Varios autores María Eugenia Caseiro
TESTIMONIO
Está por dentro no puede verse es una aguja que pincha el nervio nadie puede ver el color para verlo es necesario sufrirlo
el artista lucha, vive el color sueña el color ama el color y lo sufre como un inmenso dolor que no lo deja vivir
que termina por hacerse un dolor amigo y se alivia a sí mismo cuando sale y puede contemplarse cuando puede palparse
mientras tanto el color solo está dentro palpitante, como el hijo alimentándose de las entrañas recorriendo las galerías interiores del artista libando de su hígado, de sus pulmones, de su corazón
a la hora del alumbramiento el color es como una punzada que se le clava en el pecho en la cabeza, en un costado mientras pugna por salir
cuando brota momento crucial del nacimiento el color es su hijo un hijo que reencarnará en el padre que deja de ser un obseso para cristianizarse y cristianizar para bautizarse y bautizar lienzos tapices, maderas, piedras…
todo bajo el amparo de Dios que mira al artista con ojos benévolos y le dice: -he ahí a tu hijo y dice al color: -he ahí a tu padre
entonces Dios se apiada de ambos y el color crece sano y fuerte y su padre lo ve crecer tanto, que se apodera de todo de los tintes, las paletas, los polvos y mezcla, mezcla y purifica secretos transportando los descubrimientos que obtuvo de los parajes íntimos del padre al sueño, a la visión, al mundo
entonces el color… …se convierte en Dios
Maria Eugenia Caseiro
No hay reservas se terminan aunque los inventen aunque les pongan nombres de todas partes cuelgan los inventados los vacíos los que no tienen ojos ni sueños
Los otros, los verdaderos van escondiéndose detrás del color agrupando transparencias resbalándose del clavo hasta caer y quedar marginados como una gota de agua en el piso o como una mancha de humedad en la pared
sin ilusiones, calladamente se repliegan a la retaguardia con los desaparecidos con los olvidados
luego emigran en caravanas de inviernos escarchados en rocío muerto en el nimbo de los santos desteñidos y cansados
Suben la cuesta en bandadas se pierden en el ocaso silente de una nube
y no vuelven no vuelven
Maria Eugenia Caseiro .
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Fauna
Figura humana