¿QUIÉNES Y CÓMO NOS VAN A CHUPAR LA SANGRE?
ACERCA DEL CONFLICTO DE INTERESES CAMPO-GOBIERNO.
Muchos textos dan como sobreentendido varios conceptos,
generando solamente confusión. Por lo tanto, sería
prudente comenzar este documento teniendo en cuenta dicho escollo,
intentando superarlo mediante la utilización de términos
simples para arribar a explicaciones claras; y así exponer
nuestra posición: de clase, histórica y revolucionaria,
sobre el conflicto entre los intereses del campo y el gobierno.
Partimos de la base de que dicho conflicto se desarrolla dentro del sistema capitalista.
El capitalismo se basa en la acumulación de riquezas que se
producen y distribuyen en la sociedad. Ahora bien, ¿Qué
sectores de la sociedad producen las riquezas y entre qué
sectores se distribuye? Es claro que la riqueza no la producen
empresarios en grandes negocios, propietarios de importantes firmas o
grandes parcelas de campo, como así tampoco el Gobierno con sus
empresas estatales.
La riqueza es producida por hombres y mujeres de todas las edades, que
diariamente llegan a sus trabajos para vender la única propiedad
que poseen, su fuerza de trabajo, poniendo en movimiento
máquinas, cosechadoras o computadoras. Esta actividad es
retribuida por un salario, que jamás es igual a la riqueza que
produce. La diferencia entre el salario y la riqueza, llamada
plusvalía, es apropiada por empresarios, terratenientes y
burócratas del sector privado y del estatal. Esta
apropiación del producto del trabajo ajeno se configura como
explotación.
Ahora que ya sabemos que la riqueza que producimos con nuestro trabajo
no queda en nuestras manos, podemos desentrañar de qué
manera se distribuye: exprimimos día a día cada centavo
para poder sobrevivir, mientras que la clase explotadora y propietaria
de los medios de producción, nos despoja de la mayor parte de la
torta.
Es por eso que durante estos días esta clase explotadora a
través de su brazo propagandístico, los medios de
comunicación, se ha encargado –y no casualmente- de
manipular la información. Es así que se trata de
imponer la idea de que el campo pelea por “los intereses de
todos”, o que el gobierno quiere destinar lo obtenido de las
retenciones para el bienestar común: el mensaje de cada medio
varía según de acuerdo al sector capitalista del cual
depende.
Detrás de este bombardeo informativo, que en realidad nos
engaña y desinforma, radica la intención que nos
esconden: hacernos elegir entre dos caras de la misma moneda, siendo
que ambas afectan directamente los intereses de nuestra clase.
Si los que diariamente producimos la riqueza no nos quedamos con
ella… ¿Por qué tenemos que creer que justamente
ahora, en una disputa entre quienes se quedaron históricamente
con esta, sacaremos algo?
Mediante esta acción mediática, ciertos representantes de
los sectores explotadores (la Sociedad Rural, o la burocracia sindical
de la Federación Agraria) intentan sumarnos en su
negociación con el gobierno, negociación que representa
una discusión de intereses mezquinos e individuales para seguir
llenándose los bolsillos. En esta disputa utilizan como carne de
cañón a los peones del campo, trabajadores explotados, a
los que fuerzan a tomar parte por los intereses de su propio
expoliador, aún cuando esto representa traicionar sus intereses
de clase, ya que ni en el proyecto oficial ni en el de las entidades
agrarias se plantea modificar la condición de explotados de los
trabajadores, desocupados y pueblos originarios que ya fueron
despojados de sus tierras hace siglos.
De la misma forma el gobierno manipula a los trabajadores mas
necesitados y los usa como carne de cañón para sus actos
políticos.
No nos dejemos engañar, este sistema capitalista necesita de un
constante reciclaje manteniendo, claro está, lo fundamental: el
trabajo asalariado, la explotación del hombre por el hombre. La
función de estos pseudo progresistas es la de presentarse como
alternativas a las formas clásicas de dominación,
polarizando al pueblo oprimido y trabajador en dos alternativas
burguesas que nada tienen que ver con nuestras necesidades. Se
trata tan sólo de una pelea entre dos modelos económicos
que, a pesar de disputarse la riqueza, comparten el mismo modo de
producirla: explotándonos.
Para luchar por nuestros propios intereses, intereses humanos y no del
capital, debemos organizarnos fuera y contra ambos aspectos de la
explotación capitalista.
Julio del 2008.
Anarquistas Rosario.