PLANEADORES DE LA JUSTICIA NEUQUINA

Desde que finalizó la feria de enero, el Poder Judicial neuquino retomó su actividad con más brío que el que venía manifestando hasta diciembre. Ese ímpetu, cabe aclararlo, no se debe a que trabajadores y funcionarios retornaron con más ganas de trabajar bajo juramento. Se debe a los inquietos movimientos que despliegan habitualmente los funcionarios para ascender en su carrera judicial. Pero en este caso (período febrero-abril/2001) los aludidos funcionarios volvieron con más imaginación y audicia para cumplir sus objetivos personales.

La "Pato"

MUCHA GENTE

Uno de esos casos es la aparentemente tímida, correcta y obediente Patricia Clérici -sobrina del ex legislador nacional por Santa Fe de la UCD, fallecido hace pocos años-, quien como Secretaria de Superintendencia ha logrado superar el record histórico de empleados afectados a esa dependencia tan pegada al poder del Tribunal Superior de Justicia (TSJ). La señora Clérici, esposa del versatil -ideológicamente hablando- abogado Ricardo Rivas (sobichista-felipista-menemista-etc) tiene bajo sus órdenes a más de 30 empleados, un número algo elevado a criterio de varios funcionarios judiciales, que no se justifica con el rol de Superintendencia. Parece que la señora del peinado con spray de la década del 50 creyó que el término "superintendencia" se refería a superempleo. Pero más allá de las bromas, de lo que se trata, precisamente, es de acumular poder en su propia quintita. No es poca cosa tener 30 personas bajo sus órdenes a la hora de exhibir condiciones para ascender en la carrera judicial.

Dos estrellas

BEATRIZ Y COLORICOSAS

Otra demostración de su ocultado propósito de acumular poder es una incipiente jugada, bastante audaz: enfrentar y debilitar a la Secretaria Administrativa, Beatriz Lozada, ya que ambas dependencias tienen algunas pocas funciones similares o que se superponen. Obviamente que la Clérice pretende absorverle a la Lozada algunas de esas tareas con el mismo fin: hacerse cada vez más imprescindible para reclamar ascensos. Así las cosas, este handicap le serviría para reclamar un sueldo al nivel de un juez de Cámara, que es a lo que la señora aspira. Similar deseo ha manifestado a voz alzada -como siempre- la Secretaria de Demandas Originarias, María Julia Barrese (La Colorada). Esta funcionaria, de muy buena llegada al vocal del TSJ Fernando Maccome y un poco menos, pero poco, al otro vocal Marcelo Otharan (El Colorado), estuvo haciendo lobby desde febrero pasado para también tener un sueldo de camarista. Pero al parecer las "gestiones" de ambas funcionarias poderosas han fracasado. El motivo de tal frustración habría sido el inocultable repudio de algunos camaristas, sobre todo los penales.

¡¡¡Ultimo momento!!!

RUPTURA MATRIMONIAL

Otro que también manifiesta aspiraciones desmedidas es el médico forense Carlos Lozada (El Gordo), cónyuge de la Beatriz. Este corpulento cirujano tiene dos sueldos del Estado Provincial: como forense y como jefe del servicio de cirujía del Hospital Castro Rendón. Pero el hombre también tiene su sueño de incrmentar los ingresos familiares. Resulta que le falta poco para recibirse de abogado y con el título bajo el brazo o, mejor dicho, mostrándolo desde sus alturas corporales, podría concretar un anhelo que ya lo ha confesado en ámbitos judiciales: ser camarista penal. Claro que para ello tendrá que cumplir varios pasos. Primero, graduarse, aunque no le costará mucho ya que estudia en la Universidad de Flores, delegación Neuquén (FAENA). Segundo, que se produzca una vacante en alguna de las cámaras penales, obviamente de la Primera Circunscripción Judicial (Neuquén Capital), porque nadie se lo imagina viviendo en Zapala, por ejemplo. Tercero, que lo propongan en una terna para cubrir esa eventual vacancia, aunque hay más de un camarista de ese fuero en condiciones de jubilarse. Y cuarto, que la Legislatura Provincial apruebe su designación. En este último caso, no habría muchos problemas porque este profesional tiene muy buena llegada a influyentes operadores del MPN. Como podrá sospecharse, deben ser dos los juramentos que formulan los funcionarios judiciales cuando acceden a un cargo: uno, por la observancia estricta del derecho, y el otro, por no abandonar nunca los deseos de "progresar". En fin, es todo cuanto ha podido saber el equipo de investigación de Intrusos Neuquinos sobre los movimientos ascendentes que se producen hoy en el TSJ, al igual que los aires cálidos que buscan los planeadores para mantenerse en altura. Pero no por ello hay que descartar que también se registren en otros ámbitos de la justicia neuquina. Por ese motivo, prometemos introducirnos en otros vericuetos de ese Poder del Estado.

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