir los juicios de valor que cada uno quiera, pero no se puede mirar al costado respecto de lo que se denuncia que por semejante movida, seguramente será tema de la próxima conferencia mundial.

Desde el punto de vista de las Asociaciones Nacionales la situación es paradójica, porque tomar postura por la BSA, los Scouts de Suecia y lal FSM implica avalar una metodología reprochable; pero tomar partido por el CSM significaría el rechazo de la “Carta abierta de Pattaya”  redactada por 13 Organizaciones Nacionales (de las cuales dos fueron las que se “plantaron”) que denuncian cuestiones muy importantes que se relacionan con el destino de la Organización Mundial ¿Cómo salir de la paradoja?

Quizás sea hora de que las Organizaciones Nacionales trabajen para que la OMMS y sus Oficinas Regionales cambien sus diseños institucionales y se realicen planteos de fondo y no de forma, donde los voluntarios recuperemos el verdadero lugar que nos corresponde dentro de NUESTRA organización en donde quienes no tienen voto en los Organismos Nacionales, Regionales y Mundiales paradójicamente son quienes más poder detentan, siendo empleados de la Organización… para comprobar esto basta simplemente leer la Constitución de las Regiones y la Constitución Mundial… pero bueno, estarán aquellos cuya preferencia es que la organización continúe de esta manera, con una especie de comedia de participación real y vinculante, y estaremos los que pretendemos otro rol para los que somos voluntarios, un rol protagónico en todo el espectro organizacional, especialmente en los lugares de decisiones que involucran a todos sean estos los Consejos Directivos, los Comités Regionales o el Consejo Mundial… Llama poderosamente la atención que fuera de las Asambleas Nacionales o de las Conferencias no existan mecanismos democráticos de consulta directa a los miembros como pueden ser los plesbicitos (hasta el criticado Chávez realizó uno y se bancó que le fuera mal), foros y tantos otros mecanismos que son facilitados en nuestro tiempo gracias a la tecnología. Como podran darse cuenta el concebir una organización de una manera u otra es una diferencia ideológica que a la vez marca diferencia en los resultados respecto de la Misión Organizacional. Es evidente el resultado del modelo de gestión actual ¿no es hora de construir otro?