Bhagavad Guita 

 

Fragmentos y revisión: Mahatma Krishananda Ji

 

CANTO 6

Dhyana Yoga

LA MEDITACION

 

KRISHNA:

1.Aquél que realiza sus deberes sin apego a su fruto, es un renunciante al tiempo que un auténtico sirviente. Mas no se puede decir lo mismo de aquél que no enciende el fuego sagrado o no realiza sus obras ofreciéndolas como santo sacrificio.

2.Porque el Sanyasi renunciante es al tiempo el Yogi de la acción pura.

Y a menos que se entregue la voluntad terrena, nadie podrá jamás ser un Yogui.

3.Cuando un sabio alcanza los estados más altos del Yoga, sabe que el camino a seguir es el de la acción. Mas cuando ya llega a su destino, llega a la tierra del reposo y la paz. Entonces ya renuncia a la acción.

4.Sólo cuando él ha entregado su voluntad alcanza las alturas del Yoga. Desapegado así de la actividad de sus sentidos, libre se encuentra ya de la atadura a sus acciones mundanas.

5. Así pues, ¡levántate Arjuna! y, beneficiándote de la ayuda de tu Espíritu, ¡eleva tu alma! No seas un alma caída pues al igual que tu alma puede ser tu amigo, igualmente puede ser tu enemigo.

6. El alma es fiel amiga del hombre, sólo cuando ha sido conquistada por el Espíritu. Para un hombre carente de voluntad que aún no ha conquistado su alma, ésta puede convertirse en su propio enemigo.

7. Sólo cuando el alma encuentre la paz, él estará en paz: entonces su alma se ha unido a Dios. Tanto si hace frío como calor, en el placer tanto como en el dolor, tanto en la gloria como en la desgracia, él siempre permanece unido a Él.

8. Aquél que halla su felicidad en la visión interior del Conocimiento, tiene sujetos sus sentidos y gozoso el corazón, debido a la experiencia de su propia vida interior. Sólo entonces puede reconocérsele como un Yogui en armonía. Una vez alcanzado este estado, para él, el oro no tiene más valor que las piedras de la tierra.

9. Él ha escalado las alturas de su alma y con ecuanimidad contempla a sus parientes, amigos y compañeros, al igual que a los desconocidos, los que te muestran indiferencia, e incluso a aquellos que le odian.

Él ve a todos iguales desde ese estado de paz interior.

10. El Yogui debe dedicarse con anhelo al recogimiento espiritual, viviendo aislado en su solitario retiro interior, en su lugar secreto. Teniendo su mente bajo control, ni espera nada ni desea nada.

11. Ha de encontrar un lugar puro y calmo, procurándose un asiento cómodo, ni muy alto ni muy bajo, teniendo como firme de apoyo un terreno con yerba, o bien una piel, o si no, algún tipo de tejido para poner debajo.

12. Una vez preparado así el asiento, en total reposo ha de practicar el Yoga, para la purificación de su alma, uniendo su mente con la fuerza vital que habita en su cuerpo hasta poner su mente en paz.

En este silencio, el alma se encuentra en presencia del Uno.

13. Con el cuerpo recto, al igual que el cuello y la cabeza, relajado y quieto, sin moverse; reposando la vista interior, que vaga en varias direcciones, y reposándola con calma y concentración en medio de las cejas.

14. Con ánimo sereno y libre de temor, con firme determinación en su voto de entrega a la santidad, dejando a un lado todo pensamiento, ha de descansar su alma en Mí, su Dios Supremo.

15. El Yogui que tiene su mente bajo control y vive de esta suerte, dueño de su inteligencia y constantemente unido a su yo superior, obtiene la paz del supremo Samadhi que reside en Mí.

16. Pero la práctica del Yoga, oh Arjuna, es armonía; no da sus frutos a aquellos que comen con exceso o ayunan en demasía, ni tampoco a los que apenas duermen, ni a los que duermen demasiado.

17. Esta armonía ha de encontrarse tanto en la comida como en el descanso, en el sueño tanto como en la vigilia. La conciencia de perfección ha de empapar todos nuestros actos.

De este modo, el Yoga se convierte en un bálsamo que nos trae la paz, en medio de cualquier tipo de sufrimiento.

18. Cuando la mente del Yogui está en silencio, descansándola en reposo adentro, en comunión con el Espíritu, éste queda inmediatamente libre de los insaciables deseos. Sólo entonces se goza de la unión con Dios.

19. El Yogui que, recogido en sí mismo, se haya absorto en la contemplación de la Luz interior, ha hecho de su alma una lámpara cuya luz, al abrigo del viento, permanece inalterable sin la mínima oscilación.

20. Cuando la mente descansa con sosiego en la inalterable contemplación del Yoga, cuando por la gracia del Señor del Espíritu, obtiene la visión del Espíritu: entonces experimenta dicha plena.

21. De este modo conoce el auténtico buscador la dicha de la eternidad que está fuera del alcance de los sentidos. Ahí se queda y ya jamás se aparta de la Verdad. Esta visión interior está más allá de la razón.

22. De este modo se experimenta la dicha y la Verdad, como una visión suprema. 

No hay nada más valioso que esto, y firme y constante él permanece, tal que ni aún el dolor más intenso podría hacerlo vacilar..

23. La libertad se consigue en esta unión del Yoga: Libertad de la esclavitud al sufrimiento. Para tener éxito en la práctica de este Yoga, hace falta tener fe, y una fuerte y entusiástica determinación en el corazón.

24. Después de rechazar con determinación todo anhelo y deseo engendrado por la fantasía, y controlar con firme estado de ánimo todos los sentidos y los órganos de la acción, libre de sus múltiples atracciones, así recogido.

25. El buscador, usando su fuerza de voluntad con firmeza, llegará poco a poco a la paz de espíritu, disolviendo todos sus pensamientos en el silencio interior.

26. Y cada vez que la mente, en su continua divagación se aparte del Espíritu, una y otra vez tráela de vuelta y repósala sobre el Espíritu.

27. Sólo de este modo llega el Yogui al gozo supremo que habita en su corazón cuando éste está en calma, en paz y carente de pasiones, limpio de pecado y en unión absoluta con Brahman, Dios.

28. De este modo, consagrándose sin pausa a la unión interior con Dios, el Yogui obtiene con toda seguridad el infinito goce de la comunión con Dios.

29. Él reconoce en su corazón que su esencia es común a la de todas las criaturas, y que la vida que mora en todas las criaturas habita también en su corazón. Ésta es la conciencia en la que vive el Yogui iluminado: una visión de total unidad.

30. Y cuando él Me ve en todo y ve todo en Mí, Yo ya nunca le abandono y él nunca Me abandona a Mí.

31. Aquél que en su amor universal, logra amarme en todo lo que ve, donde quiera que este hombre viva, este hombre vive en Mí constantemente, sea cual fuere la condición de su vida.

32. Quien, reconociendo la unidad universal del Ser, ve con imparcialidad la misma esencia en todo los seres, solidarizándose con ellos tanto en lo placentero como en lo doloroso; en verdad, éste es el más grande de los yoguis.

ARJUNA:

33. Siendo la mente tan voluble e incontenible, debido a su actividad sin descanso, yo no puedo encontrar paz. Tú me has hablado del Yoga, de la constante Unidad, pero Krishna, la mente es inconstante.

34. ¡Oh Krishna!, la mente nunca se para, impetuosa, autodecidida, difícil de domar. Tomar control sobre mi mente me parece tan difícil como apaciguar los poderosos vientos.

KRISHNA:

35. ¡Oh, Arjuna! Con certeza la mente es inagotable, es difícil de contener. Pero mediante tu práctica constante te puedes liberar de las pasiones, después de lo cual, con toda certeza la mente puede ser controlada.

36. Mientras la mente no está en armonía, esta comunión divina es muy difícil de alcanzar. Pero aquel hombre que ha recibido el Conocimiento y lo practica con regularidad y determinación, logra controlar su mente y alcanzar la Unidad.

ARJUNA:

37. ¡Oh Krishna! Y si un hombre lo intenta firmemente y no logra alcanzar la meta del Yoga, debido a que no recibió el Conocimiento, pero, no obstante, este hombre tiene fe, ¿qué final le esperaría a un hombre tal?

38. Privado del cielo y de la tierra, vagabundo en medio de los vientos sin rumbo, ¿se perdería acaso, igual que una nube se disipa en el aire, por no haber encontrado el camino de Dios?

39. Aclara mi mente confusa, oh Krishna, apartando con tu luz la oscuridad de mi ignorancia. Se Tú mi Guía ¿Quién si no podría resolver mi duda?

KRISHNA:

40. Ni en este mundo, ni en el que haya de venir, puede perderse un hombre tal. 

Pues un hombre que obra el bien, oh hijo mío, nunca ha de conocer el sendero de la muerte.

41. Irá al cielo en donde moran los que hacen el bien, y allí vivirá por muchos años. Después de lo cual, este hombre que no obtuvo el Conocimiento del Espíritu, ha de nacer de nuevo en un hogar venturoso en el que habite el bien.

42. Incluso puede nacer en una familia de Yoguis, donde ya brille la sabiduría del Yoga. Pero nacer en una familia tal es algo muy raro en este mundo.

43. Y comienza su nueva vida, recobrando entonces el mismo nivel de sabiduría que él había adquirido en su vida anterior, y desde ese nivel continúa esforzándose, mas siempre yendo hacia adelante, apuntando a la perfección.

44. Porque su antiguo anhelo y su búsqueda vehemente le empujan siempre hacia adelante: aquél que en verdad desea conocer el Yoga va más allá de las palabras de los libros.

45. Y de este modo, el Yogui, esforzándose sin prisa pero sin pausa, con su alma limpia de pecado, después de muchas vidas alcanza la perfección, el Fin Supremo.

46. ¡Oh, Arjuna, sé tú un Yogui! Porque el auténtico Yogui va más allá que aquellos que sólo siguen el sendero de la austeridad, o de la mera sabiduría o de la mera acción.

47. Y el más grande de todos los Yoguis es aquél que tiene una fe total e incondicional y que con toda su alma me ama a Mí.


CANTO 8

Akshara Brahma Yoga

ALCANZANDO AL SUPREMO

 

ARJUNA:

1. Dime, oh Tú, Señor, ¿quién es Brahman?, ¿quién es Atman?, ¿qué es el karma?, ¿qué es el Espíritu Supremo?, ¿qué es el reino terrenal?, ¿qué es el reino de la Luz?

2. ¿Qué dios rige la vida del cuerpo, y cómo ésta toma lugar? Y dime, oh Tú, cuando llega el momento de la muerte, ¿cómo Te reconocen aquellos que han vivido en conciencia de la Armonía?

KRISHNA:

3. Brahman es el Principio Indestructible, lo Supremo y lo Eterno. Atman es el Espíritu en el hombre. Karma es la fuerza de la creación a partir de la cual toma vida todo lo que existe.

4. La materia es el reino terrenal, que, llegada su hora, lo perdemos. Pero el Espíritu esel reino de la Luz, energía que da la vida a este cuerpo, y en este cuerpo se produce el más excelso de los sacrificios.

5. Y aquél que, llegada la hora de su muerte, abandona su cuerpo con su pensamiento puesto en Mí, en verdad viene a Mí y se hace uno en Mí.

6. Porque aquello en lo que uno piensa en el último momento de su vida, es con certeza hacia lo que el alma va, debido a la afinidad que tiene con esa determinada naturaleza.

7. Así pues, pon tu mente en Mí todo el tiempo: Recuérdame y lucha. Teniendo tu corazón y tu mente puestos en Mí, en verdad vendrás a Mí..

8. Sólo alcanza el Espíritu de la Luz aquél que, habiendo sido iniciado en el Conocimiento, concentra su mente en el Espíritu Supremo, con constancia, sin divagar.

9. Aquél que medita en el Creador: Gobernador Supremo de todo lo creado desde tiempo inmemorial, más pequeño que el más pequeñito de los átomos y, aun así, abarcando y manteniendo este inmenso universo entero; Aquél que brilla como un sol que destruye la oscuridad, y se encuentra mucho más allá del pensamiento humano.

10. Tal hombre que, llegando la hora de abandonar su cuerpo, está en unión con el Amor y el Poder que le da vida, con su mente en perfecta concentración, manteniendo su fuerza vital en medio de sus cejas, en verdad va al Espíritu Supremo: el Espíritu Supremo de la Luz.

11. Ahora escucha con atención, oh Arjuna, pues te hablaré de ese camino que los sabios versados en los Vedas llaman el Eterno. Y que sólo es alcanzado por aquellos que, en paz y libres de todas las pasiones terrenales, llevan una vida de santidad esforzándose en la búsqueda de la perfección.

12. Cuando a un hombre le sobreviene la muerte, está sumergido en el silencio del Yoga y, recogiendo sus sentidos del mundo, concentra su mente en su corazón, dejando que el Santo Aliento vital ocupe su cabeza.

13. Y me recuerda manifestado en el Santo Nombre: La Eterna Palabra de Brahman, con seguridad se dirige a la Morada Suprema.

14. Aquéllos que mediante el Yoga de la Devoción me entregan toda su alma para siempre, muy pronto llegan a Mí.

15. Y una vez que estas grandes almas llegan a Mí, la Morada del Gozo Supremo, ya nunca han de volver a este mundo humano de penas y sufrimientos.

16. Todos los mundos, incluso el mundo de Brahma, el Creador, están sujetos al cambio, pues son transitorios: Pues tienen un principio y un fin. 

Pero aquellos que llegan a Mí se liberan del continuo ciclo de nacimientos y muertes.

17. Aquellos que saben que el día de Brahma, el dios de la creación, tiene una duración de mil eras, y que su noche dura otras mil, sólo éstos saben en verdad qué es el Día y la Noche.

18. Con la llegada del día, todo el universo visible surge de lo invisible; del mismo modo que cuando llega la noche, toda la creación entera desaparece disolviéndose en lo invisible.

19. Del mismo modo que las criaturas vivas, en número incontables, vuelven a la vida una y otra vez, inevitablemente todas desaparecen cuando llega su noche de oscuridad, para resurgir otra vez cuando llegue su nuevo día.

20. Pero más, más allá, por encima de esta creación visible e invisible, hay un Principio Inmanifiesto, Superior y Eterno. Éste permanece y permanecerá por los siglos de los siglos, incluso cuando todo haya desaparecido.

21. A esta esencia inmanifiesta se le llama "el Imperecedero". Es lo más alto, el Fin Supremo. Ésta es Mi Suprema Morada, aquellos que llegan a Ella nunca regresan.

22. ¡Oh, Arjuna! Este Espíritu Supremo es sólo alcanzable mediante el éxtasis de amor. En Él todas las cosas tienen vida, pues Él ha creado todas las cosas.

23. Te hablaré ahora, oh Arjuna, acerca del tiempo durante el cual los yoguis que abandonan este mundo van a la Morada Eterna de la que no regresan. Y también te hablaré del tiempo durante el cual regresan aquellos que aún han de volver a esta tierra.

24. Si abandonan este mundo durante la llama, la luz, el día, las luminosas semanas de la luna, durante los meses en que la luz solar es creciente (solsticio Norte), aquellos que conocen a Brahman, van a Brahman.

25. Pero si ellos abandonan este mundo durante el humo, la noche, las semanas oscuras de la luna, durante los meses de luz solar decreciente, entran en la luz de la luna y regresan al mundo, sujetos al nacimiento y la muerte.

26. Éstos son los dos caminos que por siempre ahí estarán: el camino de la luz y el camino de la oscuridad. El primero conduce a un lugar del que no se regresa, mientras que el otro te obliga a regresar a esta existencia de tristeza y sufrimiento.

27. Para el Yogui que ya ha conocido estos dos senderos, la ilusión de este mundo deja de ser ya una trampa. Así pues, oh Arjuna, practica con constancia y regularidad este Yoga. Hay una recompensa que se obtiene de la lectura de los Vedas, o de la ofrenda de sacrificios, o de la vida austera, o de la caridad. 

Pero incomparablemente más alta, es la recompensa que obtiene el Yogui que, conociendo la Verdad, ve laLuz que disipa sus tinieblas: de este modo él regresa a su Hogar Eterno.


CANTO  9

Raja Vidya Raja Guhya Yoga

EL CONOCIMIENTO SECRETO

 

KRISHNA:

1. A ti, porque tienes fe, te voy a revelar el más alto de los misterios: el Conocimiento y la visión espiritual interior. 

Una vez alcanzado esto, tu alma estará libre de pecado.

2. Es el Augusto Misterio, el Eterno Conocimiento, purificador por excelencia. 

Una vez abierto el tercer ojo, capacitado de visión divina, comienza a andar el camino del recto obrar. Es muy fácil de seguir y conduce a la más alta Morada.

3. Pero aquellos que no tienen fe en esta Verdad, no recurren a Mí aunque en verdad soy su único refugio. Debido a esto, regresan sin cesar al ciclo de la vida y la muerte.

4. Todo este universo visible ha salido de Mi Forma Invisible. Soy el soporte de todos los seres, y aún así, no dependo de ellos.

5. Y en verdad, tampoco ellos están en Mí: tal es el misterio de mi condición sublime. Soy la Fuente de todos los seres vivos, soy el soporte de todos ellos; mas, aún así, no dependo de ellos.

6. Del mismo modo que los vientos llenan todo el inmenso espacio etérico, igualmente Yo soy el sustento de todos los seres. Acepta esto como una verdad.

7. Cuando el Día de Brahma llega a su fin, oh Arjuna, todo lo creado es reabsorbido en Mi naturaleza inmanifiesta. Mas cuando, una vez transcurrida la Noche, el nuevo Día alborea, de Mí emanan otra vez.

8. Así pues, partiendo de mi Ser, Yo manifiesto la creación entera, y a Mí la hago regresar de nuevo, y este ciclo se repite una y otra vez, siguiendo los círculos del tiempo.

9. No obstante así, mi Naturaleza no sufre alteración ni se ve atada por el vastísimo desenvolvimiento de la creación. Yo soy el que soy, tan sólo observo el drama de todo el proceso.

10. Yo observo cómo, en el desarrollo de la creación, la naturaleza produce todo aquello que puede moverse al igual que lo inmóvil, mientras el mundo da vueltas y vueltas sin cesar.

11. Los ignorantes y los locos de este mundo al yerme en cuerpo humano, no reconocen mi Naturaleza Superior y me desprecian. Ellos no conocen Mi Espíritu Supremo, la Forma Infinita del Dios que ha creado todas las cosas.

12. Vanas son sus esperanzas, e igualmente vanas sus acciones, vano es todo lo que han aprendido, siendo igualmente vanos todos sus pensamientos. 

En su locura descienden a la naturaleza de demonios, cayendo en la oscuridad y el engaño del infierno.

13. Pero hay hombres de grandes almas que sí Me reconocen. Así pues, buscan su refugio en Mi Naturaleza Divina. Me aman con todo su corazón, dedicándome todo su ser. En verdad ellos saben que Yo soy la fuente de donde surge todo.

14. Me adoran con devoción y me hacen ofrendas, una tras otra, sin encontrar límite en su cuantía ni en el valor de las mismas.

Su determinación es fuerte. Siendo armonía el estado habitual de sus almas: con su amor, ellos Me adoran.

15. Otros trabajan para Mí y así me adoran, al tiempo que practican el Yoga de la visión espiritual. Me adoran en mi unidad y en mi multiplicidad, pues ya no ven diferencias  entre ambas.

16. Dado que soy el sacrificio y también la ofrenda, soy igualmente el sacrificio por los antepasados y el soma; la hierba bendita.

Soy las palabras santas, el santo alimento, el fuego santo, y también la ofrenda que consume el fuego en el holocausto.

17. Soy el Padre de este universo. Es más, soy la Fuente de el Padre. También soy la Madre de este universo y el creador de todo lo existente. Soy lo más alto que se puede conocer: el Camino de la Perfección, la Santa Palabra, los Tres Vedas, (Rig, Sama y Yajur-Veda).

18. Yo soy el Camino, y el Maestro que en silencio observa: tu amigo, tu refugio, y tu morada de paz. Soy el principio, el medio y el fin de todas las cosas que existen. Soy la semilla de eternidad, el Supremo Tesoro.

19. De Mí obtiene el sol el calor que él emite, y del mismo modo retengo y rocío la lluvia sobre la superficie de la tierra. Soy vida inmortal para el sabio y muerte para el ignorante, soy lo que es y lo que no es.

20. Hay quienes conocen la esencia de los Tres Vedas y beben el Néctar: éstos están libres de pecado. Ellos rezan y me adoran continuamente, lográndose así el cielo. Estos en verdad alcanzan el cielo de Indra, el rey de los dioses, y allí gozan de todo  tipo de inigualables placeres.

21. Después de gozar allí de las delicias del vasto mundo celestial, una vez agotados sus méritos, retornan a este mundo de mortales. Y de este modo se cumple lo prescrito por los Vedas; como cobijaron en su corazón deseos por placeres transitorios, en verdad los consiguieron, pero esta felicidad es tan sólo transitoria.

22. Pero a quienes me aman y me adoran con pureza en su alma, viviendo siempre en armonía, a aquellos cuyas almas están siempre en unidad con la Armonía interior, Yo les incremento lo que quiera que tengan, y aún es más, les doy aquello que todavía no tienen.

23. Incluso aquellos que con fe y ferviente devoción adoran a otros dioses, con el amor que ellos ofrecen, me adoran a Mí. Aunque no es ésta la forma correcta.

24. Porque Yo soy su Señor Supremo, y acepto complaciente todo sacrificio. Pero esos adoradores, en verdad no conocen mi Esencia Pura, por lo tanto, fracasan en el propósito último.

25. Pero aquellos que adoran a los dioses, a los dioses van, y aquellos que adoran a los antepasados, a los antepasados van. Aquellos que rinden culto a los espíritus inferiores, hacia ellos se dirigen. Mas aquellos que me adoran a Mí, con seguridad vienen a Mí.

26. Yo acepto cualquier ofrenda que un alma de ferviente amor me haga con devoción. Ya sea una hoja, o una flor, o una fruta, o incluso un poco de agua fresca: todo lo acepto, porque con corazón puro me ha sido ofrecido por amor.

27. Cualquier cosa que hagas, o comas, o des, u ofrezcas en adoración, ofrécemelo a Mí. Del mismo modo, cualquier tipo de sufrimiento que venga a tu vida, también ofrécemelo a Mí.

28. De este modo te habrás desligado de las ataduras del Karma, tanto si los frutos son buenos como si son malos. Perseverando así en la renuncia a los frutos de la acción, serás libres y vendrás a Mí.

29. Yo me doy por igual a todos los seres, y Mi Amor por todos es el mismo. Mas  aquellos que me adoran con devoción están en Mí y Yo estoy en ellos. Incluso el pecador más depravado, si me adora con toda su alma, con toda su mente, y con todas sus fuerzas, ha de ser considerado como un justo obrador del bien; pues su voluntad ha escogido el camino correcto.

31. Y pronto se purificará y alcanzará la paz eterna. De este modo Yo prometo que aquél que en verdad me ama, no perecerá.

32. Porque aquellos que buscan en Mí su refugio, sin importar lo débiles o pecadores que sean, sean mujeres, o Vaisyas, o Sudras, con seguridad todos ellos conocerán el Camino Supremo.

33. ¡Con cuánta mayor razón no lo han de lograr los santos Brahmanes y los nobles santos que en verdad me aman! Ya que has venido a este transitorio mundo de amargura, ¡ámame, oh Arjuna!

34. Entrégame tu mente y entrégame tu corazón, dedícame tus ofrendas y también tu adoración. De este modo, uniendo tu alma a Mí, considerándome como lo principal en tu vida, tu Meta Suprema, en verdad vendrás a Mí.


CANTO 12

Bhakti Yoga

YOGA DE LA DEVOCIÓN

ARJUNA:

1. Entre todos aquellos hombres que te adoran, oh Krishna, dime: ¿Quiénes son los mejores devotos: los que te adoran en tu forma física, como Dios manifestado en forma humana, o aquellos que te adoran como Luz Pura en tu forma imperecedera?

KRISHNA:

2. Aquellos que me entregan las riendas de su vida, adorándome continuamente con su amor, teniendo en Mí una Fe inamovible, éstos son los que Yo considero como los mejores devotos.

3. Mas aquellos que aman al Eterno, Infinito e Imperecedero, como mi forma inmanifiesta, la Energía Omnipresente que estando más allá del pensamiento no puede ser abarcada por la mente humana, el Constante e Inmutable.

4. Aquellos que llevando una vida en armonía con su mente controlada, amando por

igual a todas las cosas que existen, regocijándose en el bien de todas las criaturas, en

verdad, también vienen a Mí.

5. No obstante, ardua es la tarea de aquellos cuya meta a alcanzar es mi Forma Inmanifiesta. Porque el camino que conduce a este estado es muy difícil y duro para aquellos mortales que pretendan conseguirlo.

6. Mas aquellos para quienes Yo soy su Fin Supremo y me entregan las riendas de su vida, ofreciéndome los frutos de todas sus acciones.

7. Aquellos que, con amor puro, meditan en Mí y me adoran, muy pronto quedan libres de las influencias del océano de Maya. Ya no son muertos en vida, pues libres están ya de la muerte, al entregarme su vida a Mí.

8. Pon todo tu amor únicamente en Mí y entrégame tu mente. 

De este modo, en verdad, encontrarás en Mí vida eterna.

9. Mas si no te resulta fácil entregarme tu mente, entonces intenta entregármela mediante la práctica del Yoga de la concentración.

10. Si no te resulta fácil concentrarte, ofréceme todos tus trabajos a Mí. 

Tan sólo tratando de servirme con todas las acciones que haces, te será posible alcanzar la perfección.

11. Incluso, si hacer esto te resultase difícil, haz entonces que la devoción por Mí, sea tu refugio. Entrégame los frutos de todas tus acciones, sirviéndome con devoción y humildad en tu corazón.

12. En verdad, la concentración es mejor que el mero esfuerzo, y aún mejor que la concentraciónes la meditación pero aún por encima de la meditación está la entrega

por amor, en servicio desinteresado, porque la consecuencia de la entrega es Paz.

13. El hombre de buena voluntad que muestra simpatía y compasión por todas las criaturas, que libre de todo egoísmo, ya no concibe pensamientos como "Yo" o "Mío", dotado de una paz estable, permanece en armonía tanto en los momentos de placer, como en los de desdicha, manteniendo una actitud continua de perdón hacia toda ofensa.

14. Un Yogui de estas cualidades, siempre esforzándose con determinación en la práctica del Yoga, al tiempo que alegre y complacido, que concentra su mente y su visión interior en Mí, este hombre en verdad me ama, al igual que Yo le amo a él.

15. Aquél que nada ni nadie le perturba, siendo a su vez fuente de paz para los otros,

aquél que está más allá de las emociones, el odio y el miedo, éste es también Mi amado.

16. Aquél que está libre de las atracciones y promesas del mundo, que es puro y sabio, siendo consciente de todo lo que hace, sin verse afectado por la naturaleza cambiante de la dualidad, y que, dejándose llevar y confiando, ofrece todos sus trabajos a Dios y no a él, en verdad, este hombre a Mí me ama y Yo le amo también.

17. Aquél que no siente atracción ni repulsión, que ha renunciado a los logros personales y la obtención de bienes, que, estando más allá del bien y del mal, ya no se queja por nada, agradeciéndome todo con su amor, a este hombre Yo le amo en verdad.

18. El hombre que, sin hacer diferencias entre sus amigos y sus enemigos, los ama a

todos por igual, cuya alma permanece inalterable tanto en el éxito como en la desgracia, habiendo superado ya todas las experiencias sensoriales de frío y calor, placer y dolor, libre ya de las ataduras de los apegos.

19. Que permanece inalterable tanto en la infamia como en los halagos, sumergiendo su alma en el silencio, cuyas riquezas no son de este mundo, y siendo feliz con lo que tiene, agradeciéndomelo con su amor, en verdad, este hombre gana Mi amor, y así lo obtiene.

20. Pero aún mucho más queridos para Mi son aquellos que, teniendo Fe y Amor, me consideran como su Fin Último. En verdad, aquellos que escuchan mis palabras de verdad, con el corazón abierto, y beben de las Aguas de la Vida Eterna, me son entrañablemente queridos.


Aquí finaliza esta pequeña muestra, 

que nos enseña  como por la meditación, el Amor 

y la Devoción, podemos alcanzar la 

Vibración Primordial del Santo Nombre